Banco Santander ha acudido al rescate de Coca-Cola participando en una emisión de deuda de 6.500 millones de dólares por la caída de sus ingresos por la crisis del Covid19. La multinacional de Atlanta ha llegado a un acuerdo con el banco presidido por Ana Patricia Botín, que ocupa un puesto en el Consejo de Administración del líder mundial en la venta de refrescos, junto a otras 5 entidades: BNP, Barclays, Deutsche Bank, HSBC y Morgan Stanley.
En concreto, según ha publicado VozPopuli, el Santander, se ha comprometido con 959 millones de dólares. Esta operación, según Coca-Cola, no tiene otro fin que aprovechar la situación actual de los mercados para conseguir mejores condiciones de financiación. Las multinacionales, como siempre, aprovechando las crisis para ganar más dinero. En este caso, ahorrándose costes de financiación.
Esta no es la única operación de refinanciación de grandes multinacionales de los Estados Unidos, dado que ha participado en la emisión de deuda de IBM por 4.000 millones de dólares, en unas condiciones similares a las de Coca-Cola.
Sin embargo, la mayor operación en la que se ha embarcado la entidad presidida por Ana Patricia Botín es la de Disney, donde ha participado, junto a otras entidades, en la financiación de la multinacional del entretenimiento por un valor de 19.500 millones de dólares.
Estos movimientos contrastan con el hecho de que aún no han pasado 6 meses desde que el Santander cerró su Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en el que se despidió a 3.069 personas.
Hay que recordar las condiciones en las que se hizo. En primer lugar, el ERE atacó a las mujeres con hijos o con personas dependientes a cargo y que estaban en régimen de reducción de jornada, un derecho de los trabajadores y trabajadoras que al Santander no pareció gustarle. A este respecto, una trabajadora nos indicó lo siguiente: «Acabo de firmar mi salida en el ERE después de la invitación formal de la empresa a través de reunión “informativa” con recursos humanos donde se me informa de la indemnización si firmo voluntaria y de la cantidad inferior si finalmente se produjera la salida forzosa. Esto me ha pasado después de 14 años en la empresa (procedo de Popular), desde 2011 como directora de oficina, y tras haber solicitado en abril del presente año reducción de jornada al incorporarme de baja de maternidad de mi segundo hijo ante la imposibilidad de conciliar sin esta medida».
En segundo término, los empleados con los que contactó Diario16 afirmaron que la «voluntariedad» que se quería vender al exterior no era tal, puesto que en reuniones con los departamentos de recursos humanos, se instaba al trabajador en cuestión, que no se había apuntado al ERE voluntario, a que firmara su salida voluntaria porque, quisiera o no, iba a salir de la entidad y que perdería su bonificación del despido. Las fuentes sindicales consultadas por este medio confirmaron, además, que no se permitió a los representantes de los trabajadores acudir a estas reuniones porque fueron calificadas como «informativas».
Así se lo refirió un exempleado a la propia Ana Patricia Botín a través de un correo electrónico al que tuvo acceso Diario16: «Buenos días, Sra. Ana. Lamentablemente en este proceso de reestructuración de la plantilla, donde tenemos en ejecución un ERE firmado y aprobado hace unos meses con los sindicatos, nos vemos gran parte de la plantilla forzados bajo presión de la pérdida económica de la voluntariedad a salir forzados de la entidad. Hoy me comunicaron que no cuento para la entidad por lo que me invitan a salir “voluntariamente”. Es penoso que, teniendo cientos de solicitudes de compañeros que quieren salir de forma voluntaria, se invite a otros a salir».
Todo ello sin contar con lo que están viviendo los afectados del Banco Popular, que vieron cómo fueron arruinados tras la compra por un euro por parte del Santander de la sexta entidad financiera de España, un proceso que la propia entidad presidida por Ana Patricia Botín ha reconocido que se hizo fuera de plazo y que, tal y como hemos informado en estas páginas, está lleno de irregularidades. Mientras el Santander realiza estas operaciones con grandes multinacionales, tiene la posibilidad de hacer caso al Defensor del Pueblo y alcanzar acuerdos extrajudiciales con los afectados. Sin embargo, no lo hace.
Otros afectados por las operaciones del Santander son los acreedores de la promotora Inversión Hogar, que están viendo estos movimientos del banco cántabro mientras llevan más de 20 años litigando en los tribunales, causas en las que reclaman más de 200 millones de euros.
Por tanto, el autodenominado «banco de las personas» sólo es «sencillo, personal y justo» con los que están en su mismo nivel, con los que se encuentran dentro del selecto club de las élites. Como dice el Evangelio, «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis».