Greenpeace ha sobrevolado y documentado fotográficamente la mancha blanca presente en el Mar Menor, uno de los problemas ambientales más graves de esta región, y ha constatado que las administraciones competentes, el Gobierno de la Región de Murcia y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico «siguen permitiendo que el flujo descontrolado de nitratos, que empezó hace décadas». La realidad, denuncia la organización «es que el plan vertido cero al Mar Menor no se está ejecutando»
Ahora se une otra preocupación.Los aguaceros de las DANAS actuales, y que continuarán previsiblemente durante el otoño, «aumentan el riesgo de catástrofe ecológica ya que se incrementa el flujo de aguas contaminadas a la laguna».
Una enorme mancha blanca
El fenómeno de la mancha blanca es objeto de creciente preocupación entre la comunidad científica y ecologista ya que representa una amenaza significativa para la biodiversidad y la salud ecológica de esta área única.
Como se ve en las imágenes del fotógrafo Pedro Armestre, un velo blanco cubre parte del Mar Menor, «producto de una proliferación de algas y microorganismos, dado el aluvión de nutrientes, como nitratos y fosfatos, que provienen de la agricultura y ganadería intensiva e industrial en la zona». Estas aguas cargadas de nitratos producen el crecimiento descontrolado de las algas que acaban consumiendo el oxígeno del Mar Menor y lo abocan al colapsoecológico, como ya sucedió en 2019 y 2021, cuando se produjo una mortalidad masiva de peces.
El color blanco de la mancha, denominado whiting, se produce por los elevados niveles de carbonato cálcico presentes en el agua. Las franjas negras son las algas que han proliferado al alimentarse de los vertidos. El color blanco y la eutrofización (por el aporte de nutrientes inorgánicos, nitrógeno y fósforo, que produce la proliferación de organismos fitoplanctónicos y plantas macrófitas, el descenso del oxígeno disuelto, la pérdida de calidad del agua, y la aparición de toxinas producidas por algunos tipos de algas) se deben al flujo continuo desde hace décadas de aguas superficiales y subterráneas, cargadas de contaminantes, provenientes del regadío intensivo del Campo de Cartagena, así como de los purines de la ganadería intensiva.
La Región de Murcia es la tercera comunidad autónoma con mayor concentración de cerdos por km2 (159) solo detrás de Cataluña (251) y de Aragón (202). Además, según un informe del MITECO, el municipio de Fuente Álamo concentra el 80% de la ganadería intensiva de porcino de la cuenca del Mar Menor y el 70% del censo total de animales de todas las especies de esta cuenca.
Las administraciones tienen que hacer los deberes
Hasta el momento, las administraciones competentes han sido muy permisivas con los vertidos ilegales al Mar Menor cuando su mandato es proteger el lago del colapso ecológico.
“El exceso de agua, para alimentar el modelo agrícola intensivo e industrial de la zona y aportada por el trasvase Tajo-Segura, así como la brutal concentración de explotaciones ganaderas, está matando al Mar Menor, como ha denunciado Greenpeace reiteradamente. Pero las administraciones implicadas en la conservación del Mar Menor no han reducido estos caudales y siguen con su connivencia con las grandes empresas agrarias y sin cumplir el plan vertido cero al Mar Menor propuesto por el Ministerio de Medio Ambiente, evitando poner una solución definitiva al problema. El Mar Menor merece un futuro”, según Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace.
Preocupación entre la ciudadanía, el sector pesquero y el turístico
Tanto la comunidad local, como el sector pesquero y el turístico han expresado su preocupación por la creciente extensión de los vertidos. Sin embargo, «ninguna de las autoridades competentes están actuando como deberían», a juicio de Greenpeace, que considera «urgente y fundamental» que se adopten varias medidas para evitar un nuevo colapso biológico del Mar Menor: Trasvase cero desde el río Tajo; eliminar las hectáreas de regadíos sin derecho a agua, como es la cota 120 que no es zona regable, y reducir drásticamente los regadíos intensivos e industriales; reducir el uso de fertilizantes y fitosanitarios en la agricultura, incentivando la agricultura ecológica y los cultivos de bajo consumo de agua; ejecutar el plan vertido cero al Mar Menor del Ministerio; mejorar la estanqueidad de las balsas de purines y su depuración; reducir los aportes de metales a las ramblas de la Sierra Minera que van al Mar Menor, y, finalmente, reducir la cabaña ganadera en intensivo y obligar a la impermeabilización con membrana y la cubrición de las balsas de purines.