Telefónica ha aceptado su responsabilidad en el conflicto que venía manteniendo desde hace semanas con Pepephone y que había obligado a la operadora de lunares a paralizar su migración desde Vodafone. La compañía que preside Luis Miguel Gilpérez indemnizará amistosamente tanto a Pepephone, que había visto su imagen muy afectada por el conflicto, como a sus clientes, a quienes se devolverán unos 1,5 millones de euros.

Fuentes de Pepephone agradecieron a Movistar el reconocimiento del error técnico por el cual los clientes que iban entrando en su red experimentaban peores condiciones de servicio que los propios de la operadora, aunque el contrato mayorista establecía que tenían que ser idénticas. También garantizaron que, tras realizar todo tipo de pruebas, dichos problemas ya se han subsanado y que la migración se reanudará lo antes posible, de manera que los 480.000 abonados de la compañía de lunares estén lo antes posible en la red de los azules.

Sin embargo, para Pepephone había sido un golpe considerable. Recordemos que es una operadora que logró en cierta ocasión un premio de los consumidores a la mejor red por encima de Vodafone, que se la suministraba. Sirva como anécdota explicativa de cómo ha perjudicado a la operadora tener que explicar a algunos de sus clientes un servicio defectuoso. Es por esto que, además de la indemnización que recibirán los clientes, y que será sufragada en su totalidad por Movistar, Pepephone también recibirá una indemnización, aunque no se ha desvelado el importe de la misma.

En todo caso, Movistar ha demostrado gran cintura para resolver el problema. Y es la segunda vez en apenas dos días, tras anunciar el pasado lunes el final de las permanencias, salvo una pequeña de tres meses para nuevos clientes, en Fusión TV, librándose así de algo de la presión ejercida por las asociaciones de consumidores por la subida de precios. 

Los clientes ya migrados recibirán el 25% de todo el gasto realizado en Pepephone desde que cambiaron de operador, hasta el 31 de mayo, «aunque el problema se resolvió a principios de dicho mes». Los clientes que han visto retrasada su migración serán indemnizados con un 20% de su consumo en la próxima factura de junio.

¿Qué le queda por hacer a Telefónica? Resolver el gran problema que ha marcado en buena medida su segundo trimestre y generado colas enormes en la prestación de servicios: la huelga de instaladores. Resuelta la situación con los sindicatos mayoritarios y con un cierto retorno a la actividad, sólo le queda zanjar el problema con los sindicatos minoritarios, que siguen haciendo mucho ruido con sus reivindicaciones. E incluso aquí hay buenas noticias. Los mismos trabajadores han reconocido que su última reunión con la patronal ADEMI, con Movistar en el papel de mediadora, ha arrojado conclusiones poositivas. Entre ellas, reconocer que el problema de las subcontratas es sectorial, no cosa de un solo operador. La operadora insiste en una cifra irrebatible: paga 500 millones al año por el trabajo de 12.000 instaladores, lo que arroja una media anual de más de 41.000 euros por empleado. Eso debería dar para salarios mucho más altos que los 600 euros/mes que denuncian los sindicatos minoritarios, por mucho margen que le quede al contratista. ¿Se zanjará la cuestión? El próximo viernes habrá una nueva reunión. Habrá que ver si hay acuerdo entre las empresas de servicios y sus trabajadores.

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