La crisis del petróleo y las rachas bajistas de las bolsas están dejando un rastro de sangre en diversas compañías. Los bajos precios del crudo están lastrando las cuentas de Repsol, que arrastra en su caída a sus principales accionistas, entre los que se encuentran CaixaBank y Sacyr.

La constructora Sacyr, que en octubre de 2006 y en pleno auge económico vivía un momento dulce, compró un 9,23% de las acciones de Repsol por 2.855 millones de euros. Actualmente y de acuerdo con las últimas cotizaciones, su participación del 8,7% en la petrolera tiene una valoración de 1.311 millones en la bolsa. Sin embargo, Sacyr tiene anotado un valor en sus libros de 2.131 millones de euros, a 15,6 euros la acción. Por su parte, el 11,7% de CaixaBank vale ahora mismo 1.763 millones de euros, frente a los 3.413 millones que constan en las cuentas de la entidad catalana. Diferencias notables.

La participación de Sacyr en Repsol tiene una valoración de 1.311 millones en bolsa, frente a los 2.131 millones que tiene anotados en los libros

Para CaixaBank no todo es el valor en bolsa. El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, avisó de que la puesta equivalencia de los resultados de Repsol ha afectado al banco, pero la petrolera tiene una gran “capacidad de generar resultados” y una buena resiliencia.

“Nosotros tenemos una visión en Repsol de largo plazo. Creemos que se está haciendo un trabajo magnífico en afrontar la situación tan delicada en la que se encuentra el sector. Confiamos en la compañía”, zanjó.

De salir del accionariado de Repsol, ambos socios se apuntarían abultadas pérdidas, pero al mantener sus participaciones tan sólo tienen que reflejar un efecto contable en sus balances. El resto son todo ventajas.

El presidente de Sacyr, Manuel Manrique. Foto: Europa Press

Sacyr puede hacer frente a los pagos anuales de 48 millones de euros destinados a amortizar el crédito que solicitó para comprar su cuota en Repsol tan sólo con una parte de los dividendos que recibe de la petrolera. Desde el recorte en la retribución al accionista anunciado hace unos pocos días, Sacyr se embolsará más de 97 millones de euros. Así que todavía le quedarán casi 50 millones para su uso y disfrute.

«Con el dividendo que recibiremos en 2016 de Repsol, tras el anuncio de disminución, cubriremos sobradamente el coste de la deuda asociada y seguiremos amortizando parte del préstamo», confirmó el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, durante la presentación de resultados.

Por el camino, la constructora se ha decantado por adelantar el pago de 600 millones de euros del préstamo sindicado que firmó para hacerse con su participación en Repsol, una cantidad que ha provenido de las plusvalías obtenidas en la venta de su filial inmobiliaria Testa por 1.793 millones. Esto también ayudará a la compañía cuando tenga que refinanciar el crédito, ya que con un menor saldo vivo -actualmente, de 1.600 millones- el riesgo de impago disminuye y los bancos tienen que bajar los intereses.

Pero es un hecho que aunque Sacyr siga recibiendo suculentos dividendos, la acción de la petrolera está bien por debajo de los algo más de 15 euros que tiene anotados como valor de cada título. Y no está claro cuándo va a cambiar la situación.

Baile de precios

El responsable de Análisis Técnico de BNP Paribas Personal Investors, Óscar Germade, no cree que Repsol vuelva a esos precios “por lo menos hasta dentro de un par de años”, tal y como vaticina en declaraciones a SABEMOS. El problema de la petrolera no es ni más ni menos que el actual precio del crudo. Por eso, el diagnóstico para Germade está muy claro.

“Al final es un problema de tiempo, no de precio. Todo el tiempo que transcurra con un precio del petróleo en torno a 40 dólares/barril o por debajo conllevará más provisiones y menos beneficios”, sentencia.

Repsol provisionó 2.900 millones por la actual crisis del petróleo, con un precio del barril de crudo a 40 dólares

Repsol ha realizado unas fuertes provisiones de 2.900 millones de euros, que conllevan una valoración del precio del barril en torno a esos 40 dólares. Otra cosa es la evolución del brent a lo largo de 2016, ya que “hacer previsiones sobre el precio del petróleo es harto complicado”, en opinión de Germade. Con el crecimiento que se espera para este ejercicio, verlo por encima de los 50 dólares “es complicado; muy muy complicado”.

CaixaBank, uno de los tres gigantes financieros del Ibex 35, considera que la situación va a revertirse, tarde o temprano. “Nosotros confiamos en la compañía y estamos seguros de que la valoración y los resultados de Repsol mejorarán tan pronto como mejore el precio del crudo. Pero incluso en este entorno del crudo, Repsol está tomando las medidas necesarias para adaptarse a una situación muy complicada”, dijo el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de resultados de la entidad.

Foto: EFE

En cualquier caso, todo va más o menos bien a no ser que Repsol pierda el soporte de los 8 euros. Eso implicaría que el brent habría vuelto a sus mínimos de 27 dólares/barril, para lo que “se tendría que complicar mucho la cosa”. Pero si eso sucede, advierte el analista de BNP, veremos a Repsol por debajo de 8 euros, “lo que supone para Sacyr una minusvalía del 50%”.

“Si se complica el escenario de Repsol se va a complicar muchísimo el escenario de Sacyr, eso es obvio. Al final Repsol tendría que suspender el dividendo y ahí deja de tener una fuente de ingresos total”, añade.

La piedra de toque es el dividendo, que ha sido recortado de 1 euro por acción a 80 céntimos. Desde el punto de vista de Germade, si la petrolera se decanta por un cambio en la política de retribución Sacyr se vería forzada a replantearse su estrategia.

Antes de que se llegue a ese punto se pueden dar algunos pasos que calmen a los mercados, aunque no sean del todo deseables.

Ventas de acciones

Las agencias de calificación crediticia han planteado algunas alternativas que reducirían la carga de deuda de Repsol, una decisión que actuaría de lenitivo en la bolsa. La reducción del dividendo que se ha acordado es una pero la mayoría de ellas están empeñadas en otra salida más drástica: hacer caja con la venta de parte de su participación del 30% en Gas Natural.

Se trata de un movimiento que no es urgente, de acuerdo con Óscar Germade, aunque es “cuestión de tiempo” que la compañía se acabe plegando a las sugerencias de las agencias. “Lo lógico sería, como mucho, a finales de este año, en el tercer trimestre probablemente”, afirma el analista, quien da por descontada la venta de parte del paquete accionarial del que dispone Repsol en Gas Natural.

Si nada de esto sucede, el precio del petróleo sigue a la baja y las acciones siguen cayendo, quizá quien se vería forzada a vender sería la constructora.

Germade (BNP) cree que la venta de parte de Gas Natural se podría consumar en el tercer trimestre de este año

“Para Sacyr, Repsol es la joya de la corona. Gran parte de su estabilidad viene del dividendo de Repsol, entonces es lógico que no se quiera deshacer de él. Otra cosa es que si Repsol perdiese los mínimos que hemos visto hasta ahora de 8 euros, Sacyr se vería obligada a deshacer su participación”, diagnostica el analista Óscar Germade.

Diversas fuentes del mercado conocedoras de la estrategia de las tres compañías creen que las acciones de la petrolera están sometidas a una presión exagerada y confían en la recuperación de la cotización. Asimismo, apuntan a que tanto CaixaBank como Sacyr mantendrán sus posiciones en el capital de Repsol.

Muchos jequedólares, ahora que están tan de moda en la economía mundial, harían falta para que el banco y la constructora disolvieran sus participaciones ya históricas en Repsol.

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