Mesa sobre la movilidad. Foto: CONAMA

El Congreso Nacional de Medio Ambiente (CONAMA) ha abordado la realidad de la movilidad rural y se ha concretado que esta debe estar «adaptada a la realidad rural», es decir, a la baja población, escasez de servicios, baja accesibilidad, elevado porcentaje de población cautiva y poco flujo de viajes.

La movilidad rural no es la misma que la urbanita, realizar un análisis previo para conocer el tipo de necesidades de los vecinos permitiría desarrollar una infraestructura de movilidad más acertada. La mesa de la movilidad rural ha reconocido cómo los municipios con pocos recursos son los que más sufren el problema del transporte. La iniciativa ha pretendido actuar como un órgano de colaboración entre administraciones locales, estatales o autonómicas con la idea de activar la participación ciudadana y promover el conocimiento de acciones que ya están en marcha en algunas zonas rurales.

Según Mercedes Gómez Álvarez, asesora en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha explicado soluciones que se hacen desde la gobernanza para motivar movilidades innovadoras a los lugares de reto demográfico. Así, ha recordado que es necesario «mejorar la información a los usuarios sobre las opciones de transporte que ya hay disponibles y ha asegurado que se está trabajando en mejorar en potenciar otras opciones de movilidad como lanzaderas desde centros de referencia«.

Movilidad compartida

La movilidad compartida ha estado históricamente presente en el mundo rural y ahora, las nuevas tecnologías permiten ampliarla, según Pablo Marco Dols, profesor de la Universidad Jaume I. Por su parte, algunos asistentes del medio rural a CONAMA 2022 han advertido que en estas zonas muchas personas no tienen acceso a internet o ni siquiera tienen teléfonos móviles que les permitan usar las novedosas opciones que se llevan a cabo por medio de aplicaciones o páginas web y han alegado que los esfuerzos deben estar en darle un empuje al transporte público.

«El transporte público es indispensable para luchar contra la despoblación y necesita de una decidida voluntad política», ha afirmado Marco. En este sentido, ha reconocido que «el transporte público no puede aspirar a sustituir al privado pero se puede hacer un servicio a demanda que sea sostenible integrando, por ejemplo, las rutas escolares».

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