La cocaína, el cannabis y los opiáceos son cada vez más fáciles de comprar, ya que las redes delictivas y los grupos armados aprovechan que la frágil región del Sahel es un «punto de escala natural» hacia Europa en las rutas de tráfico desde Sudamérica.
Según un nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el tráfico de drogas en el Sahel sigue obstaculizando la seguridad, el desarrollo económico y el Estado de derecho, al tiempo que pone en peligro la salud pública.
«El narcotráfico está muy arraigado en la región del Sahel, con consecuencias perjudiciales tanto a escala local como mundial«, explica Amado Philip de Andrés, que dirige la oficina regional de África Occidental y Central de ese organismo.
«El aumento de los flujos de drogas hacia África Occidental y el Sahel socava la paz y la estabilidad en la región», afirma. «No se trata sólo de un problema de seguridad, ya que los grupos armados obtienen ingresos para financiar sus operaciones, sino también de un problema de salud pública, ya que los grupos delictivos aprovechan el crecimiento de la población para ampliar los mercados de drogas ilícitas».
Tráfico a gran escala
En algunos países del Sahel, como Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger, la resina de cannabis sigue siendo la droga de tráfico internacional más incautada, seguida de la cocaína y los opiáceos farmacéuticos.
De hecho, las incautaciones de cocaína se dispararon en el Sahel en 2022, pasando de una media de 13 kg al año incautados entre 2015 y 2020 a 1.466 kg en 2022. Según las evaluaciones de la UNODC, esto sugiere la presencia de tráfico de cocaína a gran escala a través de la región.
Aunque no se disponía de estimaciones anuales para 2023, a mediados de año ya se habían incautado 2,3 toneladas de cocaína en Mauritania, según la agencia.
Un círculo vicioso
La economía de la droga y la inestabilidad en el Sahel están vinculadas por un «círculo vicioso» en el que la debilidad del Estado de derecho facilita la expansión de la economía de la droga. Esto, a su vez, puede proporcionar recursos financieros para mantener o ampliar los conflictos, que luego siguen debilitando el Estado de derecho.
El informe también destaca la abrumadora evidencia de la continua implicación de los grupos armados en el tráfico de drogas en la región.
El narcotráfico sigue proporcionando recursos financieros a los grupos armados de la región, como la Plateforme des mouvements du 14 juin 2014 d’Alger en Argelia y la Coordination des Mouvements de l’Azawad (CMA) en Malí, lo que les permite mantener su implicación en los conflictos, sobre todo mediante la compra de armas.
Mientras tanto, los traficantes utilizan el blanqueo de capitales para camuflar sus ganancias ilícitas en un número creciente de sectores, desde el oro hasta el sector inmobiliario. Esto hace que las transacciones financieras sean más difíciles de rastrear, al tiempo que proporciona a los traficantes una mayor influencia económica y «un barniz de legitimidad”, permitiéndoles eludir eficazmente la acción de la justicia.
Corrupción, grupos terroristas y delincuencia organizada
Las recientes incautaciones, detenciones y encarcelamientos en la región del Sahel revelan cómo el narcotráfico se ve facilitado por un amplio abanico de individuos, que pueden incluir a miembros de la élite política, líderes comunitarios y jefes de grupos armados.
Además, la lucha contra los grupos terroristas que operan en esta región, ocupó un lugar destacado en la reciente Reunión Africana de Alto Nivel contra el Terrorismo, celebrada en Abuja, Nigeria a finales de abril. Entre las preocupaciones planteadas por los Jefes de Estado de toda la región figuraban los crecientes vínculos entre el terrorismo y la delincuencia organizada.
En su intervención en la reunión, la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, describió la situación en el Sahel, como grave, señalando que en la región se produce actualmente casi la mitad de todas las muertes por terrorismo en el mundo.
«Un factor importante que ha alimentado el aumento de la insurgencia en el Sahel es la delincuencia organizada, en particular la proliferación y el contrabando de armas de fuego a través de nuestras porosas fronteras», comentó Mohamed, de origen nigeriano. «La disponibilidad de armas da poder a los grupos terroristas, a menudo mejor equipados con la última tecnología».
Amenazas a la paz y la seguridad
En la reunión, el responsable de la lucha antiterrorista de la ONU, Vladimir Voronkov, advirtió que Daesh, Al-Qaida y sus afiliados han logrado avances significativos en el Sahel y se están desplazando hacia el sur, hacia el Golfo de Guinea.
«Reconocemos que ningún actor puede resolver por sí solo las amenazas actuales a la paz y la seguridad», afirmó. «En lugar de ello, necesitamos que múltiples actores trabajen juntos, con soluciones basadas en una fuerte propiedad nacional y respaldadas por socios financieros».
Un «cambio radical» en los compromisos para abordar esos complejos desafíos se produjo con la apelación conjunta de las Naciones Unidas para la lucha contra el terrorismo en África, dijo Voronkov, la cual reúne a 16 entidades de la ONU en apoyo de 10 nuevas iniciativas de múltiples socios en todo el continente para abordar esos desafíos críticos en áreas como la gestión de fronteras y la lucha contra el terrorismo, los viajes en el continente y el nexo entre el terrorismo y el crimen organizado.
Asimismo, Voronkov afirmó: «Los Estados de la región del Sahel, junto con la comunidad internacional, deben tomar medidas urgentes, coordinadas e integrales para desmantelar las redes de narcotráfico y dar a la gente de estos países el futuro que merecen».