El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha dejado en libertad al empresario de la construcción David Marjaliza, socio y amigo de la infancia del exsecretario general del Partido Popular (PP) de Madrid Francisco Granados, al considerar que ha colaborado «positivamente» con la investigación sobre la trama de corrupción Púnica, informaron fuentes jurídicas.

El magistrado ha levantado la orden de prisión incondicional, que dictó el 31 de octubre de 2014, y ha señalado en un auto que Marjaliza, al que se considera el presunto cerebro de la red junto al exdirigente ‘popular’, podrá salir de la cárcel de Aranjuez (Madrid) si deposita una fianza de 100.000 euros.

Una vez que preste la caución, el imputado deberá cumplir con una serie de medidas cautelares, entre las que se encuentran la obligación de realizar comparecencias quincenales en el juzgado más próximo a su domicilio, la retirada del pasaporte y la prohibición de salir del territorio nacional. Además, deberá facilitar una dirección y un teléfono en el que podrá ser localizable y comunicar al juzgado cualquier cambio.

13 horas de declaración  

Durante el último año Marjaliza ha prestado hasta 13 horas de declararación ante el juez Velasco en las que, según fuentes jurídicas, ha detallado el ‘modus operandi’ de la trama de corrupción y ha involucrado en sus actividades al consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid Jaime González Taboada, el exalcalde de Alcalá de Henares y diputado regional Bartolomé González (PP) y la parlamentaria de Ciudadanos y exconcejal del PSOE en Valdemoro Eva Borox.

A juicio del juez instructor, la colaboración con los investigadores que se desprende de las declaraciones de Marjaliza, que continúan bajo secreto de sumario, permitiría rebajar «una hipotética condena», lo que hace disminuir el riesgo de fuga.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 ha adoptado esta decisión después de que las fiscales Anticorrupción del caso, María Teresa Gálvez y Carmen García, solicitaran que el constructor podría salir de prisión tras abonar una fianza de 250.000 euros. En la actualidad el único imputado que permanece en prisión en este procedimiento es Francisco Granados.

Más de 33 millones de patrimonio

Marjaliza, al que la investigación atribuye un patrimonio de más de 33 millones de euros y la presencia en unas 150 empresas, está imputado por los delitos de blanqueo de capitales, cohecho, tráfico de influencias, contra la Hacienda Pública, malversación de caudales públicos, prevaricación, falsificación documental y organización criminal.

Durante su declaración, las fiscales Anticorrupción llegaron a señalar que Marjaliza había cometido «absolutamente todos los delitos». «No podemos ahora ponernos a valorar y explicarle a su señoría todo lo que ha llegado a cometer. Nos ha llamado la atención que cuando nosotros nos planteábamos qué delitos contra la corrupción había cometido David, a la conclusión a la que hemos llegado es… ¿cuál es el que no ha cometido?. Porque es que los ha cometido absolutamente todos. Cuando cogimos el Código Penal para decir ‘este, este, este…’ Los ha cometido absolutamente todos», decían, según la transcripción de la declaración, a la que tuvo acceso Europa Press.

Según Anticorrupción, Marjaliza utilizó sus «muchísimas influencias» en Valdemoro y en «otros muchos ayuntamientos» de la Comunidad de Madrid en los que operaba la trama Púnica para obtener contratos públicos a cambio del pago de comisiones ilegales.

Así, constituyó una organización criminal sustentada en «personas de su confianza» y actuó como «conseguidor» de la compañía Cofely, filial de la multinacional francesa GDF Suez, al lograr la adjudicación de contratos de eficiencia energética «fruto de sus contactos con alcaldes, concejales y técnicos».

También habría puesto en marcha una red de blanqueo de capitales con cuentas en Suiza y Costa Rica a su nombre y el de su mujer, Adela Cubas. Estos fondos, según las fiscales, fueron desviados a los depósitos de dos empresas y trasladados posteriormente a cuentas de Singapur. «Con el retorno del dinero a España, se cierra el círculo de la operativa de blanqueo», señalaban los jueces.

El patrimonio de Marjaliza era tal que el constructor llegó a construirse un zulo en su casa, situada en el número 14 de la calle Libertad de Valdemoro, al objeto de «ocultar obras de arte o dinero en efectivo».

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