Según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones publicados esta mañana, la afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos aumentó en 9.640 (+0’3%) durante el mes de mayo, marcado por el impacto del Covid-19 en la actividad económica y por la incidencia de las medidas excepcionales económicas y de protección social. Este dato contrasta con la tendencia a la baja que se apreciaba en marzo y todo el mes de abril, cuando se alcanzó una pérdida de hasta 46.630 autónomos cotizantes. Para la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), detrás de las cifras de mayo hay “un horizonte de esperanza, que constata que la política de sostenimiento de las rentas, con medidas como la prestación extraordinaria con exoneración de cuotas, ha sido efectiva para contener la crisis social y está siéndolo también para revertir la sangría”, según su secretaria general María José Landaburu, para quien “no puede ser el momento de echar el freno a esas políticas según avanza la desescalada, sino la de seguir allanando el camino de la recuperación económica sin dejar a nadie atrás”.

Los mayores crecimientos de autónomos en mayo se han producido en los sectores de la construcción, con 4.311 (+1,14%); la hostelería, con 1.647 (+0,5%); el comercio, 1.643 (+0,2%);  otros servicios, con 1.433 (+0,7%); el transporte, con 851 (+0,4%); y la agricultura, con 787 (0,3%). Por su parte, las actividades profesionales se redujeron con 365 bajas (-0,1%), y también experimentó un decrecimiento la industria manufacturera, con 355 trabajadores menos (-0,2%).

Los datos acumulados desde el inicio de la pandemia (entre el 12 de marzo y 31 de mayo), muestran una mayor resistencia del trabajo por cuenta propia, con una caída del 1,2%, frente a la caída del 4,9% en el régimen general. Es decir, el trabajo por cuenta propia se ha reducido cuatro veces menos que el trabajo asalariado. Para UATAE, esta cifra no debe llevar a la autocomplacencia, sino ser un aliciente para resolver las carencias estructurales de protección social del colectivo de trabajadores y trabajadoras autónomas.

En cuanto a la la influencia positiva que en estos datos han tenido las medidas de protección puestas en marcha por el gobierno (ERTES y protección extraordinaria por cese de actividad para las autónomas y autónomos), la Unión de Autónomos destaca que a 26 de mayo la cifra de beneficiarios de la prestación extraordinaria era de 1.412.605, un 44% del total de autónomos, con una amplia incidencia en sectores como comercio, hostelería y construcción. Ahora es imprescindible mantener estas medidas en la desescalada y valorar su prolongación más allá de esta, especialmente en los sectores que encuentren más dificultades para su recuperación. “La desescalada es sólo el inicio de la recuperación, y por ello las medidas excepcionales de protección no pueden desaparecer de un día a otro”, señala Landaburu: “Ahora más que nunca hay que redoblar esfuerzos e inversión pública para acompañar a los sectores más castigados y a sus trabajadores autónomos”.

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