Creo que hay que parar esto de la democracia. Lo digo en serio, no vean asomo de ironía en ello. Creo que hay que parar esto de la democracia.

Vean si no al ministro Luis de Guindos. Un hombre de principios, un hombre de honor. Un hombre con currículum. Un hombre al que Mariano Rajoy tuvo que sacar a la fuerza del sector privado, concretamente de la exitosa Lehman Brothers, de la que era consejero europeo y director general en España y Portugal. Un hombre curtido en el fragor de mil batallas, que ha sudado la gota gorda en los incomodísimos sillones de las juntas directivas de grandes empresas.

Un hombre cuyo regreso a la vida pública, cuyo compromiso con España, cuya inquebrantable lealtad a la bandera está fuera de dudas. No hay mejor fuente para corroborarlo que el propio ministro De Guindos. Lean, si no, en sus propias palabras (pertenecientes a su libro de próxima aparición, España amenazada), el relato de los hechos que acaecieron en torno al escándalo de las tarjetas Black y el caso Bankia.

Hubo un ruido político enorme. Las balas me silbaban muy cerca. Alguna inquietud y situación tensa tuve en aquellos días, pero mi seguridad era que contaba con el respaldo del presidente del Gobierno.

¿Han leído? Ahí salió él, con las balas despeinando su provecta cabeza, a salvar a España, primero del escándalo, y después, de que Rodrigo Rato hundiese Bankia…

Rato me llamó por la mañana para hacerme una nueva propuesta. Me explicó que había pensado en aplazar su renuncia hasta la junta de accionistas de Bankia (…) No daba crédito. Le pedí que convocase al día siguiente al consejo de administración para dimitir sin más regates.

Mientras Rato le proponía fusionar Bankia con La Caixa y quedarse él de presidente (entre otras delirantes salidas), nuestro ministro se mantuvo firme, y, él solo, salvó a España entera.

Si hubiéramos seguido mareando la perdiz, si no hubiéramos actuado con rapidez, España habría sido rescatada

Me quitaría el sombrero si me hubiese podido comprar uno, en lugar de gastar ese año la extra en preferentes de Bankia. Qué visión, qué mano firme, que pulso impecable.

Cuando alguien así es elegido para dirigir el destino económico de un país en crisis como España, el pueblo llano, concretamente la parte del pueblo llano que corresponde a la oposición (es decir, Twitter), debe guardar un respeto, una distancia. Alguien así no se explica. No comparece en el Pleno del Congreso para explicar, por ejemplo, el escandaloso dedazo de la designación de Soria para el Banco Mundial.

De Guindos es, según sus propias palabras, un héroe, y los héroes están exentos de pormenorizar ante las mentes inferiores los detalles de su gestión. Si De Guindos escogió a Soria para un puestazo, seguramente formase parte de un plan mayor que vosotros, pobres ignorantes, no comprendéis. Así que me alegro de que la vicepresidenta Soraya haya vetado su explicación ante la Cámara Baja. Si ya lo dice la palabra, baja.

Creo que que hay que parar esto de la Democracia.

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