Vertido ilegal en la ribera del río Guadarrama, Madrid

La gestión de los residuos está regulada por la normativa europea, estatal y regional. Su manipulación, es decir la recogida y traslado debe realizarse por empresas autorizadas y sólo se pueden depositar en instalaciones  permitidas, bien para su clasificación, su reciclado/reutilización o su depósito definitivo. En cambio, el abandono de todo tipo de residuos está proliferando y cada vez es más complejo su control.

Ante la «falta de seguimiento» de este problema por parte de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid, el silencio de Isabel Díaz Ayuso ante semejantes nidos de basura y la ineficacia de las denuncias, Ecologistas en Acción está recogiendo en un mapa la localización y características de los puntos de vertido y vertederos ilegales de los que tiene conocimiento. En total, hasta finales del pasado mes de mayo, se han identificado 672 ubicaciones, distribuidas en 24 municipios. Todas ellas se localizan en zonas de fácil acceso para vehículos,  junto a caminos vecinales, vías pecuarias, carreteras, vías e instalaciones de ferrocarril y ríos.

Puntos de vertido y vertederos ilegales

Los residuos localizados se han dividido en puntos y zonas de vertido o vertederos. Cuando el vertido ocupa una extensión reducida, se ha considerado punto de vertido. La mayor parte de estos se han localizado en los municipios de Leganés (360), Alcorcón (76), Valdemoro (61), Getafe (43), Arganda del Rey (25) o Parla (21). Cuando el vertido ocupa una amplia superficie, con diferentes tipologías de residuos mezclados y es permanente, se ha considerado zona de vertido o vertedero. Estas zonas se han localizado en Leganés, con una superficie de 105 hectáreas -equivalente a la del Parque de Polvoranca-, Madrid con una superficie de 50 hectáreas (equivalente a la del parque Tierno Galván) y Móstoles y Arroyomolinos con los vertidos a las riberas y al cauce del río Guadarrama con una superficie de 6,5 hectáreas.

Tipología de vertidos

En cuanto a la tipología de residuos,  la mayor parte proceden de la construcción. A pesar de que para obtener autorización municipal, el promotor, debe acreditar la contratación de una empresa especializada para la retirada de residuos, en la práctica no siempre sucede. Esta situación se ha agravado con la eliminación de la licencia en reformas y con la implantación de las declaraciones responsables en obras menores. Por tanto, no existe un control previo. Los ayuntamientos carecen de medios para controlar, una vez iniciadas, todas las obras que se realizan en sus municipios, lo que favorece el vertido en cualquier parte. Las escombreras suponen el 28 % de los puntos de vertido localizados.

Los enseres (colchones, muebles, electrodomésticos) también están vinculados a las obras de reformas de viviendas y, en muchas ocasiones están mezclados con escombros. Este tipo de vertido supone el 25 % de los localizados. El amianto procedente de las planchas de fibrocemento de cubiertas de edificaciones y de tuberías, también está relacionado con la construcción y supone el 20 % del total.

Por último, los residuos industriales (pinturas, disolventes, plásticos) suponen el 4,3 %. Estos se han localizado preferentemente en Arganda del Rey. Los neumáticos y vehículos abandonados o calcinados llegan al 2 %.

Asentamiento Las Sabinas donde en fechas recientes se han registrado dos incendios forestales

Localizaciones de los vertidos

Los puntos de vertido y vertederos se localizan tanto en zonas urbanas como rurales. En el primer caso se suelen encontrar en el interior y periferia de polígonos industriales abandonados o con poca actividad, en los límites de barrios inconclusos o, en los alrededores de vertederos autorizados. Algunos ejemplos son el Parque Tecnológico de Leganés, el entorno del polígono Ventorro del Cano en Alcorcón o La Atalayuela o el Parque Tecnológico de Valdemingómez, en Madrid.

En las zonas rurales, la basura se abandona en caminos y riberas –camino de San Galindo paralelo al río Tajuña en Chinchón-, camino de la Magdalena en Madrid; en vías pecuarias como la Cañada Real Galiana paralelo al río Jarama a su paso por San Fernando de Henares; en oquedades naturales como la sima próxima a la Laguna de San Juan, en Chinchón donde hay vehículos abandonados; en caminos y edificaciones sin uso de la red de ferrocarril, como en Aranjuez. Incluso llegan a tirarse electrodomésticos y muebles a cauces de ríos como es el caso del río Guadarrama, a su paso por los municipios de Móstoles y Arroyomolinos, cuyo problema se traslada aguas abajo, hasta Batres o municipios de Toledo como Carranque.

Los espacios protegidos tampoco se libran de esta “diáspora” de basura, se han localizado importantes vertederos en espacios protegidos Red Natura 2000 como la Zona de Especial Conservación Cuencas de los ríos Jarama y Henares o en la Zona de Especial Conservación Vegas, Cuestas y Páramos del Sureste que incluye el río Tajuña. En el Parque Regional del curso medio del río Guadarrama, incluido también en Red Natura 2000, se localiza uno de los principales vertederos, el del río Guadarrama pero también hay un gran punto de vertido en Majadahonda.

Impactos de los vertidos

Las consecuencias de esta actividad ilegal tiene tres importantes vértices: medioambiental porque contamina el suelo, el agua y el aire consecuencia de los escapes de disolventes, pinturas, lixiviados, emisiones de contaminantes a la atmósfera por volatilización de sustancias químicas, etc. El agua de lluvia arrastra estas sustancias y los lixiviados (líquidos procedentes de la descomposición de la materia orgánica) que terminan en ríos y arroyos, afectando a la flora y la fauna.

Esta situación que afecta al entorno natural también repercute sobre la salud de las personas. Los vertederos ilegales con mezcla de todo tipo de residuos atraen plagas (insectos, roedores) y algunos elementos como el amianto es altamente tóxico, si se fractura y se manipula sin protección.

Pero la basura incontrolada además genera problemas económicos porque se está impidiendo que empresas autorizadas desarrollen su actividad económica generando beneficios y creando puestos de trabajo. Por otra parte, la retirada de tan enorme volumen de vertidos y de puntos tan dispersos, al recaer sobre las administraciones, supone un fuerte impacto para las arcas públicas.

Por todo ello, Ecologistas en Acción, considera imprescindible «frenar esta inercia e impedir que sigan proliferando los puntos de vertido. Para ello las medidas disuasorias son imprescindibles como la impermeabilización de caminos para evitar el acceso y descarga». Y de forma paralela consideran que se debe incrementar la inspección mediante la colaboración de las policías municipales, el Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid y la Delegación del Gobierno.

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