La inagotable lucha de los trabajadores de Lauki parecía haber encontrado una puerta que permitiera alumbrar alguna solución ante el anuncio de cierre de la planta de Valladolid. Pero no. La empresa Lactalis, propietaria de la marca de lo que fue en su día la Central Lechera Vallisoletana, ha anunciado el inicio de un expediente de extinción  de contratos previo al cerrozajo a la fábrica de Valladolid previsto para el 30 de junio.

Las esperanzas de los trabajadores afectados, 82 puestos directos y más de 100 ganaderos proveedores de leche, residían en su capacidad de movilización durante estas semanas de incertidumbre, con acciones y manifestaciones que, en su momento, hicieron pensar que cabía alguna posibilidad menos drástica. Incluso, desde la Junta de Castilla y León se alentó hacia una solución en forma de una empresa interesada en quedarse con la planta.

El choque frontal con los intereses de Lactalis, dispuesta a cerrar sin más opciones para no reforzar a la competencia, ha sido total con las instituciones. El Ayuntamiento de Valladolid se protegió ante una posible especulación con el suelo que ocupa actualmente la fábrica de Lauki y lo catalogó de manera especial para evitar tentaciones urbanísticas.

La reunión que han mantenido este jueves  empresa y trabajadores ha sido concluyente. La multinacional francesa presenta el ERE para clausurar la actividad en su planta de Valladolid y abre oficialmente un periodo de consultas con un mes de plazo. Los empleados están dispuestos a rebajarse un 10% sus salarios y así se lo han transmitido a la compañía si ese sacrificio supone mantener la actividad actual.

No ha habido respuesta y solo se contempla una remota posibilidad de que Lactalis aceptase finalmente vender Lauki siempre que fuera a una empresa con la que no compitiera directamente. Sin embargo, la compañía ya ha advertido que esta es una opción residual que no figura entre sus preferencias estratégicas. Su razonamiento no ha variado. El cierre de Lauki está justificado en la concentración de producción en otras plantas de la compañía en España.

Los trabajadores de Lauki siguen aferrados a su postura de no cesar su actividad laboral ni movilizadora. Siguen empeñados en demostrar que la planta es viable, pero chocan con las intenciones de Lactalis. “Ellos ya han puesto encima de la mesa el ERE, a ver qué acontecimientos tenemos este mes, porque va a ser muy intenso”, explican desde el Comité de Empresa. “Hoy se ha oficializado, ahora ya las actas se tienen que firmar, todo queda escrito, hasta con taquígrafo. Ahora es serio”, añaden sin muchas esperanzas de mantener a Lauki con vida en Valladolid.

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