La alcaldesa de Barcelona colocó a su marido como asesor de su plataforma política al poco de ser investida, como también promocionó a la mujer de su número dos, Gerardo Pisarello. Los nombramientos ‘queman’ la red tras el rumor de que la regidora podría optar en marzo a presidir la Generalitat.

Las redes no perdonan. Ada Colau está siendo la protagonista de una intensa campaña online que en los últimos días recuerda los nombramientos que se produjeron en su plataforma, Barcelona en Comú, y en el Ayuntamiento de la ciudad condal al poco de ser investida alcaldesa. El más controvertido fue el de su pareja, Adrià Alemany, a quien promocionó como representante de Relaciones Institucionales de la formación con que ganó las elecciones, incidiendo en que su sueldo lo abonaría Barcelona en Comú y no el consistorio. Alemany ya participaba en relevantes reuniones del grupo municipal que gobierna la capital a los diez días de la sesión de investidura.

El número dos de Colau en el Ayuntamiento, Gerardo Pisarello, también ha visto crecer la carrera de su mujer tras entrar en política. Vanessa Valiño obtuvo un puesto directamente en el Ayuntamiento -y no en el partido, como el marido de la primera edil- en junio de 2015. Fue nombrada asesora del concejal de Vivienda, Josep Maria Muntaner.

Uno de los mensajes que se están difundiendo por WhatsApp.

Hasta entonces, Valiño era directora del Observatorio DESC (Derechos Económicos, Sociales y Culturales), dedicado a «desmontar la percepción devaluada de los derechos sociales» combinando «la incidencia política con la investigación y la organización de cursos y charlas», según indica en su web. Colau también estuvo vinculada a este organismo en su época de activista.

Una tercera concejala de Barcelona en Comú, Janet Sanz, trabaja también cerca de su pareja, David Cid. Como coordinador de ICV en la capital catalana, Cid fue uno de los encargados de negociar la investidura de Colau y el pacto con otras fuerzas políticas para gobernar Barcelona. Resultado de dichas negociaciones fue la designación de su pareja como cuarta teniente de alcalde.

Además, en junio se produjo la dimisión del gerente de Recursos Humanos en el consistorio, Carlos Arias. Barcelona en Comú aseguró que esa renuncia se había producido de «mutuo acuerdo» y que no era consecuencia de los nombramientos arbitrarios antes señalados.

Todos estos hechos, acaecidos hace más de medio año, se están recordando ahora, tras la subida del caché político de Colau. Su implicación en la candidatura de confluencia impulsada por Podemos para las generales fue decisiva y exitosa: obtuvo el primer puesto en Cataluña, con el 25% de los votos. Ahora, se han multiplicado los rumores que sitúan a Colau al frente de una lista similar en las autonómicas que parece tendrán lugar el 6 de marzo. Ella se ha desmarcado y Barcelona en Comú se ha limitado a decir que aún debe debatir de qué forma participará en esos comicios.

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