Las consecuencias del Brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea, va a afectar a todo el mundo, no solo a los británicos y sus compañías. De ahí que la irlandesa Ryanair, que obtiene el 26% de sus ingresos de suelo británico, está muy expuesta a todo lo que suceda. Aunque la compañía ha advertido de que todo está bajo control y hasta presumen de que bajarán precios.

La aerolínea ha presentado su balance de los seis primeros meses de su año fiscal (abril-septiembre), donde ganó 1.168 millones de euros netos, un 7% más que en el mismo periodo del año anterior. Pese a las cifras, lo más significativo que ha manifestado Ryanair es que no tienen un miedo excesivo al Brexit y que el precio de sus billetes puede bajar.

No obstante, la compañía pretende ser cauta y ha revisado el crecimiento para el 2017 en suelo británico. Lo hace de un 12% previsto al 5% que tienen pensado facturar en Reino Unido. Para compensar este descenso, Ryanair espera acelerar su posicionamiento en Italia, donde el Gobierno ha reducido sus impuestos; así como en Alemania, donde el sector aéreo está en plena reestructuración. Otro mercado donde esperar crecer con respecto a 2016 es Bélgica, en el que la competencia está cerrando rutas y bases.

Sobre el futuro inmediato, desde Ryanair aseguran que ya han cubierto sus exposiciones a las posibles variaciones de combustible, así como las fluctuaciones que sufra la libra esterlina. Resulta curioso, además, que habiendo aumentado el tráfico un 12% hayan conseguido rebajar la factura de combustible. La aerolínea dirigida por Michael O’Leary lo achaca a las previsiones llevadas a cabo hace 12 meses.

Como consecuencia de todo esto, esperan que haya una repercusión directa en el precio de los billetes. Así, estiman que para los próximos meses habrá tarifas más bajas que las que tienen actualmente en el mercado.

Ryanair en cifras

En cuanto a las cifras presentadas esta semana, la compañía aumentó su beneficio propiciado, entre otros factores, por una subida del 12% en su tráfico de pasajeros, que pasó de 58,1 a 64,8 millones en ese semestre. Así, la aerolínea líder en Europa del sector de bajo coste también elevó sus ingresos hasta 4.132 millones de euros entre los pasados abril y septiembre, un 2% más que en 2015.

Ryanair mejoró el «factor de carga», que mide el porcentaje de asientos ocupados en cada avión y que se situó en el 95% en ese periodo, dos puntos porcentuales más.

De cara al futuro, la compañía estimó que la estrategia desarrollada le permitirá aumentar su tráfico de pasajeros hasta los 119 millones al final del presente año fiscal, mientras que el objetivo para 2024 será la cifra de 200 millones de usuarios anuales.

Ante esta situación, el siempre díscolo CEO de Ryanair, ha manifestado públicamente que “estamos encantados con el aumento del 7% del beneficio, consecuencia de una buena gestión en unas condiciones de mercado difíciles por culpa de las huelgas de controladores aéreos, ataques terroristas y el impacto del Brexit», explica Michael O’Leary.

Según el directivo, la aerolínea también tiene previsto aumentar un 13% su capacidad durante la temporada invernal, frente al 9% de media del resto de sus competidores en el sector.

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