Tras las dos jornadas de paros parciales, que no han tenido prácticamente repercusión en el tráfico aéreo durante el fin de semana, el sindicato de los controladores USCA se enfrenta a la decisión de continuar con la huelga durante agosto o renunciar a este tipo de reivindicaciones.

“A lo largo de los próximos días hay previstas reuniones de los órganos de dirección del sindicato, y de ahí saldrá la próxima estrategia”, han afirmado fuentes del sindicato a SABEMOS.

No se descartan opciones, entre las que están ampliar los paros, retomarlos en otoño o renunciar a la huelga

Por el momento no se ha descartado ninguna opción, aunque algunas de las que se manejan son continuar las protestas en agosto con paros más largos, retomar el camino de la huelga parcial pero a partir de otoño o renunciar a este tipo de reivindicaciones.

“Hay opiniones de todo tipo. Habrá que debatir y decidir”, han añadido las fuentes consultadas.

Se cierra así la segunda oleada de paros parciales de julio, después de que los controladores emprendieran el camino de la huelga en junio. Los últimos paros, los de este fin de semana, contaban con unos servicios mínimos “abusivos” que fueron superiores al 80% y se situaron cerca del 100% para el personal operativo que se comunica con los aviones, según han reiterado las fuentes consultadas.

Una huelga sin repercusión

Fuentes de Enaire, el ente público responsable de la navegación aérea, han confirmado que no se han producido incidencias relevantes en la navegación este fin de semana, como consecuencia de la huelga de los controladores, una iniciativa que USCA puso en marcha para protestar contra el despido de un controlador en Santiago de Compostela y contra las sanciones a 61 empleados del centro de Barcelona, ambos casos tras el cierre del espacio aéreo de 2010.

Como recogen Europa Press y Efe, el domingo se operaron hasta las ocho de la tarde un total de 5.007 vuelos, de los que 1.014 se correspondieron con la franja horaria del paro, que abarcó desde las cinco hasta las ocho de la tarde.

Durante este fin de semana se produjeron retrasos de entre 15 y 20 minutos, que afectaron a 300 vuelos

Se produjeron retrasos de entre 15 y 20 minutos en 300 vuelos, explican las agencias. Eso supone un total de 5.400 minutos de retraso, el doble que los acumulados el pasado 11 de julio en su otra jornada de paros.

El escaso impacto de la huelga de este fin de semana era algo que se preveía, dado que en los anteriores paros convocados los efectos de las protestas fueron escasos. Esto se debe a los servicios mínimos establecidos por el Ministerio de Fomento, que USCA considera excesivos.

Aunque se fijaron en un 80%, los controladores ya alertaron de que en anteriores ocasiones se permitió más adhesión a la huelga entre los supervisores y las “imaginarias”, el personal de guardia. Sin embargo, indica la secretaria de comunicación del sindicato, Susana Romero, los servicios mínimos fueron más restrictivos con los empleados “de frecuencia”, es decir, “los que hablan con los aviones”, según sus propias palabras.

Por eso, su capacidad de negociación con Enaire es limitada, como ya se demostró en la última reunión entre ambas partes. Mientras el ente asegura que está dispuesto a negociar, USCA cree que no están dialogando con los controladores y que Fomento debería intervenir.

De ahí que ahora mismo la estrategia de protesta de los controladores esté en el aire. Como ya explicó Romero a SABEMOS, el sindicato tiene que plantearse un cambio de estrategia, habida cuenta de las limitaciones que tienen los trabajadores para ejercer su derecho a huelga en condiciones que realmente afecten a la navegación aérea.

 

Foto: Flickr – Doc Searls

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