El director financiero de Repsol, Miguel Martínez, ha señalado esta semana que se rebaja de 3.900 millones a 3.500 millones de euros la previsión de inversión para este año y ha avanzado que para 2017 se situará en niveles similares.

En una conferencia con motivo de los resultados hasta septiembre de la petrolera, Martínez ha apuntado que se seguirá avanzando en su programa de desinversiones e irá cerrando algunas operaciones pendientes.

El pasado 19 de octubre, Repsol se reunió con las agencias de calificación crediticia y el resumen de las conclusiones, según Martínez es que los pasos dados por la empresa en desinversiones, sinergias y contención de costes fueron bien recibidos. El objetivo, ha señalado, es que las calificaciones pasen a tener perspectiva estable.

Actualmente, Fitch tiene una nota para la deuda de Repsol a largo plazo de BBB (aprobado) y Moody’s de Baa2 (aprobado) ambas con perspectiva negativa. Martínez ha insistido en la que empresa no descarta emitir más bonos híbridos, pero que solo lo hará si ve oportunidades. «Es una opción», ha subrayado Martínez, quien ha evitado pronunciarse sobre la política de dividendo. «Depende del Consejo de Administración», ha apuntado.

Repsol ha presentado hoy sus resultados hasta septiembre, periodo en el que obtuvo un beneficio neto de 1.120 millones de euros, un 34,6 % más que un año antes, apoyado en su negocio de exploración y producción (upstream).

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