El otro día publiqué una columna titulada ‘El asesinato de Pepephone‘. Con mucha dureza, argumentaba que la pequeña compañía de lunares difícilmente podría sobrevivir sin cambios en un entorno como el de MásMóvil, una operación hasta ahora mucho más financiera y destinada a la bolsa que centrada en los clientes.

El CEO de la compañía, Meinrad Spenger, se enfada conmigo cada vez que digo esto. Y probablemente ahora más que nunca, cuando la compañía ha presentado su oferta convergente, por entre 36,89 y 51,89€ en función de si hablamos de ADSL o fibra simétrica de 300 gbps.

Pero el problema de esta empresa es, precisamente, que nunca ha conseguido el éxito que sí ha acompañado a Pepephone. Tras lograr la proeza de adquirir la compañía por 158 millones de euros, la única alternativa de MásMóvil es un poco vergonzante: dejar que sea el adquirido quien lleve las riendas.

Obviamente, no me refiero a la parte financiera del negocio, a la emisión de bonos o a las pugnas con los accionistas. Si alguien intenta que el director general de Pepephone, Pedro Serrahima, se meta en esas guerras, es que no le conoce.

Hablo de otra cosa. De la posibilidad (remota) de que MásMóvil adapte su forma de trabajar y su organización para permitir que Serrahima y su equipo incorporen su peculiar filosofía en la nueva empresa. Hasta ahora era sencillo: Pepephone era una compañía con algo más de 20 trabajadores y sus principales accionistas le tenían plena confianza y le ponían pocas cortapisas. El hecho de ser millonarios que sólo dependían de sí mismos ayudaba bastante.

Pero su forma de ser funciona. Eso es lo único que tendrían que tener claro el propio Spenger y sus accionistas. Han pagado (repetimos la cifra por lo exagerada) 158 millones por un negocio con una facturación sólida, buena reputación y medio millón de clientes muy fieles.

Para hacernos una idea de la diferencia entre ambas compañías, ciñámonos a los números. Cuando MásMóvil fue vendida a Ibercom en acciones, el monto total fue de algo más de treinta millones de euros, cinco veces menos de lo que ha costado Pepephone, con muchos menos clientes, de menor valor, peores perspectivas y una cobertura que por aquel entonces era notablemente peor –si bien es cierto que Orange ha luchado mucho por intentar equipararse a sus principales rivales–.

¿Soy escéptico? Completamente. MásMóvil es una operación con una estructura muy compleja que cuenta ya entre sus filas con numerosos directivos salidos tras la compra de Ono por parte de Vodafone, así como con antiguos responsables de Indra, Huawei, Vodafone o Jazztel. Entre todos suman, más o menos, la mitad de empleados que toda Pepephone.

¿Cómo conciliar una empresa con cientos de empleados y una capitalización de 242 millones con otra que, con sólo un par de docenas de trabajadores, ha sido vendida por 158 millones? ¿Como sumar esas filosofías?

La cosa, además, se complica incluso más si MásMóvil consigue la financiación suficiente como para irrumpir en la venta de Yoigo a Zegona. En ese caso no sólo nos encontraríamos con un cuarto operador muy grande y con posibilidades reales, nos toparíamos con una empresa tremendamente endeudada (sumando el precio de la propia compra, el pagado por Pepephone, el de los activos de Orange y demás), sino además con tres culturas corporativas muy diferentes.

Y en lo que a forma de ser respecta, el ejemplo a seguir sería, por este orden, Pepephone, Yoigo y MásMóvil.

En su carta a los clientes tras la compra, Pepephone hacía varias cosas bajo el manto de la alegoría. Esta misiva es varias cosas en realidad.

  1. Es una declaración de intenciones. Se define Pepephone para dejar claro qué no se debe tocar. Si se toca, deja de ser Pepephone.
  2. Se afirma categóricamente que no habrá cambios. Incluso se manifiesta claramente que existen garantías expresadas por parte de los compradores de que no los habrá.
  3. Se menciona la idea de la mejora por escala, pero dentro del mismo modelo independiente.
  4. Es una declaración conjunta de los empleados. Un compromiso no sólo de Pepephone, sino de su capital humano. Un recordatorio de que la compañía vale lo que sus trabajadores.
  5. No se da por cerrada la operación.
  6. Se dice que esta opción era la única viable. «No había otra opción»
  7. Pone en igualdad el papel de MásMóvil y el de Pepephone.

