El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha admitido a trámite la denuncia presentada por Consuelo Ordóñez y ha imputado a cinco jefes de la antigua cúpula de la banda terrorista ETA por su presunta participación en la decisión de asesinar al teniente de alcalde de San Sebastián Gregorio Ordóñez el 23 de enero de 1995.

En un auto, dictado este martes, el  magistrado ha imputado a los exmiembros del comité ejecutivo de ETA Ignacio Gracia Arregui, alias Iñaki de Rentería; Mikel Albisu Iriarte, Mikel Antza; Julián Achurra Egurola, Pototo; José Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri; y Juan Luis Aguirre Lete, Insuntza, por ordenar presuntamente al comando Donosti acabar con la vida del concejal del Partido Popular (PP).

Los cinco etarras, según recuerda Europa Press, fueron señalados por la Guardia Civil como los autores intelectuales del atentado y sus comparecencias fueron solicitadas el pasado septiembre por la familia de Ordóñez, defendida por el abogado Rubén Múgica, cuyo padre, el dirigente socialista Fernando Múgica, fue asesinado de un disparo por ETA el 6 de febrero de 1996 en San Sebastián.

El auto del magistrado, según Efe, describe el funcionamiento piramidal y jerárquico de ETA, en donde su cúpula o comité directivo asume todas las funciones directivas, «de forma que no hay nada que esa cúpula no controle, impulse o dirija, como órgano encargado de que se cumplan las líneas estratégicas de la banda criminal».

En el caso del asesinato de Ordóñez, recuerda que tras la caída de la cúpula de ETA en Bidart la banda necesitaba recuperarse del aquel éxito policial e inició una estrategia que pasaba por atentar contra militantes y dirigentes del PP y del PSOE, «tratando así de desestabilizar al Estado y lograr una hipotética negociación».

El juez recuerda cómo Valentín Lasarte, condenado por este atentado, declaró «detalladamente» la forma en que se planeó el asesinato y afirmó que Kantauri le transmitió los datos e instrucciones necesarias para que contactara con dos miembros liberados de ETA con los que colaboraría en el comando Donosti.

Esta cita, denominada «orgánica» en el lenguaje de la banda, se enmarca en «la forma tradicional que utiliza ETA para contactar entre el responsable del comando y los integrantes del mismo», explica Pedraz.

Tras el encuentro, Lasarte contactó con Javier García Gaztelu y Juan Ramón Carasatorre para cometer varias acciones dentro del comando, entre ellas la del asesinato de Ordoñez, que se produjo el 23 de enero de 1995 en el restaurante La Cepa de San Sebastián mientras la víctima comía con otros compañeros de partido, entre ellos María San Gil. Los tres etarras fueron condenados en 1997, 2006 y 2011 como responsables de la muerte del concejal.

 

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