• Felipe González apuesta por dejar gobernar al PP con Ciudadanos en una legislatura de corto recorrido.
• Exministros de Suárez, González y Aznar piden «una gran coalición entre dos o más partidos constitucionales».
• Rubalcaba, Guerra o Rodríguez Ibarra también criticaron a Iglesias.
• Micaela Navarro (PSOE andaluz) se une a PP y C’s para relegar a Podemos en el hemiciclo del Congreso.

La presión se redobla sobre Pedro Sánchez. Con Mariano Rajoy tácticamente apartado de la lucha por la investidura y Podemos exigiendo al PSOE una negociación inmediata, cada vez se hace más insostenible la postura de Ferraz (“sigue siendo el tiempo de Rajoy”). Ayer el partido volvió a insistir en ese mensaje, a través de su grupo parlamentario, pero la vieja guardia se movilizó y dio argumentos a quienes piensan que es Sánchez quien debe mover ficha.

González cree que una alianza PSOE-Podemos tendría «poco futuro»

Felipe González, uno de los grandes referentes del actual secretario general, se decantó por dejar que el PP forme Gobierno. El exjefe del Ejecutivo considera que a Rajoy le corresponde esa tarea en calidad de líder más votado, si bien es partidario de que se una con Ciudadanos y que dicho Gabinete de coalición sea facilitado por la abstención del PSOE. Así lo defendió en un encuentro con embajadores de la Unión Europea, tal y como informó Telecinco.

«Una alianza con Podemos da poca confianza, tiene poco futuro y poco camino», argumentó González en la cita. La repetición de las elecciones sería una mala alternativa pero la peor de todas es, según él, el Ejecutivo de izquierdas propuesto la semana pasada por Pablo Iglesias.

De hecho, ni siquiera cree que ese planteamiento sea sincero, sino fruto de una estrategia que busca ponérselo imposible a Sánchez y provocar nuevos comicios, en la esperanza de superar entonces al PSOE. Por eso, considera que el socialismo debe despejar el camino a un Gobierno de PP y C’s, imponiendo un calendario y bajo la premisa de que la legislatura fuera de corto recorrido. Además, González mostró su respeto por Sánchez y aseguró que no le dirá personalmente lo que tiene que hacer.

Fundación España Constitucional

Esta postura no fue la única de importancia que trascendió ayer. A cuatro días de que el PSOE celebre el comité federal que marcará definitivamente la política de pactos a seguir, 34 exministros hicieron público un comunicado pidiendo una «gran coalición de dos o más partidos constitucionalistas». Dicho Ejecutivo debería desarrollar un «programa concreto y firmado, al menos, para media legislatura».

Garmendia, Bono o Gómez-Navarro piden que se forje «una gran coalición» constitucionalista

Los firmantes son los impulsores de la Fundación España Constitucional, creada en 2013 por José Bono y Eduardo Zaplana para defender la Carta Magna y reformas que pudieran reforzar su legitimidad. La presidenta del patronato es Cristina Garmendia, ministra de Ciencia e Innovación con José Luis Rodríguez Zapatero, y junto a ella figuran otros exmiembros de gabinetes socialistas como el citado Bono, Julián García Vargas, Beatriz Corredor, César Antonio Molina, Javier Gómez-Navarro, Gustavo Suárez Pertierra, Miguel Sebastián, Carmen Calvo o Ángeles González-Sinde.

Asimismo, la fundación reclama una reforma de la Constitución en el plazo de dos años y evitar a toda costa nuevos comicios. «Volver a convocar elecciones en unos meses no es, sin duda, la solución. Mientras, se agudizaría el proceso de desconexión catalán y la situación económica y social se degradaría con un Gobierno en funciones», aseveran.

Además de los citados, defienden esta tesis exministros de Adolfo Suárez (Rodolfo Martín Villa, José Pedro Pérez-Llorca, Ignacio Camuñas) y de José María Aznar (Pío Cabanillas, Abel Matutes, Ángel Acebes). Todos ellos quieren un pacto que «garantice la unidad de España, la igualdad de los españoles, la estabilidad política, el progreso económico, el desarrollo social, y la regeneración democrática». Aunque no citan a ningún partido, respaldan la apuesta por la gran coalición efectuada por Rajoy.

Presiones desde Podemos

Sánchez se encuentra en una posición muy difícil, pues ya ha dicho que de ningún modo se entenderá con el PP y es partidario de articular una mayoría alternativa. Esta segunda opción pasa por un pacto con Podemos, que exige «al menos» seis ministerios y la vicepresidencia, así como un ambicioso programa de reformas que incluya la revisión de la Carta Magna «con espíritu constituyente». Además, el PSOE necesitaría las abstenciones de los independentistas catalanes, que han asegurado que no facilitarán Gobiernos que no reconozcan la autodeterminación de su comunidad.

Errejón a Sánchez: «Debe decir qué le parece nuestra propuesta y dejarse de declaraciones de atrezo»

Mientras tanto, el partido de Iglesias presiona a Sánchez desde el lado contrario a la vieja guardia socialista. En numerosas ocasiones ha hablado Podemos de las dos almas que existen en el PSOE, pidiendo a su líder que demuestre si manda él o manda la vieja guardia y el sector menos izquierdista. El portavoz morado en el Congreso, Íñigo Errejón, insistió ayer en que los de Sánchez «deben decir qué les parece nuestra propuesta» de gobernar en coalición y dejarse de «declaraciones de atrezo» que no entran en el fondo del asunto.

«Tiene que decidirse el PSOE», concluyó, y abandonar el «espectáculo lamentable» que según Errejón están dando socialistas y populares. En contra de la propuesta de Iglesias ya se manifestaron también históricos como Alfredo Pérez Rubalcaba, Juan Carlos Rodríguez Ibarra o Alfonso Guerra. Ferraz sigue defendiendo que hasta que Rajoy no se someta a una investidura no es momento de negociarlo y en cualquier caso pretende que Sánchez gobierne «en minoría». Todo ello con el partido morado muy enfadado por el devenir de los acontecimientos en la Cámara baja.

Podemos se enfadó ayer enormemente con la distribución de escaños que aprobó la Mesa del Congreso, relegando al grupo morado a las filas superiores del hemiciclo. Consideran que se ha efectuado «una cacicada» contra ellos, producida gracias a la composición de la Mesa que el PSOE pactó con Ciudadanos y PP. Dicho acuerdo dejó a estas dos últimas formaciones la mayoría pero es que ayer a ellos se sumó Micaela Navarro, socialista andaluza que ocupa uno de los dos puestos del PSOE en el citado órgano. Votó a favor de ubicar a Podemos lejos de las filas con más visibilidad, un gesto que la formación morada considera elocuente y que no ayuda a fraguar el pacto de izquierdas.

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