La Red Ciudadana de Vigilancia de Nitratos, iniciativa popular impulsada por Greenpeace para el control de la calidad de las aguas, acaba de presentar los resultados de 2023, y los datos vienen a confirmar el mal estado de las aguas en el territorio nacional. Según la Red, que lleva funcionando desde el año 2021 con la participación de unos 30 colectivos y presencia en todas las comunidades autónomas, el 13 % de las mediciones en agua de consumo, así como el 54 % en subterráneas y el 61 % en superficiales, indican contaminación por nitratos. Estos resultados cierran el seguimiento del año 2023, en el que se han efectuado más de 1.300 mediciones, lo que representa casi el doble de las mediciones efectuadas en años anteriores, dado el enorme interés de las personas que participan, de forma voluntaria y desinteresada, en el proyecto.
Como muestra la tabla, en lo que respecta a las aguas subterráneas, una de las grandes preocupaciones, ya que son las reservas estratégicas de agua, las siguientes comunidades autónomas arrojan resultados que indican contaminación por encima del 50% de las mediciones: Illes Baleares (100%, aunque con muy pocas mediciones), Galicia (75%), Aragón (72%), Castilla y León (68%), Andalucía y Navarra (62%), Región de Murcia (57%), Comunidad Valenciana (56%), La Rioja (55%) y Castilla-La Mancha (52%). Asturias y Cantabria, con un modelo de agricultura y ganadería mucho menos intensivo, siguen siendo las regiones con los mejores resultados, lo que puede ser la clara confirmación de que, a menos presión sobre las aguas, menos contaminación.
Greenpeace ha analizado la evolución de las explotaciones de ganadería industrial que están obligadas a declarar sus emisiones en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes y ha constatado que han pasado de las 1.569 en 2013 a las 3.681 en 2022, según los datos disponibles. Esto significa un incremento del 135 % en menos de 10 años. Las macrogranjas de porcino son, sin duda, las que tienen un mayor peso y representan el 86 % de todas las explotaciones ganaderas industriales obligadas a declarar sus emisiones. Cabe recordar que, sorprendente e inexplicablemente, las macrogranjas de bovino siguen exentas de declarar sus emisiones y por lo tanto es imposible conocer su evolución.
«Estamos en una situación de emergencia climática y de crisis del agua. Por eso es indignante ver cómo el número de macrogranjas se ha duplicado, y más, en los últimos 9 años», explica Luis Ferreirim, responsable de agricultura y ganadería en Greenpeace España. «En los tres años de vida de la Red Ciudadana no hemos visto ninguna mejoría en la calidad de las aguas en materia de contaminación por nitratos. ¿A qué esperamos para actuar de forma urgente y contundente? ¿A que nadie pueda beber agua y que se colapsen los ecosistemas?», se pregunta.
Ante este escenario, con una ingente cantidad de macrogranjas y de animales sacrificados -casi 910 millones en 2023, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación- y la consiguiente cantidad de emisiones y excrementos generados, no resulta una sorpresa ver que la calidad de las aguas no mejora.
Ante la grave situación de la contaminación del agua por nitratos, Greenpeace junto con los colectivos locales, se ha venido reuniendo, durante el primer trimestre del año, con las distintas administraciones. Se ha reunido con todas las confederaciones hidrográficas, con varias comunidades autónomas (la Junta de Castilla y León y la de Extremadura, el Gobierno de Canarias y la Generalitat de Catalunya), así como con la Dirección General del Agua (Miteco). Todas las administraciones son conscientes del grave problema y también de la enorme responsabilidad de la ganadería industrial, sin embargo, dice la organización ecologista, falta visión de conjunto y una acción coordinada y, principalmente, medidas valientes por parte de las comunidades autónomas, que son quienes, en última instancia, están permitiendo este avance desmedido de la ganadería industrial y sus macrogranjas.
Estas medidas son aún más necesarias después de la última sentencia condenatoria por parte del Tribunal de Justicia de la UE por el incumplimiento de la Directiva de Nitratos. La sentencia exige la adopción de «medidas adicionales» y «acciones reforzadas» en cuatro comunidades autónomas de Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Región de Murcia, precisamente aquellas donde la presión de la ganadería industrial más se ha incrementado en los últimos años.
“La contaminación del agua por nitratos es un problema que se arrastra desde hace más de 30 años y, en vez de mejorar, empeora. Las medidas adoptadas hasta ahora han sido más que insuficientes porque no van a la raíz del problema: la expansión de la agricultura y la ganadería industriales. Si no actuamos ahora, peor que las multas será no poder beber agua. Reducir el uso de fertilizantes, la cabaña ganadera en intensivo y adoptar una dieta donde predominen los alimentos de origen vegetal es vital«, concluye Ferreirim.