Si ya no existe la necesidad de que un banco tenga oficinas físicas, ni tarjetas de crédito para pagar, ¿para qué se necesita un banco? Mejor dicho, ¿puede otro tipo de compañía hacer de banco? Eso es lo que piensa Orange, que ya ha cerrado oficialmente la compra Groupama Banque.

En primavera se conoció la noticia: Orange entraba en el negocio bancario haciéndose con el 65% de una entidad financiera. Esta semana, definitivamente todo empieza a tomar forma.

El nuevo nombre, Orange Bank, comenzará a utilizarse a partir del próximo enero, después de que las autoridades francesas y comunitarias de la competencia hayan dado su luz verde a la operación, según han indicado Orange y Groupama en un comunicado conjunto.

«Innovadora y específicamente adaptada a los usuarios de móviles, la oferta cubrirá desde su lanzamiento las cuentas corrientes, el ahorro, el crédito y el pago», señalaron los grupos, que mostraron su ambición de contar con más de 2 millones de clientes en Francia.

A partir del primer semestre de 2017, los clientes podrán suscribir directamente la oferta de la nueva entidad, bien a través de una aplicación para móviles, por internet o en una de las 140 tiendas que Orange tiene en todo el país.

La oferta podrá también ser contratada en las sedes del grupo Groupama a partir de la segunda mitad del año próximo, señalaron.

¿Para cuándo en España? ¿Y por qué?

Lo único oficial que se conoce lo dijo en el pasado 30 Encuentro de telecomunicaciones y economía digital celebrado en Santander el consejero delegado Orange España, Laurent Paillassot. Precisó que la compañía tiene previsto lanzar su servicio de banca móvil en España en 2018, lo que le convertirá en uno de los primeros países del grupo en contar con este servicio.

Paillassot insistió en que Orange busca con la ayuda de las nuevas tecnologías facilitar a sus clientes el acceso a servicios financieros «de una manera sencilla». Además, subrayó que Orange tiene los activos para llevarlo a cabo de forma eficaz, ya que cuenta con un mercado muy potente y su red de tiendas, activos en negocios financieros y buena relación con los clientes.

Sobre esto, los clientes, defiende que pueden realizar una oferta «más eficiente y probablemente más barata», así como totalmente construida para el móvil. Asimismo, otra de las preocupaciones que genera es el tipo de público. Es decir, al igual que sucede ahora con las entidades más alternativas, siempre parece que buscan un público joven. Pero desde Orange tienen claro que atacarán todos los segmentos, no solo los denominados millenials de edad más joven.

Así pues, con este cierre oficial de la operación, se da un paso más en la reconversión de la banca, donde múltiples actores, startups especializas, así como otras grandes compañías, toman posiciones para las finanzas del futuro.

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