La líder electa de los socialistas madrileños es contraria a formar una coalición con la plataforma de Manuela Carmena, como reclama un sector de su partido encabezado por el derrotado Juan Segovia. Hernández coincide con Ferraz en que el PSOE “es un partido de gobierno pero no desde los niveles de subordinación” y no debe entrar en el Ejecutivo de la ciudad.

El PSOE no entrará en el Gobierno de la capital de España. La llegada de Sara Hernández a la secretaría general del PSM aleja la posibilidad de confeccionar un Ejecutivo de coalición entre los socialistas y Ahora Madrid, la plataforma impulsada por Podemos que ostenta el poder en la ciudad gracias al apoyo del partido de Pedro Sánchez.

La opción de replantearse el acuerdo entre ambas formaciones para extenderlo a un pacto de legislatura -en junio se limitó a uno para investir alcaldesa a Manuela Carmena- sonaba con fuerza antes de las primarias del domingo y era defendida por un importante sector del socialismo madrileño. Sin embargo, la postura de Ferraz y de Hernández es tajante: se evitará formar parte de un polémico Ejecutivo que se está demostrando poco eficaz, tratando de diferenciarse y buscar un “espacio propio” para ganar las próximas elecciones.

Antonio Miguel Carmona ya quiso ser vicealcalde en junio y el aparato del PSOE se lo impidió

La fecha que se contemplaba por los partidarios de la alianza era finales de 2015 o principios de 2016, una vez celebradas las elecciones generales y quizás ultimado también un pacto entre PSOE y Podemos a nivel nacional. Tras los comicios de mayo ya sonó con fuerza el rumor de que el líder socialista en la capital, Antonio Miguel Carmona, quería ser vicealcalde de Carmena y Sánchez le frenó. A favor de entrar en el Gobierno municipal está también el candidato derrotado en las primarias del PSM, el diputado autonómico Juan Segovia.

Como declaró dos días antes de la votación en este diario, Segovia cree que si se deja toda la gestión en manos de Ahora Madrid fracasará “la primera experiencia municipal de izquierdas en 25 años” en la capital. Su reivindicación principal es que la decisión se deje en manos de la militancia pero él tiene claro que votaría a favor de la coalición “para poner fin a esa situación” de descoordinación, de “falta de seriedad en la toma de muchas decisiones” que marca el día a día del Gobierno local.

«Las bondades» de estar en la oposición

Con la misma contundencia defendió esa posición en el cara a cara que mantuvo frente a su rival en la cadena SER. “Ante la duda, democracia”, recetó Segovia tras explicar que no había una postura común al respecto en el seno del PSM. Hernández, por su parte, se colocó en el polo opuesto y rechazó tomar en consideración la posibilidad de gobernar con Carmena, postura que hará valer ahora, legitimada como está tras haber recibido el apoyo del 57% de los militantes socialistas que acudieron a votar el domingo.

La secretaria general electa considera que el de Ahora Madrid es “un Gobierno municipal que no atiende verdaderas necesidades” de la ciudadanía y sería contraproducente participar de ello. Además, defiende “las bondades de no estar” en el Ejecutivo, ya que el PSOE “es un partido de gobierno pero no desde los niveles de subordinación” a otros actores políticos.

Este discurso casa al 100% con el mantenido por el aparato del partido a través de la gestora que lo controlaba desde la destitución de Tomás Gómez en febrero. Su presidente, Rafael Simancas, se ha esforzado por marcar distancias con Ahora Madrid. “No nos acaba de gustar, entendemos que no está cumpliendo de manera satisfactoria con las expectativas de cambio”, exponía Simancas hace apenas dos semanas al ser preguntado por el equipo de Carmena. Encontronazos como el mantenido a raíz del lanzamiento de la web Madrid Versión Original han profundizado las diferencias, más que evidentes para la nueva secretaria general del PSM.

La corriente derrotada en las primarias del PSM podría volver a dar la batalla en el congreso regional de 2016

La posición de fuerza de Hernández es ahora incuestionable pero está por ver qué pasará tras las elecciones generales. Si los socialistas obtienen un mal resultado, la corriente derrotada puede volver a dar la batalla en el siguiente congreso, con más tiempo para organizarse y haciendo valer los importantes apoyos recibidos para estas primarias en condiciones difíciles. Sin el respaldo de Ferraz, Segovia logró el aval de Felipe González, Juan Barranco o Matilde Fernández, además del espaldarazo de figuras que no militan en Madrid, como José Luis Rodríguez Zapatero o Eduardo Madina.

Otra circunstancia que podría influir de forma decisiva es un hipotético pacto entre Sánchez y Pablo Iglesias para desalojar al PP de La Moncloa. Los partidarios de coaligarse con Carmena se cargarían de razones si un Ejecutivo de PSOE y Podemos -que Iglesias ya ha dicho que no conformará si no lo preside– gobierna España. En caso de ceder a las presiones, Hernández habría de superar la contradicción con lo defendido apenas unos meses antes y sufriría el inexorable descrédito de enmendarse en tiempo récord en un asunto tan determinante.

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