El próximo 19 de mayo la Comisión Europea dará luz verde o no a la compra de O2, filial de Telefónica en Reino Unido, por parte del grupo Hutchison. Hasta entonces habrá luces y sombras en una operación que tiene tantos detractores como defensores.

El escenario es claro: Hutchison quiere comprar la filial británica de Telefónica, O2, y fusionarla con Three, propiedad de los hongkoneses. Así, crearían la primera compañía por cuota de mercado, con casi el 40%. Detrás estarían EE con un 29% y Vodafone con un 23%. Es decir, se daría la situación que poco gusta a Bruselas: que solo haya tres actores en el mercado móvil.

Esto no solo desagrada a la CE. El regulador de telecos británico, Ofcom, ya se ha pronunciado contrario a la fusión. Y el último en hacerlo ha sido el organismo de la competencia de Reino Unido (CMA), que ha mandado una misiva a la Comisión para manifestar su contrariedad con la operación.

Teniendo en contra tanto al regulador como el órgano de competencia de Reino Unido, Hutchison ya ha manifestado que está dispuesto a ceder parte de sus redes a la competencia y a hacer todo lo posible para que siga habiendo tensión competitiva en el mercado. Asimismo, congelaría los precios y daría acceso mayorista con ventajas a ciertos operadores móviles.

Las quejas de Hutchison

El tiempo de respuesta de Hutchison a la carta del órgano de competencia ha sido muy rápido. En un comunicado, reconoce que no es una «sorpresa» que la CMA se oponga a la fusión, como ocurre con el regulador británico de telecomunicaciones Ofcom, pero remarca que es Bruselas quien debe evaluar las preocupaciones por la competencia teniendo en cuenta los hechos y los remedios propuestos.

«Confiamos en que la Comisión ejercitará su obligación legal de revisar el caso según sus méritos y tendrá en cuenta el impacto de los remedio presentados y la entrada de nuevos actores en la competencia y en los precios en el mercado móvil de Reino Unido».

En especial, critica que la carta de la CMA considere la creación de un cuarto operador con red propia como la única solución para los problemas de competencia que presenta la fusión, cuando no «hay ningún análisis o argumento» que apoye esto.

El mito del cuarto operador

La insistencia de que haya un cuarto operador móvil en el mercado británico no tiene ningún fundamento si se mira el resto de países. Por ejemplo, en España, entre Movistar, Orange y Vodafone, más sus operadores virtuales, acaparan el 89% de mercado.

En Alemania sucede lo mismo. O2 (38%), Vodafone (26%) y T.Mobile (25%) tienen el control móvil. Igual que en Francia, donde Orange con un 39% y SFR con un 28% dejan la competencia mermada, y no pasa nada.

Por eso, no se sostiene el argumento de Ofcom y CMA. Ningún gran mercado europeo tiene cuatro operadores en total competencia. Por lo tanto, no parece que el día 19 de mayo cuando se resuelva el conflicto sea el motivo para dar luz verde o no.

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