El uso masivo de internet permite medir al detalle lo que se hace en la red. Esto, por desgracia, también descubre cosas como que los jóvenes europeos tienen un desinterés total por la política y la participación cívica.

Al contrario de lo que se podría creer, los jóvenes (y no tan jóvenes) europeos no están involucrados en actividades políticas ni nada similar. Así se desprende del ‘Informe Económico Sectorial de las Telecomunicaciones’ presentado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, en base a los datos de Eurostat.

El acceso a la banda ancha y, especialmente, a la banda ancha de alta velocidad es uno de los elementos promotores de la recuperación económica europea. El proceso de disrupción tecnológica que vivimos, y la transformación que supone en la vida de los ciudadanos no tiene parangón alguno.

Así, según Eurostat, un 67% de los ciudadanos europeos se conecta a internet diariamente. Aproximadamente, la mitad de los europeos buscan información sobre salud en internet, utilizan redes sociales, leen la prensa o consultan wikis, dos de cada diez buscan empleo y tres de cada diez realizan llamadas online.

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Fuente | Eurostat

Entre los jóvenes, nativos digitales, todos estos porcentajes aumentan significativamente, tal y como se puede ver en la imagen anterior.

Además, también se generan dudas sobre los usos profesionales de internet. Observando la gráfica, la utilización de redes profesionales es muy baja, al igual que la búsqueda de empleo o, lo que es más significativo, que apenas tenga cabida el aprendizaje online en las costumbres de uso en internet.

Todo lo que está por llegar

Con el advenimiento de la impresión 3D, la computación en la nube, la realidad virtual y la aumentada, el internet de las cosas (IoT) y toda la información aprovechable que genera la actividad en Internet de personas y objetos, estamos a las puertas de la cuarta revolución industrial.

Por ejemplo, un estudio encargado por la Comisión Europea prevé que en 2020 existan e Europa 6.000 millones de conexiones IoT y que esto genere ingresos por valor de 1.180 millones de euros. Ante ello, Europa se enfrenta a importantes retos tecnológicos, por ejemplo, en el campo de la estandarización y la interoperabilidad y también, formativos, para habilitar personas en las necesarias competencias profesionales, evitar la brecha digital profesional y también educar a los ciudadanos para que se beneficien de forma informada de estas nuevas realidades.

Todo ello deberá acompañarse de cambios legislativos, tanto resultado de revisar la normativa existente de modo que no obstaculice el desarrollo de nuevas actividades como de crear nuevas leyes que protejan la actividad y la vida digital de las empresas y los ciudadanos.

Imagen | Flickr – ‘Hans Põldoja

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