El comienzo del curso político ha puesto en evidencia el cambio de estrategia de Ciudadanos en su relación con el PP. Tras los acuerdos de junio que permitieron a los populares gobernar en las comunidades autónomas de Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia, el partido de Albert Rivera se ha propuesto marcar distancias con la formación que preside Mariano Rajoy hasta las elecciones generales de final de año, según cuentan a SABEMOS fuentes bien conocedoras de lo que se cuece en el equipo naranja.

La nueva estrategia de Ciudadanos se ha puesto de manifiesto en las últimas horas: Albert Rivera ha ordenado que se eleve al máximo el tono de sus críticas al PP, al tiempo que rechaza cualquier tipo de entendimiento con los populares, sobre todo en lo que se refiere a la situación catalana. “La competencia por el mismo sector del electorado así lo requiere”, señalan las mismas fuentes consultadas por este periódico digital.

La distancia que quiere marca el partido naranja contrasta con la actitud contraria de la formación política de Mariano Rajoy. Tras las vacaciones de verano, en la sede de la calle Génova se ha decretado el fin de las hostilidades hacia Ciudadanos. Prueba de ello fue la conferencia que ayer pronunció en Madrid el candidato popular a la Generalitat de Cataluña, Xavier García Albiol.

La oferta del PP a Ciudadanos y el PSC

Al otrora mayor crítico con el partido de Albert Rivera no se le escuchó una palabra más alta que otra hacia su adversaria Inés Arrimadas. Al contrario: Albiol se encargó de proponer un pacto a Ciudadanos y a los socialistas catalanes para que las formaciones no independentistas se comprometan a evitar juntos, a partir del 28 de septiembre, que nadie inicie un proceso de ruptura del resto de España.

La oferta del PP catalán pasa por el reconocimiento de la pluralidad social, económica y cultural de Cataluña dentro de España y la voluntad inequívoca de que Cataluña avance económica, política y socialmente dentro del proyecto de España.

Además, los populares proponen un nuevo modelo de financiación autonómica basado en el mantenimiento de la solidaridad y la corresponsabilidad fiscal y un pacto para iniciar en el Parlamento catalán la eliminación de la decena estructuras de Estado que ya diseña la lista independentista del Junts pel Sí.

El presidente de C´s, crecido por las encuestas

Ni tres horas tardó el líder de Ciudadanos en expresar su negativa a aceptar la mano tendida del candidato popular. ¿El argumento? Rivera tuvo que remontarse a años atrás para decir que no se fía de un partido -el PP- que, día sí y día también, dio su apoyo a los nacionalistas catalanes. “Yo estaba en el Parlament cuando pactaron los Presupuestos Artur Mas y Alicia Sánchez-Camacho”, señaló el presidente de C´s para argumentar su postura.

Crecido por las encuestas que pronostican que Ciudadanos podría convertirse en segunda fuerza política en la Cámara catalana tras el 27-S, Rivera aseguró que su partido quiere formar gobierno en la Generalitat y que ve muy bien que el PSC y el PP puedan darle apoyo.

Un agujero de 25.000 millones en los Presupuestos

Situación catalana al margen, lo que más ha molestado a los populares es la virulencia con la que Albert Rivera se despacha en su crítica a los Presupuestos Generales del Estado que ha elaborado fuera de plazo el Gobierno de Mariano Rajoy.

El presidente de Ciudadanos -que ayer presentó en rueda de prensa en Barcelona a su equipo económico integrado por Luis Garicano, coordinador del programa a nivel nacional; Francisco de la Torre, responsable de hacienda; y Toni Roldán, que se encarga de economía- tachó las cuentas del Estado para 2016 de panfleto con carácter de urgencia por motivos puramente electorales, al tiempo que denunció que la futura ley atará al próximo ejecutivo tras las elecciones generales.

“Algunos le tienen miedo a la pluralidad de la cámara, porque no están acostumbrados a dialogar y utilizan la mayoría absoluta para lo que quieren. Si Ciudadanos gobierna, nos comprometemos a dialogar con los equipos económicos de otros partidos a la hora de elaborar los Presupuestos”, prometió Rivera, según informa la agencia de noticias Efe.

En sus intervenciones, tanto Garicano como De la Torre denunciaron un agujero de 25.000 millones en las cuentas del Estado, porque la previsión de ingresos que hace el Gobierno del PP no es creíble en la recaudación de impuestos especiales o en el pronóstico de beneficios de las empresas.

“Cuentan con 25.000 millones de euros que no se van a recaudar. Son unos presupuestos de fantasía. Solo falta nombrar a Papa Noel como ministro de Hacienda”, dijo De la Torre.

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