La manera de consumir la televisión ha cambiado. Y esto es solo el principio. Pese a que su visionado se mantiene más o menos estable, nada es igual. Esto también afecta a la tecnología para producir el contenido. España es suelo abonado para el consumo de televisión digital terrestre (TDT) y ahora también a través de internet, con el gran impulso inversor de Telefónica en el despliegue de fibra. Pero eso no es todo. También está la televisión por satélite, que se enfrenta a los otros dos conceptos en desigualdad de condiciones.

Sobre todo, el gran problema de esta tecnología se encuentra en las ayudas, ilegales según el alto tribunal de Luxemburgo, que se han ofrecido a la TDT en los últimos años. En este sentido, el director de desarrollo de negocio de SES Astra en España, Miguel Pingarrón, explica a SABEMOS que el dinero público que se utiliza para ayudar a la televisión digital afecta de manera directa a la competencia entre las empresas del sector que ofrecen servicios con diferente tecnología.

La situación es la siguiente: En España un 60% de la población ve la televisión a través de la TDT, siendo la opción mayoritaria frente a la IPTV (17%) y el satélite (15%). Por tanto, es una preocupación para cualquier Gobierno que se vea la tele en todos los lugares. La ley exige a los canales privados llegar al 96% de la población, y al 98% en el caso de los públicos. Para que la televisión llegue a los 600.000 hogares que según estimaciones del sector están en sombra, el Gobierno ha diseñado planes de extensión de la cobertura.

De este modo, el Gobierno destina una cantidad de dinero para enmendar la situación. Lo hace mediante concursos de adjudicación. Y aquí es donde entra la diferencia económica entre quienes hacen propuestas basadas en redes terrestres o vía satélite.

Bruselas declaró ilegales las ayudas en dos decisiones de 2014 y 2013 por considerar que no respetaban el principio de neutralidad tecnológica. Los fondos se destinaron exclusivamente a operadores terrestres y excluyeron a plataformas por satélite, cable o internet, según el Ejecutivo comunitario.

Desde SES Astra no valoran si deben existir ayudas públicas o no para la televisión. Lo que tienen claro es que en ningún momento pueden interferir en la competencia entre distintas compañías y tecnologías. Pingarrón asegura que los usuarios no tienen preferencia por ningún tipo de plataforma. Asume que les da lo mismo TDT, fibra o satélite. Por ello, cree que todas deben tener las mismas oportunidades.

También tienen claro que desde Europa han exigido a España que haya una competencia efectiva entre plataformas; y, estiman, eso por el momento se está dando, debido a esas ayudas, por encima de los 300 millones de euros, de las que apenas se han recuperado un 2% tras la sentencia de Luxemburgo.

Telefónica, otro inconveniente

Otro de los problemas que se ha encontrado la televisión por satélite ha sido la fibra. En concreto, la apuesta que han llevado a cabo algunos de los actores más importantes en la TV satelital. Es el caso de Telefónica.

El director general de SES Astra en España, Luis Sahún, asegura que gran parte del decrecimiento de la televisión por satélite en España he llegado tras la compra de Canal+ (DTS) por parte de Telefónica. En su momento la teleco compró la compañía de televisión por los contenidos, y ahora quiere pasar a esos clientes a sus planes combinados de internet fijo, donde también ofrece paquetes de televisión.

Sahún asume que esa pérdida de clientes por satélite, en esta rama de su negocio, seguirá creciendo. La inversión del operador azul en fibra está siendo muy grande. Por lo tanto, la manera de rentabilizarlo es convertir a sus clientes de televisión por satélite en clientes de fibra.

Según cifras de Telefónica en el tercer trimestre de 2016, había 678.000 accesos de DTS por satélite, pero con una pérdida en esa tecnología de 44.000 clientes. Y en caída continua.

Una perspectiva de futuro optimista

Pese a estas piedras en el camino, Luis Sahún piensa que hay margen para el optimismo. En primer lugar estima que las zonas remotas, donde Telefónica tiene pensado también desplegar fibra -aunque está por ver- sigue siendo un emplazamiento franco para la tecnología por satélite, dado que ellos no tienen tantos inconvenientes geográficos.

Por otra parte, tras el segundo dividendo digital que será inminente, la TDT deberá cambiar -de nuevo- su emplazamiento en el espectro radioeléctrico, y eso les dejará con menos posibilidades para mejorar técnicamente la calidad de la imagen. De nuevo, el satélite no tiene estos problemas, por lo que la alta ultra definición la pueden ofrecer perfectamente.

Por lo tanto, esa parte de televisión lineal; es decir, el consumo que se hace en directo, la televisión por satélite debe aprovecharla. Aunque quizá sea pronto para hacer pronósticos a largo plazo.

Imagen | ‘ExchangeWire

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