Con una extensión de más de 6.300 kilómetros cuadrados -un poco menos que el País Vasco- y casi veinticinco millones de habitantes, Shanghái es la capital china de la economía, la cultura, el diseño, la innovación tecnológica y el mundo financiero. Muy desarrollada en lo que se refiere a las infraestructuras, que parecen propias de una película de ciencia ficción, y las comunicaciones, esta ciudad ha adquirido un notable desarrollo en los últimos años, sobre todo en las últimas dos décadas en las cuales la economía china se abrió al mundo dejando atrás para siempre el aislacionismo. Te presentamos los principales lugares que no debes dejar de visitar en tu próxima visita a esta gran urbe del siglo XXI, una ciudad que rivaliza por ser la primera de China con Hong Kong y que cuenta con una Bolsa de valores de primer orden e importancia mundial. También es una zona especial de libre comercio y el mayor puerto del mundo, habiendo superado al de Singapur en el año 2010.
El gran centro financiero
Situado a orillas del río Huang Pu, casi enfrente de la Vieja Ciudad de Shangái, el gran centro financiero cuenta con casi todos los edificios más emblemáticos de la capital. Las distancias en esta ciudad son enormes, por tanto te recomendamos o bien tomar el autobús turístico que pasa por allí o acercarte en el modernísimo metro de la ciudad. Organiza y planifica bien tus visitas, ya que casi nadie habla inglés y conviene anotar cuidadosamente las direcciones donde tenemos que ir en chino mandarín para que podamos hacer que nos entiendan. Este gran centro financiero se encuentra en el distrito de Pudong y cuenta entre sus edificios con el Centro Financiero Internacional –Shangai Word Financial World Center, SWFC-, el Jin Mao, el One Lujiazui, la Shanghai Tower y la Torre de la Televisión Perla de Oriente, seguramente la construcción más emblemática de esta ciudad y el edificio más universalmente conocido de esta gran capital. La torre es la tercera más alta del mundo con 468 metros y posee tres imponentes esferas. Otra torre imprescindible de la ciudad es la ya citada Jin Mao y sus 88 pisos. Una buena opción para ir hasta allá son los taxis -muy económicos-, siempre y cuando consigas hacerte entender en mandarín. Valor y al toro.
Xintiandi
Es un pequeño barrio coqueto, pequeño, manejable y bastante cercano a la plaza del Pueblo de Shanghái. La zona está repleta de casas típicamente chinas, algunas muy antiguas, y en este barrio se encuentra el lugar donde se fundó el Partido Comunista Chino, en 1921, por Mao Tsé Tung. Te recomendamos una visita al museo en cuestión, donde conocerás algunos aspectos fundamentales de la historia de China, y desde allí te puedes dirigir andando o bien a la antigua concesión francesa o a la Vieja Ciudad de Shanghái. Si tu hotel se encuentra
bien situado, puedes ir andando o siempre te quedarán las buenas opciones del metro y el taxi. Los taxis son muy baratos y las carreras se mueven en una horquilla que va de los dos o tres euros a los cinco como máximo.
Templo del Buda del Jade
Te recomendamos especialmente este lugar, que se encuentra algo distante del centro de la ciudad, porque es seguramente el mejor templo religioso budista de toda la ciudad. No es tan monumental en su exterior, sino que sus verdaderos tesoros se encuentran en su interior, donde podremos ver dos impresionantes estatuas de Buda realizadas en jade. En una página de turismo de la ciudad hemos encontrado este breve relato que reproducimos a continuación: “Durante la dinastía Quing, un monje de nombre Hui Gen realizó un viaje de peregrinación al Tíbet. De regreso a China, el monje paró en Birmania; ahí, un emigrante chino le regaló cinco estatuas de jade que representaban a Buda. Hui Gen construyó un templo para albergar las estatuas gracias a los donativos que recibió. Sin embargo, el templo original fue ocupado en 1911 y las estatuas, y el templo, se trasladaron a su ubicación actual. En el Gran Salón de la Magnificencia se encuentran tres estatuas que muestran a Buda en diferentes formas: Amitābha, Siddhartha Gautama y el Buda de la medicina”. Cobran por entrar y te recomendamos tomar un taxi con la ayuda de personal chino para ir hasta allá. Está bastante lejos
del centro pero es un lugar casi mágico e icónico que no te puedes perder.
La Plaza del Pueblo
Te recomendamos alojarte cerca de ese lugar, pues desde allí te queda relativamente cerca todo. Además, tiene una parada de metro con buena accesibilidad a casi todas las áreas de la ciudad, paradas de taxi cerca, salen numerosos autobuses y puedes ir andando hasta la Concesión Francesa y la Vieja Ciudad de Shanghái. Esta plaza se erige en el antiguo hipódromo de la urbe y en sus alrededores se encuentran el Gran Teatro de Shanghái, el Salón de Exposición de la Planificación Urbanística, el Edificio Gubernamental Municipal y el Museo de Shanghái -un lugar que no debes dejar de visitar aunque sea brevemente-. Es un lugar emblemático y Nanjing
en su entorno se han producido importantes eventos en la historia de China, como las manifestaciones en los años sesenta a favor de la cruenta Revolución Cultural y la protesta popular bañada en sangre en 1989, cuando los jóvenes y estudiantes chinos pedían más libertad y democracia.
La calle peatonal Nanjing
Cuando visites esta calle con detenimiento y observes sus tiendas y negocios, comprenderás que la Guerra Fría la
ganaron McDonald y Burger King. Este calle es el centro comercial de la ciudad y allí podrás encontrar todas las tiendas de las marcas, restaurantes y franquicias internacionales. Cuenta con algunos restaurantes y bares y se encuentra relativamente cerca de casi todos los lugares de interés de Shanghái. Recomendamos esta zona también a la hora de elegir tu hotel, aunque es una zona cara y bastante turística, ya que cuenta con las mejores comunicaciones para poderte desplazar en tus visitas. No es la zona donde vas a encontrar los grandes chochos y gangas para hacer tus compras, pero sí donde podrás observar los cambios operados en China en estos años. También la impresionante metamorfosis observada en esta ciudad tras casi tres décadas de reformas en este gran país tan desconocido como lejano para la mayoría de los españoles.