“El sueño americano” es un concepto tan difuso, tan abierto a interpretaciones, tan subjetivo, y al mismo tiempo tan resobado, tan tópico por culpa de mil y un enfoques de novelistas, poetas y dibujantes, que su sola mención ya supone abrir una caja de los truenos y poner sobre la mesa un crisol de visiones.

Podría decirse que cada artista americano tiene su propia concepción del sueño americano, y por eso la aproximación de Tim Lane a la idea es especialmente adecuada.

The Lonesome Go es una colección de historias, relatos, experimentos gráficos, incluso fotografías, desplegables y todo tipo de imitaciones de formatos de la cultura pop (de anuncios en revistas a recortables de cantantes famosos) que, cada caso a su manera, intentan sumar algo a esa visión poliédrica y algo inasible del sueño americano.

Situado al lado del lumpen desde el primer momento (con un primer tramo interesantísimo donde Lane detalla las vicisitudes de los vagabundos que se colaban en vagones de trenes de mercancías, y las historias a las que todo ello daba pie), el autor de Coches abandonados va sumando historias, reflexiones, a veces incluso ensayos sobre la cultura popular y el impacto de elementos paradigmáticos de la misma, como las motocicletas o los avistamientos de OVNIS. El resultado es a la vez asombrosamente compacto e inevitablemente deslavazado.

El lector acaba la lectura de estas casi trescientas voluminosas páginas que Sapristi edita con notable sentido del riesgo con la sensación de que Lane podía haber escrito y dibujado otras trescientas. Y luego otras trescientas más. Su versatilidad gráfica y su capacidad para variar el tono de la narración según lo que está contando convierte a The Lonesome Go en una novela gráfica agotadora y que exige un esfuerzo al lector, pero que compensa con una serie de historias inolvidables y esa citada idea de que hay algo intangible que da sentido a todas, pero que Lane no hace explícito en ningún momento.

Los fantasmas de Carver, Bukowski o Kerouac, por citar solo los obvios referentes literarios, sobrevuelan estas historias pobladas de callejones donde se amontonan los borrachos, clubs de strip-tease donde se desencadenan obsesiones inexplicables y sótanos donde se juegan timbas prohibidas, pero también hay cierto gusto por los tópicos del pulp y la literatura de género. Una de las mejores historias, Piano beligerante, es pura novela negra barata, y Carne se adentra directmente en una pornografía novelada que no tiene nada de artística, pero Lane no se deja llevar por ningún código y permanece siempre personal, manejando múltiples referentes sin dejarse atrapar por ninguno.

Es muy complicado explicar The Lonesome Go, en fin. Quizás ahí esté su grandeza. Posiblemente, porque the Lonesome Go es, como esas grandes novelas americanas en las que Tim Lane quiere verse reflejado, una experiencia narrativa que es mejor vivir que explicar.

ficha

The Lonesome Go
Tim Lane
Sapristi
2015

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