Unsplash/Brian Yurasits. Los filtros de cigarrillos contienen microplásticos y constituyen la segunda forma más alta de contaminación por plásticos en el mundo

A la cifra de árboles y hectáreas de tierra hay que sumar un gasto de 22.000 millones de toneladas de agua y la producción de 84 millones de toneladas de CO2, cada año, para fabricar sus productos. Así lo detalla la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha instado a que el sector se responsabilice de esos perjuicios.

La industria tabacalera no sólo daña la salud humana: también estropea el medio ambiente y debe hacerse más responsable de la destrucción que causa, dice la OMS. El organismo revela en un nuevo informe que, «además de las más de ocho millones de muertes que causa cada año, la industria tabacalera le cuesta muy cara al mundo en términos ambientales».

Los efectos perjudiciales de las tabacaleras, mantiene que «son enormes y van en aumento, lo cual agrava innecesariamente la escasez de recursos y la fragilidad de los ecosistemas”

La agencia ha precisado que, en la producción de tabaco, cada año se destruyen 600 millones de árboles y 200.000 hectáreas de tierra, se gastan 22.000 millones de toneladas de agua y se producen 84 millones de toneladas de CO2.

La mayor parte del coste ambiental recae en los países de renta baja y media, donde el agua y las tierras de cultivo se utilizan para plantar tabaco en vez de alimentos, que a menudo se necesitan con urgencia.

El estudio destaca que la huella de carbono de la industria de la producción, el procesamiento y el transporte del tabaco equivale a una quinta parte del CO2 emitido anualmente por el sector de las aerolíneas comerciales, lo que contribuye aún más al calentamiento global.

Contaminación por plásticos

“Los productos del tabaco son el artículo que más basura arroja en el planeta, ya que contienen más de 7000 sustancias químicas tóxicas que se filtran en el medio ambiente cuando se desechan”, explica el doctor Ruediger Krech, director de Promoción de la Salud de la OMS y agrega que unos 4,5 billones de filtros de cigarrillos contaminan los océanos, ríos, aceras, parques, suelos y playas cada año.

Productos como los cigarrillos, el tabaco sin humo y los cigarrillos electrónicos también aportan a la acumulación de contaminación plástica. Los filtros de cigarrillos contienen microplásticos y constituyen la segunda forma más alta de contaminación con plásticos en el mundo.

La OMS ha pedido a los legisladores que traten los filtros de cigarrillos de la misma manera que cualquier otro plástico de un solo uso, y que consideren prohibirlos, para proteger la sanidad pública y el medio ambiente ya que no hay evidencia comprobada de beneficios en la salud.

Los contribuyentes pagan la limpieza

El coste de limpiar los productos de tabaco desechados lo pagan los contribuyentes, no quien crea el problema. De este modo, el informe cita que esa limpieza le cuesta unos 2600 millones de dólares anuales a China y 766 millones a India. En Brasil y Alemania, la cantidad supera los 200 millones de dólares.

Frente a este problema, países como Francia y España y ciudades como San Francisco, California, en Estados Unidos, han implementado con éxito una legislación que responsabiliza a la industria tabacalera de limpiar la contaminación que genera.

La OMS ha llamado a los países y ciudades a seguir este ejemplo, y ha abogado por que se brinde apoyo a los cultivadores de tabaco para que puedan cambiar a cultivos sostenibles. Asimismo, pugnó por impuestos altos al tabaco y se pronunció sobre la posibilidad de ofrecer servicios de apoyo para ayudar a las personas a dejar de fumar.

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