A esto se pueden aducir varias cosas:

  1. El principal objetivo de MásMóvil es comprar  la compañía para capturar las sinergias potenciales de ahorrar los costes mayoristas de otro medio millón de clientes en la operación de Yoigo. No está claro qué harán a continuación.
  2. MásMóvil no es comparable a Pepephone. Ni por espíritu ni por forma de trabajar. Son incomparables y está por ver si son compatibles. Está por ver qué papel puede tener un outsider como Serrahima en una directiva de ejecutivos de telecomunicaciones salidos de compañías más que tradicionales.
  3. No era la única opción. No lo era. Los dueños de la Pepephone han optado no por la mejor opción industrial, sólo por la que más dinero les reportaba, lo que es muy respetable. Pero MásMóvil actualmente tiene problemas de tesorería –no han podido hacer campaña de su propia oferta convergente– y en el corto plazo no va a ayudar a Pepephone a conseguir el crecimiento que necesita.

¿Cuáles son las opciones?

Yo sólo veo dos. O MásMóvil aprovecha a Pepephone como un pilar y no un complemento de su estrategia, esté o no Yoigo en la ecuación, o perderán muchos más intengibles de lo que hoy pueden comprender. O el pez chico contagia al grande, o el grande perderá el principal valor del chico. No el valor por el que lo compró, las ya mencionadas sinergias, sino el verdadero valor que es capaz de aportar al sector.

1 COMENTARIO

  1. Es obvia y más que evidente tu decepción por la compra de Pepephone por parte de MÁSMÓVIL. Da la impresión que sientes como si algo que creías puro e inmaculado hubiese sido pisoteado o mansillado. Te entiendo y te comprendo en la esencia de tu decepción, a mi me paso algo parecido (supongo) cuando Stephen Elop «entró» en Nokia.

    Sin embargo creo, en mi humilde opinión, que te olvidas de algo muy importante. Tu enfado se dirige a MÁSMÓVIL por comprar una empresa que en filosofía y operativa es muy distinta, mientras que te parece «legítima», y lo es, la decisión de vender por parte de los dueños de Pepephone. ¿Porqué han vendido? ¿Por que la oferta era muy generosa? Seguramente, pero también porque sabían que en cierta forma habían fracasado, y tú lo sabes!

    A pesar de ser una empresa, como bien dices, que revolucionó el mercado español de las telecomunicaciones con dos sencillas máximas, decir la verdad a sus clientes y tratarlos lo mejor posible, se quedaron en medio millón de clientes y de ahí no se movieron. hace un poco más de un año Pepephone ganaba más clientes al mes que MÁSMÓVIL y desde entonces han caído hasta menos de 1.000 nuevos clientes al mes, frente a los 10.000 de MÁSMÓVIL en el último mes. Es cierto que hubo malas decisiones en los últimos ejercicios, aunque fueran para mejorar y dar el mejor servicio a sus clientes, consiguieron todo lo contrario.

    No han sido capaces de crecer, de escalar, de conseguir financiación para comprar otras empresas, como hace MÁSMÓVIL, de llevar su filosofía a más clientes y conseguir mejores precios y más servicios que ofrecer. Si no consigues tamaño, te comen. Y es lo que ha pasado.

    Creo que no me equivoco si te digo que esto es lo que pensaba Maini Spenger hace dos años cuando fusionó MÁSMOVIL con Ibercom, o hacía algo para crecer rápidamente o desaparecía. Esta es la otra perspectiva de esta historia, que creo que merece también un trato más amplio en los medios. La historia de dos emprendedores que montaron la primera OMV independiente, con menos de 20 empleados, y después de de escasos 10 años pueden llegar a convertirse en la cuarta operadora de España, integrando en el camino a grandes empresas como Ibercom, Phone House, Pepephone y quizás a Yoigo, ni más ni menos.

    Es una gran historia, ¿no crees?

    • Un gran comentario que exige respuesta por mi parte 🙂

      Mi decepción tiene que ver menos con motivos sentimentales que con motivos de negocio. Pepephone ha tenido al menos dos ofertas serias sobre la mesa que implicaban el mantenimiento y desarrollo del proyecto. En ambos casos eran propuestas que habrían implicado más financiación, no menos, como va a ser el caso.

      La venta es legítima porque, faltaría más, cada cuál hace lo que quiera con su dinero, pero se ha vendido Pepephone a la empresa que a) más lejos está de sus ideas y b) menos capacidad tiene para conseguir revertir su problema de crecimiento.

      Y la compra es, por supuesto, igual de legítima, y tiene un motivo original muy sensato: captar sinergias potenciales para que Yoigo tenga más sentido.

