El partido morado cree que hipotéticos acuerdos de izquierdas en esas dos regiones pueden marcar el camino a nivel nacional. Errejón insiste en tender la mano a los socialistas, mientras Sánchez se niega a desvelar qué hará cuando Rajoy fracase. Uno de sus tres ‘noes’ debe caer: o se entiende con el PP o vira hacia Podemos o aboca a terceras elecciones.

¿Qué hará Pedro Sánchez después de que el Congreso rechace la candidatura de Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno? Es la pregunta que el líder del PSOE no responde. “Es el tiempo de Rajoy”, “no adelantemos acontecimientos”, “el Partido Socialista siempre estará en la solución”… Sánchez ha acuñado no pocos mensajes para echar balones fuera y descargar a su partido de toda responsabilidad ante este primer intento de Rajoy. Pero el escenario cambiará una vez que la Cámara vote mayoritariamente en contra del aspirante y todos tengan que fijar posición de nuevo. Sánchez deberá entonces tomar uno de los tres caminos de los que hasta ahora reniega: explorar un entendimiento con el PP, tratar de liderar una alternativa o abocar a nuevas elecciones. Uno de los tres ‘noes’ tendrá indefectiblemente que caer a partir del sábado. Rajoy espera que sea el primero, Podemos anhela que sea el segundo y nadie desea que sea el tercero.

El partido de Pablo Iglesias lleva semanas tendiendo la mano al mismo líder socialista contra el cual votó el 2 y el 4 de marzo. Ensalzan su ‘no’ a Rajoy como “valiente” y le piden que dé un paso más: postularse para articular un Gobierno al margen del PP. Los socialistas se han mostrado reacios, aseguran haber perdido la confianza en Podemos y ven inviable que Iglesias y Rivera dejen de vetarse, único modo de hacer presidente a Sánchez sin el concurso de los independentistas. Sin embargo, la formación morada cree que el líder socialista se lanzará a intentarlo, aunque no inmediatamente después de que naufrague Rajoy.

En Marea, PSOE y BNG podrían sumar más escaños que Feijóo y constituir un tripartito en Galicia

“Llega el momento de decidirse para el PSOE, su retórica del triple ‘no’ no puede sostenerse más”, explican en el grupo parlamentario de Podemos. El partido de Iglesias espera una llamada de Sánchez para ponerse a negociar una alianza que sumaría 156 escaños y necesitaría el apoyo de los independentistas o la abstención de Ciudadanos para salir adelante. Creen que ese movimiento llegará, pero quizá haya que esperar a que se celebren las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre. ¿Tres semanas más de incertidumbre, sin que nada se mueva camino de las terceras generales en un año? “El debate puede aguantarse hasta entonces, sí, pero no más, el día 26 el PSOE tendría que tomar un rumbo”, razonan esas fuentes.

El resultado de esas autonómicas podría ser clave, en opinión de Podemos. Tanto en Galicia como en el País Vasco puede abrirse paso la configuración de sendas alianzas de izquierdas que marquen el camino a seguir en el Congreso. El PP de Alberto Núñez Feijóo está en el límite de conservar la mayoría absoluta, según las encuestas. La última, publicada este domingo en La Voz de Galicia, le dejaba un escaño por debajo de ella, abriéndose la posibilidad de que En Marea -partido instrumental donde se integran los candidatos de Podemos-, PSOE y BNG constituyan un tripartito. También en el País Vasco podría darse una alianza entre los de Iglesias y los de Sánchez, bien junto al PNV o bien junto a EH Bildu. Esta última posibilidad fue contemplada hace unos días por la candidata del PSE a lehendakari, Idoia Mendia.

Un partido «insondable»

Son unas cábalas perfectamente materializables, opina la formación morada. Esas coaliciones servirían para iniciar el deshielo a nivel nacional, donde el PSOE sigue sin fiarse lo más mínimo de Iglesias. El líder de Podemos desveló a su regreso de vacaciones que había estado en contacto con Sánchez y ambos coincidían en intentar una alternativa después de que Rajoy perdiera la investidura. Ferraz lo desmintió y el partido morado rebaja ahora el calibre de esas conversaciones: “Hablamos, hablamos mucho, y creemos que ahora le toca a Rajoy y luego llegará un escenario nuevo que habrá que valorar”. Ellos no esconden su intención de buscar un acuerdo que haga presidente a Sánchez e integre a Podemos en el Gobierno, pero reconocen la dificultad de que “el planeta PSOE, que es insondable”, se decante también por esa vía. “Ellos tienen un objetivo claro: que Rajoy fracase, el PNV mantenga su ‘no’ al PP tras las elecciones vascas y luego a ver qué pasa”.

Por el momento, Sánchez sigue negándose a hablar de hipótesis. No tiene previsto convocar al comité federal para revisar la estrategia del partido, aseguró ayer tras reunirse con Rajoy, y sólo lo hará “cuando haya hechos nuevos que puedan alterar” dicha posición. Entre los posibles condicionantes están esas elecciones del 25-S, que el propio líder socialista reconoció como elemento a tener en cuenta. No obstante, aseguró que a partir del viernes la iniciativa “seguirá recayendo en el señor Rajoy”, puesto que “el proceso de investidura no acaba el día 2”.

Barones próximos a Sánchez se han manifestado a favor de negociar una alternativa junto a Podemos

Hasta ahora, Sánchez no ha mostrado intención de postularse, en contra de lo que hizo tras el 20-D y de lo que este verano han propuesto barones de su partido próximos a él –Francina Armengol, Miquel Iceta o Luis Tudanca-. El expresidente del Congreso, Patxi López, manifestó este mismo lunes que «los números no dan para eso» al preguntarle la Cadena SER por dicha posibilidad. Una opinión compartida por los dirigentes territoriales de más peso y toda la vieja guardia, como ha quedado de manifiesto desde el 26-J.

Al tiempo, Podemos sigue ofreciéndole una negociación. El número dos del partido, Íñigo Errejón, emplazó este lunes a los socialistas a “caminar” de la mano una vez pase la investidura “felizmente fracasada” del candidato propuesto por el Rey. “No nos resignamos, hay otra posibilidad”, indicó Errejón para rechazar la dicotomía que establece el PP y consolida el PSOE con su inmovilismo: o Rajoy o elecciones en Navidad. Iglesias también tratará de desmontar ese argumento mañana, cuando dé la réplica al candidato a la investidura. Sánchez, por su parte, tendrá difícil no mostrar sus cartas en su turno, puesto que como él mismo dijo ayer, los debates de este estilo «son vivos, dinámicos» y pueden contribuir a cambiar el escenario.

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