Primero fueron las cotorras argentinas, y ahora los arroyos. El Ayuntamiento de Madrid es como el caballo de Atila, allá por donde pasa no vuelve a crecer el verde. Ahora, según varios colectivos ecologistas, «las desbrozadoras han arrasado la vegetación de ribera de varios arroyos y ríos que cruzan la ciudad. En las últimas semanas, en diferentes cursos de agua de la ciudad realizado desbroces de la orla arbustiva y espinosa de los arroyos del Prado, cerca del zoo, Antequina en la Casa de Campo y del río Manzanares, entre la linde sur del Parque Lineal del Manzanares y la depuradora de la China».

Explican que las actuaciones «han eliminado toda la vegetación no arbórea de estos cauces en un momento en que la fauna, tanto la residente como las especies emigrantes que pasan la estación fría en nuestras latitudes, más necesita de su protección, pleno invierno. Ya que como se ha demostrado en la renaturalización del río manzanares, la vegetación de ribera es esencial para la fauna y calidad de las aguas«. Otra consecuencia grave que ocasiona esta «limpieza» abusiva es «la erosión que se produce en las orillas a causa de las lluvias de esta época, descarnándolas y arrastrando sus sedimentos hasta eutrofizar el curso en algunos tramos», apuntan.

Se da la circunstancia que, al tiempo que se actúa así desde el consistorio «en las riberas bien conservadas de las zonas verdes de la ciudad se está haciendo propaganda de unas posibles renaturalizaciones en otros tramos de cursos de agua, siguiendo las recomendaciones que nos hace el Ayuntamiento de Madrid en su programa del Bosque Metropolitano«, critican los ecologistas.

Dicen que «estas zonas húmedas son verdaderos corredores ecológicos para la flora y la fauna, deben conservarse y si es posible acrecentarse sin alteraciones y en todo caso proceder a trabajos cuidadosos de limpieza de basuras y restos inorgánicos».

Madrid conserva en sus parques y espacios forestales zonas húmedas de gran interés. Los arroyos que cruzan la Casa de Campo y el río Manzanares cuando va alejándose del núcleo urbano han ido recobrando su naturalidad, como lo demuestra el importante inventario faunístico que se realiza periódicamente. De hecho, el Plan Director de Gestión y Conservación del Parque de la Casa de Campo las riberas del arroyo Antequina y su entorno se incluyen dentro de la Zona de Alto Valor Natural y buen estado de conservación (ZN1).

Por todo ello las organizaciones ecologistas Mesa del Árbol de Carabanchel, Ecologistas en Acción Madrid, GRAMA, ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Jarama Vivo, Ciudad Huerto, Red de huertos de Madrid, POSTORY, Arriba las Ramas, Entorno Meaques Retamares han exigido al Ayuntamiento de Madrid «que paralice estas actuaciones. Como se ha observado en la renaturalización del tramo urbano del río Manzanares, la vegetación de ribera es esencial para la fauna y ayuda a mejorar la calidad del agua y mejora la vida de las personas en la ciudad», defienden.

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