Yolanda González

Una ballena franca vara en la playa de Fuenterrabía en vísperas de la cumbre del G7, que se celebra en Biarritz en agosto del 2019. Una periodista medioambiental cae derribada por el último aletazo de la ballena en el momento en que cubre la noticia. Un suceso políticamente sospechoso pues varios indicios apuntan a una operación de sabotaje orquestada por grupos antisistema congregados en Hendaya con motivo de la contracumbre. El cadáver de la ballena se convierte en el invitado incómodo de la celebración política, añadiendo tensión a una situación social ya crispada por la crisis y las continuas revueltas de los chalecos amarillos.

Paralelamente, en la España de Felipe II, un grupo de balleneros vascos se prepara para la gran expedición transatlántica en busca del aceite de ballena, el combustible indispensable para el desarrollo del mundo civilizado. Los hombres mueren en el mar y las mujeres se enfrentan al drama humano con sus propias armas mientras la ciudad de Bayona se engalana para celebrar el encuentro de las dos grandes monarquías europeas.

El mismo océano de entonces, vivero de recursos para los imperios florecientes, agoniza hoy a la vista de los Siete Grandes del mundo. La mirada de Isabel de Valois, Catalina de Medici y sus cortes se funde con la mirada de Macron, Trump y el resto de gobernantes. Afuera, la calle grita su descontento. Las ballenas avanzan hacia ellos, invitadas especiales a la fiesta del poder. Cinco siglos separan los dos grandes encuentros políticos: El G7 de Biarritz centrado en la lucha contra las desigualdades y el cambio climático y la entrevista de Bayona en 1565, el encuentro por la paz de los pueblos de las cortes española y francesa. El círculo parece cerrarse. El mensaje “Salvar los océanos” lanzado por el presidente francés es unánime e indiscutible. Pero ¿qué se esconde detrás de la palabra “Salvar”?

El crítico Constantino Bértolo asegura que la novela tiene “ecos de Moby Dick en el recuento y materialidad de sus descripciones. Una historia que se ve, se oye, se toca, se huele”

Usando elementos propios del ecothriller, la ficción histórica y la sátira política la novela Oceánica (De Conatus, 2022) funde temporalidades y voces distintas (humanas y no humanas) en una envolvente composición reticular, convirtiendo a la naturaleza en protagonista, en actor principal que escapa de la mirada antropocéntrica que la ha condenado durante siglos a ser mero paisaje o escenario de aventuras humanas. Una invitación a abandonar nuestra posición de dominio y a repensarnos en una nueva escala: como pequeños mamíferos integrantes de la frágil malla que sostiene el mundo.

Yolanda González nació en Mérida en 1965. Licenciada en Filología Árabe, colaboró como crítica literaria en el suplemento “Libros” del diario El País y trabajó en la Escuela de Letras de Madrid como profesora de interpretación y creación literaria. Su novela Las llamas tiemblan (Algaida, 2002) fue ganadora del Premio Café Gijón. Su novela Punto Cero (Carpe Noctem, 2017) recibió el Premio Internacional de novela Ciudad de Torremolinos. Ha publicado, además, las novelas Lejos (Espasa, 2009), Las dunas azules (Espasa, 2000) y la novela infantil Asesinato en Letrópolis (Edebé, 2011). Ha traducido del árabe la novela La epopeya de los miserables, del Nobel Naguib Mahfuz (Ediciones Libertarias). Ha participado en la antología de cuentos Esas que también soy yo (Ménades, 2019). Su último libro publicado es Maldito Boccherini (relatos. Ménades, 2019). Actualmente investiga sobre la narrativa de ficción frente a los desafíos del Antropoceno. Vive en Hendaya desde 1998.

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