Los partidos constitucionalistas no competirán el próximo domingo en igualdad de condiciones con las fuerzas independentistas. El presidente de la Generalitat cuenta con todos los resortes de la administración autonómica a favor de la candidatura de Junts pel Sí , al tiempo que lleva gastados en los últimos años ingentes cantidades de dinero en la promoción de su proceso secesionista, según denuncian los partidos no independentistas. Precisamente, el PP y el PSOE coinciden en calcular que Artur Mas ha derrochado ya alrededor de 2.000 millones de euros del dinero de todos los catalanes en dar visibilidad a su delirio separatista.
No es, ni mucho menos, un cálculo fácil de llevar a cabo. Hay partidas escondidas dentro de los presupuestos –sobre todo aquellas relacionadas con publicaciones, imprenta y fomento cultural- , mientras otras suelen pasan desapercibidas para los analistas más avezados.
No obstante, los partidos mayoritarios hacen hincapié en que los capítulos de gasto a favor de la secesión son numerosos y variados. Según cuentan a SABEMOS, las partidas se focalizan principalmente en la acción exterior para dar a conocer el conflicto en el mundo, el mantenimiento de las embajadas autonómicas, las ayudas a organizaciones afines, las subvenciones a los sindicatos para comprar su silencio, la financiación de los medios públicos de comunicación, la promoción del idioma…
Un lobby internacional para atacar a la diplomacia española
De todos esos gastos, tal vez la partida más escandalosa es la que se destina al grupo de presión Independent Diplomat, cuyos servicios fueron contratados por la Generalitat hace más de dos años para torpedear la acción de la diplomacia española.
Fundada por el ex diplomático británico Carne Ross y con oficinas en Nueva York, Washington, Bruselas y Londres, el lobby Independent Diplomat recibió el año pasado del Ejecutivo de Artur Mas nada menos que 720.000 euros por propagar el proceso secesionista y remitir a la Generalitat un informe mensual.
A la vista de la declaración la semana pasada del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, a favor de la unidad de España, parece que el lobby internacional no ha tenido un rotundo éxito en sus gestiones.
De todas formas, no todo han sido todo fracasos para ese grupo de presión: Los editoriales favorables a la consulta del 9-N aparecidos en Financial Times y Wall Street Journal -o la firma el año pasado de diez importantes personalidades internacionales a favor del proceso- se explican en parte por el trabajo de esta organización internacional.
El coste de las embajadas catalanas
Pese a sus escandalosas cifras de déficit, el Gobierno de Cataluña sigue empeñado en mantener sus embajadas por todo el mundo. Además de los altos sueldos de los altos que trabajan en ellas, los edificios de las legaciones se sitúan en los suelos más caros del mundo, como son las zonas próximas a los Campos Elíseos (París) o al Rockefeller Center (Nueva York). Al año, las legaciones catalanas tienen un coste para las arcas autonómicas de 35 millones de euros.
Ayer mismo, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, aseguró que el Gobierno mantiene las puertas abiertas a la Generalitat de Cataluña para que integre sus oficinas comerciales en el exterior en las españolas, dentro del plan de colaboración y racionalización puesto en marcha en esta legislatura.
65 millones de euros al año para las asociaciones pro independencia
Desde hace algunos años, la Generalitat de Artur Mas ha utilizado a la Asamblea Nacional de Cataluña para que cumpla el objetivo de trasladar a la población el mensaje independentista y llene de gente las multitudinarias manifestaciones y marchas a favor de la secesión.
Detrás de esa organización existe un verdadero entramado de asociaciones independentistas, que han recibido una lluvia de millones en ayudas autonómicas en los últimos años. Populares y socialistas han detectado subvenciones por valor de 65 millones de euros al año a las asociaciones que dan su apoyo al órdago independentista.
De entre todas, la más importante, sin duda, es Òmnium Cultural, cuyos dirigentes afirman que tienen 25.000 socios. Òmnium ha sido la entidad más mimada por todos los Gobiernos catalanes. Por poner un ejemplo: el ex vicepresidente de la Generalitat Josep Lluis Carod-Rovira llegó a pagar su nueva sede con dinero público. Fueron 600.000 euros para que Òmnium gozase de un vistoso espacio en el mismo centro de Barcelona.
Mas compra con dinero público el silencio de los sindicatos
El periódico El Mundo publicaba ayer un interesante editorial sobre la actitud de las centrales sindicales más importantes en Cataluña. “El silencio institucional que mantienen los dos sindicatos mayoritarios en Cataluña ante el desafío soberanista es tan atronador que sólo puede calificarse de irresponsable. Salvo ellos, el resto de agentes sociales y políticos se han movilizado para explicar a los electores las nefastas consecuencias económicas que tendría secundar la locura independentista”, señalaba el citado diario.
No le falta razón a El Mundo. UGT y Comisiones Obreras no han alzado la voz en ningún momento para dar a conocer su postura ante el órdago secesionista. La razón para tal silencio hay que buscarla en las subvenciones que otorgan las instituciones autonómicas.
Los sindicatos de clase, que copan el 97 por ciento del total de las ayudas públicas, llegaron a recibir –antes de la crisis- la friolera de 50 millones de euros al año. Aunque es cifra ha descendido en los últimos años, el PP calcula que Comisiones Obrera y UGT se reparten en la actualidad algo más de 35 millones.
Decía El Mundo ayer que a CCOO y UGT de Cataluña no les debe parecer tan trascendental la cita del 27-S. “No sólo han evitado posicionarse sobre las pretensiones de Artur Mas, sino que han faltado al deber que tienen de informar sobre las consecuencias que una hipotética secesión tendría, por ejemplo, sobre el sistema de pensiones o sobre el marco de relaciones laborales”, concluía el editorial del ese periódico.
Ayudas a la prensa y al idioma catalán
El año pasado, la prensa nacional se hacía eco de que el Gobierno catalán inyectó desde el año 2008 un total 181 millones de euros en los medios de comunicación. 82 millones procedían de subvenciones y otros 99 millones de publicidad institucional, repartida de forma no transparente.
Desde el diario La Vanguardia a la cadena católica Radio Estel, pasando por el diario catalanista El Temps y la revista cultural Ederrock, un total aproximado de 600 medios de comunicación se benefician de las donaciones del Palau de la plaza de Sant Jaume.
Lo que es una incógnita es el dinero que dedica la Administración catalana a la promoción de la lengua cooficial. Para conocer datos fiables hay que remontarse al año 2010, cuando se subvencionó al catalán con 159 millones de euros. Pese a la crisis, el coste total ese año se elevó en 697.914 euros respecto a 2009; y 5.966.000 euros en relación a 2008.