Aunque desde la Secretaría de Estado de la Seguridad Social aseguren que la venta por parte de las Mutuas de sus sociedades de prevención fue un proceso en el que no entraron porque no les correspondía hacerlo, lo cierto es que las facilidades otorgadas a Quirón Salud, el coloso de la sanidad privada controlado por Víctor Madera y el fondo CVC, y la permisividad a la hora de aceptar que comprase tres sociedades de prevención sin presentar las mejores ofertas, demuestra una dejación de su responsabilidad de vigilancia. Y en la Seguridad Social lo sabían. La única duda es ¿a quién hicieron el favor Báñez y Burgos al ponerse de perfil en estas transacciones, permitiendo que el llamado ‘ministro de Sanidad del PP’ pasase a controlar casi uno de cada tres análisis a trabajadores españoles?

En SABEMOS hemos explicado ya la situación de un caso que, aún sin haber generado grandes titulares, tendrá un impacto cierto en la Sanidad española. Aunque la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) ha dictaminado que la adquisición de las sociedades de prevención de Fremap (Premap), Muprespa (Fraterprevención), Mutua Universal (Unipresalud) y MC Mutual (MC Prevención), no afectará a la competencia en el sector, difícilmente esto va a ser así. Especialmente porque los datos entregados al regulador fueron facilitados por la propia Quirón Salud y arrojaron resultados que no coinciden con otras estadísticas sobre las sociedades de prevención. En el mercado de las micropymes hipersegmentadas, Madera es el nuevo rey.

Sin embargo, éste es sólo el resultado, que llevará a pérdidas de empleo y a unas sinergias con el resto de centros de Quirón Salud que sólo podrán explotarse del todo si se suaviza la estricta legislación sobre cómo se deben llevar a cabo las actuaciones en materia de prevención laboral.

Algo muy distinto es la causa. ¿Por qué la Seguridad Social, necesitada como estaba de controlar la deuda de las Mutuas, no garantizó que éstas aceptasen las mejores ofertas? Quizá tiene que ver con algo que ya denunciaba CCOO: La venta de las sociedades de prevención, que el sindicato calificaba de «expolio«, era una forma de evitar la fiscalización por parte del Gobierno de la actividad de estas compañías, o de los sueldos que cobran sus ejecutivos. Fuentes consultadas por este diario explicaron que, en muchos casos, el principal objetivo de las directivas de muchas Mutuas no era conseguir el mejor comprador, sino sólo aquel que les garantizase mantener unos privilegios que en las Mutuas les habían cercenado, limitando sus ingresos a entre 110.000 y 210.000 euros al año y sin prebendas adicionales. 

Los directivos satisfacían sus intereses y Quirón Salud cumplía con sus (naturales) ansias monopolísticas pagando cantidades más bajas que las que demandaba el mercado y atestando un golpe mortal a la competencia en el sector. ¿Podían haber hecho algo para impedirlo Burgos y Báñez? Probablemente sí. En realidad, aunque ahora digan que no estaba en sus manos controlar el precio de venta de las sociedades de prevención, ya lo hicieron en una ocasión con una oferta ridículamente baja. Está claro que tenían potestad para controlar qué operaciones recibían el visto bueno y cuáles no. Siempre y cuando ganase Víctor Madera, que se quedó sin poder invertir en «sus» seis hospitales madrileños por culpa de la marea blanca pero se llevó un premio de consolación muy rentable.

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