En septiembre comenzará en Tenerife el rodaje de la quinta entrega de Bourne, el amnésico espía creado por Robert Ludlum, que en sus dicharacheras y emocionantes aventuras mantiene una lucha inmisericorde contra la agencia que le vio nacer, la malvada CIA.

Tenerife ya ha sido escenario de varios blockbusters, entre ellos Fast & Furious 6 (2013) y la denostada (con motivo) Furia de Titanes (2010) y sus autoridades conocen los beneficios sobre las cifras de visitantes que produce el ser escenario de una de estas superproducciones, además del aumento del volumen de trabajo para algunas empresas locales, así como para los habitantes que participan como extras durante los días de filmación. También se producen inconvenientes para los vecinos, pero es un mal menor si nos esforzamos en obtener una visión panorámica de toda la situación balanceando inconvenientes y beneficios. De hecho, Manila, escenario seleccionado por la productora para el rodaje de El Legado de Bourne vio cómo solo por el hecho de aparecer en la película, las búsquedas de hoteles en la ciudad aumentaron en un 331%.

En mi primera colaboración para SABEMOS (De Vacaciones a Westeros) ya analicé lo que supuso para Nueva Zelanda ser elegida como representación mundanal de la Tierra Media o para Croacia formar parte de Westeros. ¿Pero qué sucede cuando Harry Potter va a King Cross a coger el expreso de Hogwarts o cuando el grueso del equipo de Ethan Hunt es asesinado en Praga? Pues exactamente lo mismo, las búsquedas online sobre ese emplazamiento aumentan, lo cual revierte en una mayor y mejor información del espectador sobre el destino; y esto puede llegar a generar una subida en las cifras de visitantes, tanto durante el año siguiente al estreno de la película, como en años posteriores cuando se trata de un destino más lejano o menos asequible al españolito medio.

De hecho, eran tantos los visitantes que llegaban a King Cross con la ilusión de visitar el lugar donde Harry Potter comienza sus viajes a la Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts, que finalmente, los responsables de la estación instalaron un letrero indicador del Andén 9 ¾ y una escultura que recuerda el paso de los magos por el muro de ladrillos hacia ese andén secreto. Y por supuesto, la Oficina de Turismo de Londres ofrece en su web itinerarios por la ciudad basados en los libros y películas del niño que sobrevivió. También puede encontrarse en la ciudad un hotel inspirado en el mundo de Harry Potter y los estudios Warner, donde los visitantes experimentarán toda la magia de Hogwarts y de paso, conseguirán una experiencia harrypottiense completa.

James Bond es fuente de inspiración para innumerables viajeros. Sin ir más lejos, tras el estreno de Skyfall, las estancias en Estambul, Turquía, aumentaron un 93%, según Hoteles.com. Recordemos que los tejados de la parte vieja de la ciudad fueron escenario de una de las persecuciones más emocionantes de los últimos años. Venecia, Bahamas y Bilbao, son algunos de los lugares visitados por el agente secreto más famoso y letal del MI6. Y si no podemos tener su Aston Martin o su reloj Omega, por qué no nos vamos a dar el capricho de visitar las mismas ciudades que él visita.

El turismo cinematográfico no es un fenómeno nuevo, lleva produciéndose algunas décadas. Kenia apareció en la película Memorias de África en 1985. En aquel momento, el país recibía anualmente, aproximadamente 250.000 visitantes. Un año después, se recibieron 700.000 turistas. El cine también sirve para descubrir destinos, sin embargo, las autoridades locales deben poner de su parte y proporcionar a los visitantes un entorno seguro, cosa que en Kenia no siempre han sido capaces de hacer.

Existen incontables ejemplos a lo largo de la historia del cine. Es imposible poner un pie en Casablanca y no recordar a Ingrid Bergman y Humphrey Bogart… Y eso que la película se rodó en estudios. Pero en la ciudad marroquí es posible visitar el Rick´s Café y cenar mientras el pianista aporrea las teclas para extraer As Time goes By. Ya sabe, siempre nos quedará un avezado hombre de negocios que haga nuestro sueño realidad… O París, qué más da.

Otros ejemplos de la ventajosa relación entre cine y turismo son el aumento del 300% en las visitas al monumento Wallace en Escocia al año siguiente del estreno de Braveheart.; el 10% en el incremento de turistas al barrio de Notting Hill en Londres al mes del estreno de la película del mismo nombre; o el 22% de incremento de viajeros en Tailandia tras el estreno de La Playa.

El cine es una herramienta de promoción turística sin igual y la prueba está en las cifras. Los ayuntamientos necesitan promover y promocionarse como escenario para el rodaje de producciones tanto de cine como de televisión en tierras patrias y a precios económicos para las productoras. La filmación de una película puede generar incomodidades a los vecinos locales así como cortes de tráfico y de calles indeseados. Sí, son una auténtica molestia para el día a día, pero ayudan a generar interés en el espectador y eso, amigos, produce más visitantes e ingresos para el país. También ayudan a crear imagen de marca… A no ser que en la película en cuestión presenten la Semana Santa sevillana como un evento en el que se prende fuego a imágenes de santos… Efectivamente, en la presentación de un destino en el cine, se han producido cagadas monumentales, no lo vamos a negar a estas alturas. Pero en el cómputo general siguen ganando los beneficios, eso tampoco vamos a negarlo puesto que el turismo cinematográfico movió 40 millones de personas en 2013.

El pasado año la Madrid Film Commission tuvo que cerrar por falta de fondos y en febrero de este mismo año, la Comunidad de Madrid, por boca de Ignacio González, anunciaba una inversión de 300.000 euros  para subvencionar el rodaje de largometrajes en la región, además de la eliminación de impuestos para el rodaje en el metro de la ciudad. Cabe preguntarse si estas acciones por parte de los organismos oficiales madrileños, son suficientes para promocionar la capital del país como escenario cinematográfico. Del mismo modo, sería deseable que nuestras autoridades se convenciesen de una vez por todas de que tener tu ciudad en una película, no solo es bonito, también es útil en términos económicos, sobre todo si tienes la suerte de que alguien como Woody Allen te seleccione como escenario de su próxima película. El neoyorquino tiene el extraño don de conseguir que las localizaciones se conviertan en un personaje más de su obra, retratando a la perfección el espíritu de la ciudad en cuestión.

Me dejo ejemplos en el tintero, lo sé, algunos magníficos como Roma en A Roma con Amor, Barcelona en Vicky, Cristina, Barcelona, Madrid en Abre los Ojos, el Nueva York de Spiderman o el de El Padrino, el Londres de 28 Días Después… Y así, un eterno etcétera. Vayan al cine, fíjense en los entornos donde se desarrolla la acción y tal vez, salgan de la sala con el destino de sus próximas vacaciones.

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