El presidente del Gobierno ha roto con la tradición en la democracia española de hacer públicos los nombramientos de los nuevos ministros inmediatamente después de comunicarlos al Rey. Así lo han hecho siempre sus antecesores en el cargo, desde Adolfo Suárez hasta José Luis Rodríguez Zapatero. La intención del jefe del Ejecutivo es trasladar a la opinión pública los cambios con pocas horas de diferencia: por la mañana, los del Gobierno; por la tarde, los del partido. Con ello evita que haya suspicacias entre las facciones de Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. Mantendrá así el equilibrio entre los dos bandos enfrentados.

Día ajetreado el que vivió ayer Mariano Rajoy con actos, reuniones y llamadas. A primera hora de la mañana acudió a la sesión de control al Gobierno del Congreso de los Diputados. Después se trasladó a la Zarzuela, donde se reunió el patronato de la Fundación Carolina. Acabada esta reunión, el jefe del Ejecutivo se quedó en el palacio para celebrar el habitual despacho con Su Majestad el Rey. Fue entonces cuando dio a conocer al monarca los cambios en el Gobierno. Por la tarde, permaneció en Moncloa, donde cerró los últimos flecos de los relevos que dará a conocer hoy.

Con su actitud de callarse los nombres de los nuevos ministros, consiguió Rajoy varios objetivos, unos buscados y otros no tanto. Entre los buscados están dos: por un lado, que los cambios en el Gobierno no den pistas para que puedan deducirse los del partido; y, por otro, no levantar suspicacias entre las facciones enfrentadas. Entre los no buscados, otros dos: en primer lugar, incrementar los nervios de ministros y dirigentes del PP; y, en segundo término, alimentar las especulaciones en los medios, que no pararon –un día más- de hacer quinielas sobre los cambios tanto en el Ejecutivo como en la sede de la calle Génova.

El jefe del Ejecutivo juega al ratón y al gato con los periodistas

Se recrea Rajoy en la crisis de Gobierno casi tanto como Aznar con su famoso cuaderno azul. Durante todo el día de ayer, el presidente del Gobierno jugó al gato y al ratón con los periodistas, esquivando en todo momento la pregunta de si había comunicado al Rey los cambios que prevé hacer en su Ejecutivo. Ante las preguntas de los medios dijo: “No sé de dónde se ha sacado eso”. Durante la tarde alimentó la incógnita no desmintiendo en ningún caso las noticias aparecidas en los periódicos digitales de que era inminente el anuncio de las caras nuevas en el Gobierno.

Las fuentes cercanas al presidente del Gobierno consultadas por SABEMOS dan por hecho que ni Cospedal ni Sáenz de Santamaría verán recortadas sus funciones. Tanto una como otra se mantendrán en sus actuales puestos: la primera, al frente de la secretaría general del PP; la segunda, en su labor de portavoz del Gobierno.

Las mismas fuentes dan por seguro que Cospedal no entrará como ministra en el nuevo Gabinete de Rajoy, negando lo que reiteradamente se ha especulado en los periódicos. Prueba de ello –aseguran- es el hecho de que la secretaría general del PP continuará en su cargo de presidenta del Grupo Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha durante la IX Legislatura, que hoy comienza su andadura. Así lo avanzó ayer el actual portavoz del grupo, Francisco Cañizares, a preguntas de los medios en rueda de prensa, donde aseguró que Cospedal ya ha recogido toda la su documentación para tomar posesión.

Lo que tienen claro las fuentes cercanas a Rajoy es que Sáenz de Santamaría se ha resistido a perder la portavocía del Gobierno, si es que algún momento se ha plantado esa cuestión. Para la vicepresidenta es clave mantener ese papel, ya que comparecer ante los periodistas una vez se ha acabado la reunión del Consejo de Ministros le da visibilidad constante en los medios. Perder protagonismo en las ruedas de prensa de los viernes –para las que la vicepresidenta se prepara durante toda la semana- significaría quedarse sin una cuota importante de poder.

Alonso dice que quiere seguir en Sanidad

Una de las personas más citadas para asumir nuevas responsabilidades es el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, quien ayer aseguró que lo que desea es cumplir su responsabilidad en el departamento que ahora encabeza “y nada más”, informa la agencia Efe. Preguntado insistentemente si podría compaginar el Ministerio de Sanidad con la portavocía del Gobierno, Alonso fue tajante sobre sus deseos: «Lo que de verdad quiero es seguir en el Ministerio de Sanidad volcado al cien por cien».

Otro dirigente citado como posible recambio es Alberto Núñez Feijóo, quien ha expuesto que Galicia es su compromiso y que ser el presidente de la Xunta es su finalidad política porque para eso, “y no para otra cosa”, fue votado por los gallegos. Varios ministros han asegurado también en los pasillos del Congreso desconocer los planes de Rajoy, como es el caso de José Ignacio Wert, Pedro Morenés, Rafael Catalá o Ana Pastor.

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