El presidente del Gobierno en funciones se abre a aceptar las exigencias que impone Ciudadanos para negociar el ‘sí’ a su investidura. Gana tiempo dejando la decisión final en manos de Génova (miércoles 17) y sigue sin anunciar cuándo pedirá la confianza del Congreso. «La paciencia de los españoles tiene un límite», dice Rivera para justificar su bandazo estratégico. «Si Sánchez no cambia su posición, es imposible la investidura», insiste Rajoy.

El Comité Ejecutivo Nacional del PP, compuesto por 93 miembros, decidirá la semana que viene sobre las condiciones puestas por Albert Rivera para negociar su ‘sí’ a la investidura de Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno en funciones no ha dado este miércoles una respuesta directa a las exigencias planteadas la víspera por Rivera, con quien se ha reunido en el Congreso durante hora y media. «Hoy hemos dado seguramente otro paso», ha declarado el presidente de Ciudadanos, haciendo suya la retórica que Rajoy empleó la semana pasada, cuando salió de otra cita con el líder emergente convencido de que se había dado «un primer paso» hacia su reelección: «Hasta la más larga caminata comienza siempre con un primer paso».

PP y Ciudadanos se sentarán a negociar en cuanto la Ejecutiva popular apruebe las condiciones previas del partido naranja. Ninguna de ellas es inasumible por Génova, aunque con esta maniobra Rajoy gana tiempo, quizá para pensar el modo en que acepta esas medidas o cómo es posible descafeinar las más incómodas para él -reforma electoral y comisión de investigación sobre el caso Bárcenas-. Cuando haya veredicto, deberá fijarse fecha para la sesión de investidura -una «condición logística» añadida que impone Rivera, reacio a dialogar «con un no candidato»- y ambos partidos designarán sendos equipos negociadores.

Génova reunirá a la cúpula del PP el miércoles que viene para dar una respuesta al documento de Ciudadanos

Será entonces el momento de avanzar en propuestas para reformar el régimen de los autónomos, la baja por maternidad, la conciliación de la vida personal y profesional, el sistema judicial o la arquitectura institucional, ha explicado el líder de Ciudadanos. Su partido no renuncia a ninguna de sus reivindicaciones señeras -suprimir las Diputaciones, despolitizar la Justicia, mejorar las condiciones de los autónomos-, sino que deja para más adelante la posibilidad de incluirlas en un acuerdo amplio, posterior a la firma del pacto anticorrupción y limitado al voto a favor de Rajoy. Ciudadanos no se plantea ni entrar en el Ejecutivo ni ser socio permanente de dicho Gabinete.

Rivera contempla el horizonte de «finales de agosto o primeros de septiembre» como el más propicio para celebrar la investidura. «Si es antes, mejor» ha añadido tras mostrarse dispuesto a negociar con el PP «a la hora siguiente si hace falta» de que acepte su paquete de reformas anticorrupción. Rajoy ha confirmado después que será el miércoles que viene, 17 de agosto, cuando Génova reúna a su cúpula para debatir sobre el documento de Ciudadanos.

Rajoy cree que se ha dado «un segundo paso muy importante para conseguir el gran objetivo» de formar Gobierno

El líder popular asegura que necesita tiempo para analizarlo y estudiar las «implicaciones» que tiene desarrollar los seis puntos propuestos por Rivera. Y es que alguno de ellos, como la supresión de los aforamientos, requiere una reforma constitucional. El cambio del régimen electoral, asimismo, no puede abordarse sin el apoyo de «al menos el principal partido de la oposición», como es preceptivo en democracia.

Sobre la «condición logística» que pone Rivera para sentarse a la mesa, la de que haya fecha y hora para la investidura, Rajoy no ha dado una respuesta clara. «Ya veremos», ha respondido a la pregunta de si pedirá la confianza del Congreso aunque previamente no se garantice la reelección. Acto seguido, ha dicho que esa fecha no se conocerá en ningún caso antes de la reunión de su Ejecutiva.

«Un segundo paso muy importante para conseguir el gran objetivo». Eso cree el jefe del Ejecutivo que se ha dado hoy. En cualquier caso, sigue viendo inviable un desbloqueo mientras el PSOE no cambie su posición: «Es evidente que si el señor Sánchez no cambia su posición, si no sale del ‘no’, es imposible la investidura, es lisa y llanamente imposible».

El PP esperará a que ese viraje se produzca mientras negocia con Ciudadanos, descartando cualquier alternativa que no implique la participación de los socialistas. Y es que para Rajoy esa alternativa sencillamente no existe: el acuerdo con el independentismo catalán es imposible y solo con los votos del PNV, muy difíciles de lograr de por sí, no alcanzaría.

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