La formación política en Castilla-La Mancha va a presentar una propuesta para que el Gobierno de la comunidad tome el control de la central térmica de Elcogas en Puertollano (Ciudad Real), que ha anunciado su cierre. Frente a este planteamiento se encuentra el marco regulatorio español, que establece que las competencias en materia energética las tiene el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Ante este contratiempo, Podemos se decanta por interpretar las leyes como un punto de partida y no como un tope.

El secretario general del partido en la región, José García Molina, ha pedido esta semana al Ejecutivo manchego que rescate y “regionalice” la planta de generación termoeléctrica de gasificación integrada en ciclo combinado. Lo que no está claro es que se pueda hacer, dado que las comunidades autónomas no tienen competencia en materia energética.

“Las leyes no se pueden utilizar como un tope, como una cortapisa a una acción tanto de gobierno como de política”, afirman fuentes del partido consultadas. “Entendemos que las leyes son un punto de partida. Si nos tuviéramos que ajustar a la literalidad de la ley estaríamos estancados en cuanto a su evolución en el futuro”, añaden.

Podemos argumenta que el Gobierno de Castilla-La Mancha, en la era Barreda, ya destinó 2,6 millones de euros en ayudas a esta central

En su justificación, Podemos también recurre a antecedentes de financiación regional de la planta, dado que el Gobierno del socialista José María Barreda ya destinó a esta central 2,6 millones de euros en ayudas a la innovación.

“Parece que los límites competenciales sólo se tienen en cuenta ahora y no cuando se tuvo que dar dinero a Elcogas. Como se le dio dinero en su día, ahora queremos que Elcogas se gestione bien desde la Junta”, han afirmado las fuentes del partido.

Podemos considera que la supervivencia de la planta de Puertollano es una cuestión “de interés regional, estratégica desde el punto de vista económico y científico”, dado que estas instalaciones son “punteras” a nivel europeo. Se trata de la primera central española de gasificación integrada en ciclo combinado (GICC), que permite reducir las emisiones contaminantes tras convertir el carbón en gas.

Un cierre esperado

Elcogas comenzó la semana pasada los trámites para pedir el cese de la actividad de la central termoeléctrica de Puertollano, después de que Industria autorizara el cierre de la planta. Pero no es un hecho que haya pillado por sorpresa.

La empresa presentó oficialmente la documentación para proceder al cierre el 1 de julio de 2014, dada la «inviabilidad económica» de la central.

Las instalaciones acumulan unas pérdidas de más de 200 millones de euros desde el inicio de su actividad, con unos resultados negativos de 11,8 millones en lo que va de año. «En el último año, la central ha estado operando a precios de mercado y registrando pérdidas, a la espera de un cambio regulatorio que modificara la actual situación de inviabilidad económica de la central y que no se ha producido», justificó Elcogas cuando anunció su intención de cerrar.

Desde que se anunció que la térmica apagaría sus calderas, los 250 trabajadores afectados se han estado manifestando para exigir una solución que no les mande a la calle.

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