El efecto llamada provoca en algunos negocios que de repente haya mucha competencia en un mercado que, a lo mejor, no puede absorber todo. Quizá sea el caso de la economía colaborativa en el ámbito de la movilidad (en Madrid), donde ha habido una explosión de firmas nuevas en los últimos meses. Por eso, Uber y otras compañías están pensando en planes más ambiciosos.

Por simbólico, y también polémico, el caso de la plataforma de alquiler de vehículos con chofer es un referente cuando hay movimientos. Y, en esta ocasión, supone algo importante. En concreto, Uber ha dado un primer paso en su estrategia de expansión en España con la puesta en marcha de una web, anunciada en primicia en Efe, para explorar el interés de posibles nuevos socios-conductores e inversores, para operar en un futuro en las ciudades más importantes. Por el momento, la plataforma de transporte opera únicamente y hasta la fecha en Madrid.

Sin ofrecer datos concretos, la compañía asegura que en esta ciudad ha multiplicado por seis en el último medio año tanto su actividad, el volumen de negocio, como el número de licencias de Vehículo con Conductor (VTC).

Aunque precisamente el de las licencias sigue siendo su gran reto. El director general para el Sur de Europa de Uber, Carles Lloret, asegura que el número de licencias VTC para operar es «aún muy bajo en relación con el potencial» de esas ciudades. En ese sentido, Lloret recuerda en una entrevista con Efe, que el Reglamento de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (ROTT) marca un máximo de una licencia VTC por cada treinta licencias de taxi.

Sin embargo, ha precisado que esa proporción de 1 a 30 «ya no existe», debido a que «van prosperando los recursos judiciales interpuestos» al amparo de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT). De hecho, en Madrid están ya operativas 2.000 licencias VTC por las 16.000 expedidas para taxis, ha indicado Lloret.

La explicación desde Uber de esta disparidad en el ratio de licencias VTC se debe a que, durante el periodo comprendido entre 2009 y 2015, algunos socios de la compañía iniciaron procesos judiciales tras serles denegadas las licencias VTC por las respectivas comunidades autónomas, al amparo del ROTT.

Uber no está sola

Hace pocos días, según adelantaban los medios de Unidad Editorial, la compañía de vehículo compartido Emov estaría buscando ampliar su mercado tras su reciente llegada a Madrid. Así, según las propias palabras de su director general, Fernando Izquierdo, la firma ambiciona estar presente en más ciudades españolas. «Todo dependerá de si se hace por concurso público o se da prioridad a la iniciativa privada», aseguraba.

Y no es la única. Car2Go, que cuenta con más de 100.000 usuarios en Madrid, trata de establecerse en Barcelona, prácticamente desde que iniciara su actividad en la capital, aunque las negociaciones están enquistadas. Pero todo hace indicar que seguirá los pasos de su competencia en los mercados en los que tenga pensado establecerse.

Otro caso es el de Cabify, que ya está operando en Málaga, y tiene previsto seguir conquistando ciudades del resto de la geografía española. Esto ha sido, quizá, el detonante para que Uber se haya propuesto abrir otros mercados.

Las grandes ciudades como Madrid representan un gran negocio, pero también es finito. Además, en este contexto hay que contar con los taxistas que siguen jugando su papel. Por ahora Uber ha activado la web «t.uber.com/sumate», por la que va a explorar la demanda real de usuarios en toda España y cotejarla con el interés real de usuarios-conductores, inversores o propietarios de flotas de vehículos.

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