En la Unión Europea, desde 1980, se han perdido 620 millones de aves. Foto: SEO BirdLife

Se calcula que en el mundo hay, aproximadamente, 11.000 especies de aves. 5.245 de estos taxones, un 49%, presentan un declive alarmante en sus sus poblaciones. En 1.409 casos, un 13%, este descenso es tan acusado que han entrado en peligro de extinción, es decir, una de cada ocho aves en el mundo está amenazada. Solo un 6% de los taxones crece. Estas son las principales conclusiones del Estado de las Aves del Mundo, un compendio de todo el conocimiento ornitológico a escala global que, cada cuatro años, realiza BirdLife International, con las aportaciones en España de SEO/BirdLife. 

El estudio alerta de que se está produciendo un deterioro de la conservación de la mayoría de las poblaciones de aves, incluyendo a muchas especies que –como el gorrión o la golondrina- eran prácticamente ubicuas, especialmente en las latitudes templadas del planeta. Desde 1502, fecha en la que se encuadra la extinción de una abubilla de grandes dimensiones en la isla de Santa Elena, en el océano Atlántico, en torno a 187 especies de aves han desaparecido por completo.

Factores del declive global de especies

Algunas de las razones por las que se ha llegado a este estado de declive en las poblaciones de aves de todo el planeta son la expansión e intensificación de la agricultura, que afecta a un 73% de las especies amenazadas; la tala de árboles, que impacta sobre un 50%; las especies exóticas invasoras y otras especies problemáticas, un 40%; la caza, fundamentalmente la ilegal, que impacta sobre un 38%; irrumpe el cambio climático, que ya afecta a un 34% de las especies amenazadas, y el desarrollo urbano tiene un efecto negativo en un 27%. En conjunto, el 33% de los impactos sobre la biodiversidad en América del Sur y el 26% en África son propiciados por el consumo en otras partes del mundo.

Aves en peligro de extinción en todos los países

Las 187 extinciones que se conocen hasta la fecha podrían ser muchas más en poco tiempo. Todos los territorios y todos los países albergan, al menos, una especie de ave en peligro de extinción. Brasil e Indonesia encabezan la lista, con 175 y 171 especies en riesgo de desaparición, respectivamente.

De las 1409 especies amenazadas, 231 están en peligro crítico. En España, por ejemplo, hay tres en situación de riesgo extremo, el urogallo cantábrico, la cerceta pardilla, el alcaudón chico y la pardela balear, y otras 53 en las categorías de En Peligro Crítico y En Peligro.

Más allá de las extinciones, los autores del estudio llaman la atención sobre la disminución generalizada de poblaciones de aves que, hasta la fecha, se consideraban comunes. En la Unión Europea, desde 1980, se han perdido 620 millones de aves. En Norteamérica, una superficie cinco veces mayor, las pérdidas se contabilizan en 3.000 millones de aves en los últimos 50 años. Las más afectadas por este declive son las aves migratorias de larga distancia, como por ejemplo las aves marinas, y las aves ligadas a praderas, estepas y agroestepas. En la UE, desde 1980, se ha perdido el 57% de los individuos de este grupo de aves, que incluye a especies como el sisón, la avutarda, la perdiz, la codorniz o la tórtola europea.

Norteamérica y Europa lideran las cifras del estudio porque son las zonas con series más prolongadas de datos, pero los investigadores de BirdLife International dejan claro que el diezmado de poblaciones es global.

Para la  directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, “las aves son el canario en la mina. Nos alertan de las consecuencias que tiene la actividad humana sobre el medio ambiente y, por extensión, sobre nuestra salud. Un buen ejemplo de ellos es el creciente impacto que tiene el cambio climático sobre las poblaciones de aves y las previsiones que estamos manejando. Entre ellas, se estima que el 97% de las aves de EEUU podrían verse afectadas por el calentamiento global en 2100. Y en Europa las tendencias parecen las mismas”.

Añade que conviene hacerse a la idea de lo que significa que un grupo de aves, por ejemplo, las agrarias, haya perdido la mitad de sus ejemplares desde 1980. «Y hacerse esta pregunta: si eso está pasando a las aves, con las que compartimos aire, agua o alimento, ¿cómo nos afecta a nosotros esta situación? El hecho de no contar con un medio ambiente sano tiene consecuencias directas sobre nuestra salud, nuestra calidad de vida y nuestra esperanza de vida. Ralentizar o, directamente, no ejecutar los cambios que nos pide la Ciencia, por ejemplo, en la manera de generar energía o de transporte, solo puede considerarse decisiones perniciosas para todas y todos”.

Situación en España

SEO/BirdLife también ha actualizado el estado de las aves a nivel estatal. Actualmente, se ha confirmado la presencia de 462 especies, de las que el 63% serían autóctonas, es decir, se reproducen en territorio español. De ellas, 359 forman parte de la Lista Roja de Aves de España. Por tanto, según explica la organización, «existe preocupación –aunque sea leve- por su estado de conservación». Un total de 90 especies se encuentran bajo la categoría de amenaza, y de ellas 18 se hallan en situación crítica.

Como ocurre en el resto de Europa, la mayor parte de las especies de aves amenazadas habitan preferentemente en agrosistemas y otros hábitats seminaturales (34%), seguidas de las aves propias de humedales (24,7%). Un 18% de las aves amenazadas son especies marinas o costeras, el 12% habitan en zonas de montaña y, por último, tan solo el 10% estaría formado por aves propias de medios forestales. Y esta distribución refleja en gran medida, por tanto, cuáles son los hábitats más amenazados en España, destacando los sistemas agroesteparios y los humedales como los ecosistemas en peor estado.

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