En muchas ocasiones, conseguir financiación europea es suficiente motivo de regocijo para los emprendedores europeos. Sin embargo, la naturaleza del mercado digital hace que muchas de las ideas pioneras se queden por el camino. Por eso, la historia de los proyectos que fracasan también es parte del progreso y de la innovación.

El principal asesor de la Comisión Europea para la innovación, Robert Madelin, lo ha dejado claro: del centenar de startups financiadas con fondos comunitarios que se exhiben en la conferencia ICT 2015 de Lisboa esta semana, el próximo año deberían quedar 10. Y deberían no se refiere a la estimación que hace este anterior director general del departamento responsable de la agenda digital europea, sino que se refiere a la obligación de que solo unas pocas, las más fuertes, sobrevivan.

Uno de los ejemplos que tiene muchas papeletas para irse al garete es una de las iniciativas que se ha podido ver en la feria, Streamwatchr, un portal que registra los mensajes de los usuarios de redes sociales que están escuchando música y la comparten con sus contactos. Gracias a esta información, la plataforma es capaz de identificar qué canciones están más de moda o cuáles son las que más suenan en diferentes mercados o momentos del día.

Este portal se creó en el marco de un proyecto financiado con fondos europeos para la innovación y la investigación pero, ahora mismo, la infraestructura que sostiene la aplicación está siendo sufragada por la Universidad de Ámsterdam y «pronto, si no se encuentran fondos, será desconectada», como ha explicado a SABEMOS uno de los responsables de la iniciativa, Manos Tsagkias.

«Está consumiendo recursos de una máquina muy grande, de 64 procesadores y medio Terabyte de memoria. Es caro«, ha zanjado Tsagkias.

Una filosofía de trabajo

A tenor de los fracasos que se pueden dar en estos programas de financiación, los contribuyentes europeos se podrían preguntar por qué se están financiando con fondos públicos proyectos que no van a prosperar. La respuesta es bien sencilla: es esto o el caos.

En Silicon Valley, el mantra es que sólo triunfa el que ha fracasado muchas veces. Es una forma grandilocuente -como cualquier libro de autoayuda- de explicar que el sector tecnológico está muy influido por las innovaciones que se van desarrollando en múltiples frentes, lo que implica que para conseguir que un proyecto salga adelante hay que asumir muchos riesgos desde el punto de vista financiero, ya que se puede apostar por una determinada tecnología que se demostrará obsoleta en el medio plazo.

En Silicon Valley, el mantra es que sólo triunfa el que ha fracasado muchas veces

Para cubrir esa necesidad de financiación está el capital riesgo, que es capaz de asumir pérdidas en múltiples proyectos con tal de conseguir uno cuyas ganancias acaben por compensar todos los gastos a fondo perdido. Pero en Europa, el capital riesgo no funciona o no tiene las dimensiones necesarias, tal y como han explicado infinidad de emprendedores que han intervenido en las diversas mesas redondas que se han sucedido en la ICT 2015.

Por eso es importante dar dinero a los emprendedores, aunque un 90% vaya a fracasar: porque si no se lo damos, Europa no será capaz de estar a la altura de la innovación y, por lo tanto, del futuro.

Streamwatchr tiene los días contados. Eso sí, Tsagkias ha aclarado que las tecnologías que han desarrollado y los conocimientos que han adquirido al construir este portal se van a comercializar a través de otro proyecto. Valió la pena. O, como también podría decir un inversor anglosajón, «money well spent«.

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