Los jóvenes nacidos entre 1981 y 1995 son considerados como los más concienciados con el medio ambiente gracias al fácil acceso que tienen a la información y el conocimiento de su importancia.

Los «millennials» o Generación del Milenio, son «los más concienciados con el medio ambiente y la sostenibilidad», así lo ha asegurado a Efe la directora de ‘Forum for the Future’, Sally Uren, durante una visita a España.

Esta entidad sin ánimo de lucro ubicada en Londres, que trabaja desde hace 20 años con empresas y gobiernos para impulsar la concienciación ecológica y el desarrollo sostenible, ha detectado un «cambio de actitud generacional» entre estos jóvenes en Europa, gracias al hecho de que poseen mucha información y a que interactúan con ella a través del mundo digital.

«Ahora existe una voluntad de trabajar que pasa por hacer las cosas de otra manera» a la hora de mantener una conducta respetuosa con el entorno». Este cambio de actitud obedece también a la creciente importancia de esta materia en las actividades escolares, como sucede en algunos colegios de Reino Unido que cuentan con un apartado específico sobre sostenibilidad dentro de las clases de Geografía. Si bien esta experta cree que «todavía no es suficiente» y debería programarse una asignatura específica.

La propia Uren imparte un módulo sobre desarrollo sostenible en la escuela de su hija a niños de entre 12 y 13 años y es partidaria de concienciar a las familias a través de los alumnos pues «los chavales pueden preguntar a sus padres por qué actúan de tal o cual forma y así empujarles a reflexionar sobre el cuidado del entorno».

Esta actitud, que los británicos llaman «pester power» y que describe «la influencia de los niños sobre sus padres a base de molestarlos para que hagan algo» surte efecto pues «incomodan a sus progenitores tratando de que arreglen aquello que se hace erróneamente en sus casas y que actúen de acuerdo con lo aprendido en las aulas».

Uren se alegra de que gobiernos de todo el mundo hayan empezado a ponerse de acuerdo para afrontar grandes retos como el del cambio climático y, en este sentido, califica de «positiva» la reciente firma del Acuerdo de París por parte de EE.UU. y China, países que emiten actualmente el 38 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En España

En el caso de España, ha advertido de que, aunque «ya se notan los efectos de las sequías y del calentamiento global», estas condiciones negativas experimentarán «una aceleración en el futuro» por lo que «no se puede bajar la guardia».

De ahí que insista en «la importancia de los pequeños gestos» como los relacionados con el reciclaje y por ello comente que «me llamó la atención el hecho de no poder reciclar mis botellas durante mis vacaciones en una casa del sur de Granada…, así que las guardé en una bolsa» hasta que pudo encontrar un contenedor adecuado. Uren tuvo una experiencia similar con las pilas «pese a que son muy perjudiciales para el medio ambiente y es necesario disponer de contenedores para recogerlas».

Sin embargo, España no es de los peores países cuando se trata de cuidado del entorno pues «en mis viajes he visto muchos otros Estados, como Indonesia, que tienen un camino más largo por recorrer».

Esta especialista ha lanzado un mensaje específico a los consumidores: «que tomen mejores decisiones a la hora de comprar, buscando los productos comercializados de forma sostenible de acuerdo con los datos que figuran en sus envases», sin dar nada por hecho. «No van a desencadenar una revolución por sí mismos, pero sí pueden formar parte de ella, apoyándola a través de sus compras», ha recalcado esta doctora en Ciencias Ambientales.

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