El presidente Luis Avinader durante una visita al Centro de Capacitación para el Desarrollo Sostenible de Sur Futuro

Uno de los desafíos más importantes que asumió el gobierno de Luis Abinader, en República Dominicana, cuando tomó posesión en agosto de 2020, fue su compromiso con el medio ambiente. Atrás quedaba una etapa de inmovilismo en políticas esenciales para República Dominicana. Casi dos años después, el país ha dado pasos decisivos por sus recursos naturales. Con la reactivación económica ha aprobado proyectos por valor de 72.000 millones de pesos.

Uno de los esfuerzos se centra en recuperar las áreas protegidas que se encontraban en total abandono. Esta operación es básica para un país cuya biodiversidad se estima en más de 10.000 especies, según un informe elaborado recientemente por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y varios organismos internacionales. En este sentido se han comenzado a implementar planes de recuperación como los de Parque Valle Nuevo, Los Haitises y Sierra de Bahoruco.

También ha sido aprobada la Ley de Residuos Sólidos que no sólo beneficiará al medio ambiente, sino a la calidad de vida de las personas. Como caso de éxito reciente cabe destacar el Vertedero Duquesa, un ejemplo de cómo serán los vertederos en República Dominicana de ahora en adelante. En el pasado, este vertedero provocaba enormes nubes de humo que afectaban a la capital. Hoy, la contaminación procedente de la quema de residuos ya no llega al casco urbano.

República Dominicana es un país expuesto al cambio climático. Por ello, ha asumido responsabilidades, por ejemplo, en la reducción del 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Adicionalmente, el gobierno ha puesto en marcha una estrategia para la restauración y reforestación ecológica en cuatro áreas fundamentales: se están plantando mangles siguiendo la ruta de los huracanes en el sur. También se está reforestando la zona fronteriza desde Elías Piña hasta Restauración. Están plantando árboles en las áreas protegidas y se ha comenzado a ejecutar, por instrucción del presidente de la República, la intervención de las cuencas hidrográficas del país. Con ello se pretende el fomento de 8.900 empleos verdes para que los ríos dominicanos, en un futuro no muy lejano, tengan la debida protección y sostenibilidad.

Otras tareas serán el fortalecimiento de la institucionalidad y la automatización de los servicios, afianzar los logros alcanzados, impulsar la discusión de las leyes sectoriales de aguas y de recursos costero-marinos y la Ley General de Ordenamiento Sectorial.

Lo verdaderamente cierto es que en República Dominicana se ha despertado una cultura ambiental y se ha asumido un modelo de desarrollo sostenible. Dicen en algunos círculos que no hubiera sido posible sin el compromiso personal y apoyo del presidente Abinader.

Ahora, reactivar la economía, hacerla amigable con el medio ambiente, luchar contra la corrupción y fortalecer la transparencia son los objetivos del cambio en la política medioambiental del país.

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