(Atención: Esta historia contiene spoilers del primer número de la nueva colección de Capitán América. Spoilers consentidos y alentados por Marvel, que ha visto con su maniobra de marketing cómo su nueva colección recibía más atención que ningún cómic en los últimos tiempos. Los españoles, que leemos los tebeos con meses de retraso, nos vamos a comer todos estos adelantos con patatas, nos guste o no)

«Hail Hydra!» El Capitán América es un nazi y lo ha sido todos estos años. Incluso asesina a sangre fría a un superhéroe de tercera porque se mete donde no debía. No es un clon, no es un robot, es ¡el auténtico Capitán América!

En un mundo del cómic donde es difícil sorprenderse de nada –recordemos que hace no mucho el Dr. Octopus ocupó el cuerpo de Spiderman y que en DC básicamente tiraron su Universo a la basura y acaban de repescarlo como han podido en DC Rebirth–, el Capitán América ha conseguido el tipo de atención mediática que caracterizó a la muerte de Superman, hace ya unos años.

En Sabemos ya habíamos hablado de este comic y del regreso del Capitán América original, especialmente porque en el diseño de uniformes y en el dibujo han participado dos artistas españoles que le han dado un sello visual muy característico al nuevo personaje. Pero no imaginábamos la sorpresa que nos íbamos a llevar leyendo titulares al respecto en prácticamente cada portal de entretenimiento, algunos más respetuosos que otros con un spoiler que se ha probado incontenible. Al final, los titulares ya apuntaban cosas como «Por qué convertí al Capitán América en un supervillano», con una entrevista al creador del evento, Nick Spencer.

En dicho texto, Spencer reconocía que se esperaba este tipo de respuesta, si bien no la magnitud de las críticas, que convirtieron al Capitán en trending topic en Twitter. Convertir a un icono de la lucha antifascista, un reflejo de lo que tiene que ser EEUU, en un miembro encubierto de la mayor organización nazi del Universo Marvel es duro, especialmente si tenemos en cuenta que se trata de un personaje ideado por creadores judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Podéis leer por aquí algunas de las «amenazas de muerte» recibidas por Spencer. Las comillas se deben a que pocas veces se puede calificar de amenaza al tuit de un fan desencantado.

Sin embargo, pese a todo, el análisis más lúcido de la cuestión que se ha escrito hasta el momento corresponde a Birthmoviesdeath.com, donde Devin Faraci señala con acierto el punto más importante de esta situación: es temporal.

«Dejadme explicarlo: los cómics de superhéroes sólo ofrecen la ilusión del cambio. Los creadores (…) pueden hacer lo que quieran con un personaje hasta que lo dejan. Cuando eso sucede, tienen que dejar los juguetes en su sitio para que el siguiente equipo pueda jugar con ellos. Es un estándar, y aunque a veces algunos cambios se mantienen, como la resurrección de Bucky, generalmente todo vuelve a su statu quo».

Así que no, no es que el Capitán América vaya a votar a Trump en un momento dado. Probablemente en esta jugada estará involucrado algún cubo cósmico u otra jugada que permitan dar la vuelta a la situación tarde o temprano. Estamos hablando de un mundo, el del comic, en el que han muerto Superman, Batman, Rondador Nocturno, Lobezno, Spiderman, Tía May, Supergirl, el propio Capitán América, Jean Grey, el profesor Xavier, Barry Allen (Flash), Hal Jordan (Linterna Verde), Jason Todd (Robin), Thor y un largo etcétera.

En los comics nada es para siempre, y convertir al Capitán América en un nazi, mucho menos. Aunque los autores jueguen a cosas como «pues si era un nazi, entonces en Civil War quien tenía razón era Iron Man», es cuestión de tiempo que todo vuelva a su cauce.

Se admiten apuestas.

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