      Nótese, sin embargo, que MásMóvil no tiene por ahora tesorería ni como para lanzar con una campaña su nueva propuesta convergente. Y todavía no han demostrado que vayan a ser capaces de provisionarla a un ritmo razonable, ni de conseguir la financiación para los despliegues prometidos. Tampoco voy a entrar aquí sobre el valor de unos activos de banda ancha que están MUY quemados por los comerciales más cansinos y eficaces de este país (Jazztel).

      La entrada de MásMóvil no ayuda a frenar el enorme problema de crecimiento que tenía Pepephone, y con el que coincido plenamente. Pero no olvidemos que Pepe ha crecido de manera brutalmente orgánica y con un CAC ridículo. Si no tienes un hermano para crecer, tienes uno de los que te quita el dinero del bocadillo y lo utiliza para sus propios propósitos.

      El post que he escrito es muy claro en este sentido: Mi humilde análisis, basado en las valoraciones de ambas empresas en el momento de la venta, deja claro que Pepephone ha sido mucho más valiosa que la MM original. 158 vs +30, sólo hay que mirar las cuentas. Dicho así, la única forma que tiene MM de reducir costes, mejorar fidelidad y captar más valor es que el crecimiento de Pepephone venga por la absorción de clientes de MM.

      Veo dos escenarios. En el primero, con la compra de Yoigo, Pepephone pasa a ser un activo complementario pero que tenderán a aparcelar y quedará convertido en un Simyo cualquiera. Con sus crecimientos y su rollo, pero puramente secundario, salvo que los accionistas y Maini me sorprendan. En el segundo caso, si no se completa Yoigo, no creo que exista la más mínima posibilidad de que MM sobreviva sin adoptar con urgencia el modelo Pepe con todo lo que eso implica. Me puedo imaginar un Pepephone de un millón de líneas y con activos complementarios, pero no mantener el circo de empresas apenas integradas que tienen ahora mismo.

      Sobre la historia de los dos emprendedores, sólo dos comentarios rápidos. El primero es que la he contado en muchas ocasiones. Les he tenido mucho cariño y si compran Yoigo te aseguro que escribiré una loa de Maini, que se convertirá en el Santo de la Financiación Improbable. Pero ojo, que decir que MásMóvil ha absorbido a Ibercom y The Phone House es, simplemente, falso. MM Ibercom es una empresa con sede en el País Vasco y que, según sus propias cuentas, no deja de ser el fruto de la absorción de MM por parte de Ibercom, se venda como se venda. Y no integraron TPH, sólo se quedaron con un activo muy concreto que, en un entorno de desintegración de los OMV, había perdido valor. Seamos rigurosos.

      No digo que Maini no sea capaz de montar el cuarto operador móvil. Pero una cosa es montarlo y otra cosa es crear una empresa competitiva con una oferta seria y capacidad de crecimiento. Sin Yoigo es complicado. Sin Yoigo y sin sacar partido a Pepephone, es imposible.

  2. 158 millones por dos bienes intangibles, 500K clientes y un equipo de trabajadores, liderados que por Serrahima que no tiene pinta de someterse a nadie.

    Un paso en falso de Maini y se volatizarán todos.

    Coincido en que esta compra no va a producirse.

  3. Llevo un tiempo siguiendo a esta empresa y está claro que la compra (yo creo que no es una compra, solo una señal) de Pepefon es solo otro hito en camino de un plan maestro, que dudo mucho sea Herr Spenger quien lo ha trazado. El hito es conseguir el millón de clientes, la cifra mágica, el Santo Grial para poner la empresa en el mapa de operadoras «de verdad».

    Si han analizado las cuentas de este grupo verán que mucha facturación pero poca chicha. Deuda a borbotones, eso sí. Y ahora se ponen a meter fibra de despojos de otros… complicado.

    Creo que a Herr Spenger le darán un buen bonus, las gracias por los servicios prestados, y ahora buscarán otro Director General para acometer la siguiente fase del plan. Da igual si ha dejado la caja de la empresa exhausta solo con la señal a los Pepefon y no se pagan proveedores, los verdaderos dueños de la empresa (capital riesgo, claro) exigían este hito y se tardaba demasiado en completar la fase. Compra a base de deuda y atajo por la via Pepefon.

    Y es posible que sea la única salida viable. Bueno, no se… creo que todavía no son lo suficientemente grandes como para entrar en el selecto grupo de ‘too big to fail’. Igual ya están condenados hagan lo que hagan.

    Por cierto, igual en la siguiente fase del plan tienen que cambiar ese amarillo corporativo por un color que guste más en otras culturas lejanas…

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