La inversión del Gobierno español en desempleo, pensiones o dependencia no alcanza la media europea y se sitúa detrás de países como Grecia e Italia, que destinan más del 20% de su PIB en estas materias.

Con una de las tasas de paro más altas de Europa y un alarmante problema de envejecimiento poblacional, llama la atención que España sea uno de los países menos implicados en la financiación de las partidas destinadas a Protección Social. Esto es lo que refleja Eurostat en su último informe; mientras que la media de inversión europea en 2014 se situó en torno al 20% del PIB, el Estado español sólo destinó un 17,6%.

Dicha cuantía recoge el conjunto de las inversiones en desempleo, dependencia, pensiones, ayudas a familias, etc… En todas ellas el Gobierno se caracteriza por destinar un porcentaje inferior a la media de la UE-28 y de la zona euro, excepto en materia de paro por la elevada tasa registrada en nuestro país.

Destacan especialmente las ayudas a familias –que incluyen el fomento de la natalidad, el “cheque familia” o las desgravaciones fiscales-, a las que se destinó en 2014 un 0,6% del Producto Interior nacional, frente al 1,7% medio de la UE. Otro ejemplo es el gasto en pensiones, que sólo supuso el 9,2% del PIB, en comparación con el 10,9% de media en la eurozona.

En la misma línea, España también se encuentra rezagada en lo que a Sanidad y Educación se refiere. Mientras que el resto de nuestros socios comunitarios destinaron una media del 4,9% de su PIB a la financiación de sus sistemas educativos, el Gobierno español apenas alcanzó el 4%. Del mismo modo, la inversión en sanidad española es un punto porcentual menor a la media europea, que se situó en el 7,2% para 2014.

La crisis ya no es excusa

Es verdad que España, al igual que el resto de países mediterráneos, se vio sacudida en mayor medida por los efectos de la recesión de 2008. Sin embargo, esto no justifica su falta de implicación en la protección de los derechos sociales de los ciudadanos, ya que países vecinos, como Grecia e Italia, se encuentran a la cabeza de la inversión en estas materias.

De hecho, sólo Finlandia, Francia, Dinamarca, Austria, Italia, Suecia y Grecia destinaron más de un 20% de su Producto Interior a la partida de Protección Social. Ésta, además, constituye el principal gasto de todos los gobiernos a excepción de Chipre, que tuvo que afrontar una recapitalización bancaria durante ese ejercicio.

Rumanía, Estonia, Letonia y Lituania son los países miembros que menos destinan en este sentido, con un gasto inferior al 12% de su PIB.

Respecto a la Educación, Dinamarca y Suecia son los países más preocupados por el futuro de sus ciudadanos. En cuanto a Sanidad, Dinamarca vuelve a liderar el ranking, seguida por Finlandia y Francia, todos por encima de la media general.

 

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