El día de la prensa y víspera de la feria tecnológica CES, que comienza este miércoles en Las Vegas, ha servido para rebajar las expectativas de los que esperaban grandes anuncios de la industria automovilística. Sin embargo, ha supuesto la bienvenida a una nueva tableta de alto rendimiento, la Samsung Galaxy TabPro S, con la que Samsung pretende plantar cara al iPad Pro.

El “convertible” -como se denominan los dispositivos que pueden ser portátil y tableta a la vez- de Samsung funciona con Windows 10 y, con unas dimensiones de 12 pulgadas, entra de lleno en la batalla de las tabletas de alto rendimiento, ideadas para entornos profesionales.

La conferencia de prensa de la firma asiática ha sido, de lejos, la que más atención ha recibido; una sala abarrotada e infinidad de periodistas de pie han seguido las novedades que los directivos de Samsung en Estados Unidos han ofrecido a los asistentes. Han dado el suficiente material como para escribir una noticia, lo que al principio tampoco estaba asegurado, si se tiene en cuenta que algo han de reservar para el Mobile World Congress de Barcelona.

Las primeras referencias reiteraban la atonía de los eventos que se han ido sucediendo a lo largo del día de la prensa: el internet de las cosas, una nueva gama de televisores, algo de realidad virtual… Pero la liebre de verdad saltaba cuando Alanna Cotton, una de las vicepresidentas de la compañía en Estados Unidos, anunciaba que los relojes inteligentes, los Samsung Galaxy Gear, van a ser compatibles con el sistema operativo iOS, de Apple, a lo largo de este año.

Aunque parezca poca cosa, en un mundo en el que todos los fabricantes se concentran en promocionar la conexión entre su ecosistema de dispositivos, que el agnosticismo triunfe es toda una experiencia religiosa.

Asimismo, Samsung ha confirmado los rumores y ha presentado un frigorífico con una gran pantalla interactiva, desde la que se puede hacer la compra y consultar la agenda de cada día. Los coreanos han tenido la genial idea de instalar cámaras en su interior para realizar una panorámica cada vez que se cierran sus puertas. De esta forma, el usuario puede conocer desde su teléfono móvil y en cualquier momento lo que le hace falta en la despensa.

La compañía rompía definitivamente con la tónica insustancial de la jornada de las ruedas de prensa, aunque a lo largo del día también ha habido alguna que otra sorpresa.

Más “gadgets”

La gran rival de Samsung, la también surcoreana LG, ha utilizado el día de la prensa para presentar una gama de productos premium, Signature. Entre ellos hay varias lavadoras con las últimas innovaciones, así como un frigorífico que abre la puerta automáticamente cuando se pasa el pie cerca de él y muestra su contenido cuando se llama a la puerta con los nudillos.

Sin embargo, la gran innovación que ha anunciado la compañía es un televisor ultrafino, de 2,57 milímetros de espesor, el mismo grosor que el de cuatro tarjetas de crédito juntas.

Quizá lo más relevante de la rueda de prensa de LG es que no hayan presentado nada nuevo. Lo importante ha sido la declaración de intenciones que han realizado, ya que de ahora en adelante la empresa se va a concentrar en tres ejes: por un lado, como era de esperar, el internet de las cosas; por otro lado, inesperado, el mundo de los automóviles autónomos; y por último en el mercado del lujo, un cambio de rumbo frente la estrategia de competición en la gama media que ha sostenido tradicionalmente con Samsung.

Por el lujo también se ha decantado Huawei en su presentación de hoy. La enseña china ha desplegado dos nuevos dispositivos móviles, una versión dorada de su teléfono Nexus 6P y una edición de su reloj inteligente para mujeres, con una variante que incorpora cristales de Swarovski por 100 dólares más.

El móvil que ha presentado, el Mate 8, es una vuelta de tuerca de su phablet o tabletófono estrella. Cuenta con una cámara mejorada y algunos trucos nuevos, como el gesto de llamar a la puerta para guardar capturas de pantalla o funcionalidades adicionales para el detector de huellas. Por su parte, la tableta Mediapad M2es un refuerzo de su oferta en el segmento, pero con un lápiz inteligente –stylus-.

Sony ha esperado hasta el atardecer para mostrar su propuesta en este CES. Para empezar ha alardeado de las ventas de PlayStation 4, que estas navidades ha superado los 5,7 millones de unidades y que ya va por 35,9 millones de consolas entregadas a los consumidores desde que llegó a los escaparates.

En su stand, la marca japonesa va a tener una nueva gama -A7- de sus cámaras réflex, frecuentemente halagadas por los profesionales y aficionados. Además, Sony ha detallado algunas incorporaciones a su oferta de accesorios para escuchar música, así como un tocadiscos. Un tocata en 2016. Y si lo fabrican es porque, como han reconocido durante su rueda de prensa, se está produciendo una resurrección del vinilo.

La industria que no ha sorprendido

La decepción del día la ha aportado el sector de la automoción. Sobre todo porque las quinielas no se han cumplido y el presidente y consejero delegado de Ford, Mark Fields, no ha anunciado ninguna alianza con Google para el desarrollo del vehículo autónomo.

Fields cree que habrá coches que se conduzcan solos en el año 2020, motivo por el que la compañía va a triplicar el número de este tipo de prototipos en pruebas, aunque su objetivo parezca optimista comparado con otras voces del sector.

Este preciso invento, el coche que se conduce solo, ha protagonizado más malas vibraciones. El consejero delegado del Instituto de Investigación de Toyota, Gill Pratt, ha asegurado hoy que queda un largo trecho hasta que llegue el automóvil autónomo. De hecho, ha afirmado, por el momento sólo se han abordado los problemas más fáciles y no se ha afrontado la fiabilidad de la tecnología ni qué pasaría si dos coches inteligentes chocan.

“Estos sistemas [los coches autónomos que se han visto hasta ahora] sólo pueden manejar ciertas velocidades, ciertas condiciones climatológicas, cierta complejidad de las calles y cierto tráfico”, ha concluido.

Quien también ha mostrado su optimismo ha sido Herbert Diess, el presidente de la marca Volkswagen. Pese a comenzar su intervención, la última de la jornada, con un sonoro y sentido mea culpa en el que ha pedido perdón a los consumidores estadounidenses, el directivo se ha mostrado seguro de la capacidad del grupo alemán para liderar a la industria en el futuro.

Diess ha adelantado parte de su apuesta de futuro, con una versión eléctrica del Golf que saldrá al mercado este año y una caravana, la BUDD-e, que va a heredar la tradición del mítico microbus Volkswagen de los 60′ pero llena de innovaciones. Aunque estaba en las quinielas, la presentación ha sido de lo más interesante y resultón.

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