
Un nuevo análisis de los datos de tráfico marítimo presentado por OceanCare y Quiet-Oceans muestra que más del 80% de las distancias recorridas por buques mercantes en la parte noroccidental del mar Mediterráneo en 2023 se realizaron a velocidades superiores a los 10 nudos. La zona en estudio ha sido designada como Zona Marina Especialmente Sensible (PSSA, por sus siglas en inglés) por la Organización Marítima Internacional (OMI), el pasado año, para reducir el riesgo de colisiones con consecuencias letales para los rorcuales comunes y los cachalotes.
Los mejores datos científicos disponibles indican que la probabilidad de que una colisión tenga efectos letales sobre una ballena es muy baja cuando la velocidad del barco no supera los 10 nudos. El análisis de datos realizado por OceanCare a partir de los datos proporcionados por Quiet Oceans muestra que el 57% ciento de la distancia total de 48 millones de kilómetros recorrida por todos los buques en la PSSA en 2023 se realizó en el rango de velocidad superior a 10 nudos. Además sólo el 15% de un total de 27,8 kilómetros recorridos por buques mercantes estuvo en el rango de “velocidad segura”, por debajo de los 10 nudos.
Los ferries roll-on roll-off en particular son los buques que más utilizan la PSSA, con un total de más de 10 millones de kilómetros recorridos en 2023, de los cuales más del 90% fue a velocidades superiores a 10 nudos y casi el 30% a velocidades superiores a 20 nudos.
Para Thomas Folegot, presidente y director ejecutivo de Quiet Oceans, «los datos que hemos procesado revelan una comprensión clara del problema y sabemos qué hay que hacer para evitar que estas asombrosas criaturas sean embestidas por los barcos. Así que, ¿por qué no actuar en consecuencia? Ajustar las rutas de navegación no es una opción para mitigar el riesgo en esta zona en particular, ya que las ballenas utilizan toda la zona de forma aleatoria y su presencia es difícil de predecir. Reducir la velocidad de los barcos es positivo en muchos sentidos. Reduce el riesgo de colisiones con las ballenas, pero también reduce las emisiones de ruido submarino, que suponen una amenaza adicional para estos asombrosos mamíferos».
El noroeste del mar Mediterráneo es el hogar de rorcuales comunes y cachalotes, dos subpoblaciones catalogadas como en peligro de extinción en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. Las colisiones con barcos son la principal causa de muerte de estas ballenas inducida por el hombre. Ajustar las rutas de navegación no es una opción para mitigar el riesgo en este caso, ya que las ballenas utilizan toda el área de forma aleatoria y su presencia es difícil de predecir. Debido a su baja tasa de reproducción, evitar cada colisión fatal es importante para protegerlas.
España ha tomado la iniciativa en el avance de los esfuerzos de conservación en la región, al designar las aguas entre las Islas Baleares y la península como Área Marina Protegida (AMP), que también fue declarada posteriormente Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) en el marco del Convenio de Barcelona. Por tanto, el gobierno está obligado a poner en marcha un plan de gestión para esta área, también conocida como Corredor Migratorio de Cetáceos, que regule de forma eficaz las actividades humanas que amenazan el objetivo de protección del AMP, que es proporcionar hábitats seguros de alimentación, descanso y migración para numerosas especies amenazadas, como los rorcuales comunes y los cachalotes.
Carlos Bravo Villa, portavoz de OceanCare en España explica que quieren «conciliar la actividad de transporte marítimo con la protección de las grandes ballenas en el Corredor Migratorio de Cetáceos. Para ello, la única medida efectiva en estos momentos es incluir una medida obligatoria de reducción de la velocidad de los buques en el plan de gestión de esta Área Marina Protegida que está elaborando el Gobierno español». Asimismo, subraya que «debemos hacer del Corredor Migratorio de Cetáceos una historia de éxito, que demuestre que el tráfico marítimo puede gestionarse de forma que se evite atropellar a ballenas en peligro de extinción. En otras zonas del mundo donde se ha limitado obligatoriamente la velocidad de los buques, esta medida ha demostrado ser muy eficaz. Una medida de reducción de velocidad legalmente vinculante proporcionaría igualdad de condiciones para todas las empresas y evitaría la creación de distorsiones competitivas entre quienes están dispuestos a reducir la velocidad por el bien de las ballenas y quienes no lo están».
OceanCare y otras nueve organizaciones ecologistas (Alnitak, ClientEarth, Ecologistas en Acción, GOB Mallorca, Greenpeace, Marilles, Oceana, Save The Med, WWF) piden al Gobierno español que incorpore en el plan de gestión un límite de velocidad obligatorio para los buques. Con esta medida, consideran que España podría dar un ejemplo internacional de desarrollo marítimo sostenible e influir positivamente en la protección de las ballenas en el Mediterráneo noroccidental.
El análisis proporciona detalles de la distancia total recorrida por rango de velocidad por todo el tráfico marítimo en la Zona Marítima Especialmente Sensible (PSSA) del Mediterráneo Noroeste, desglosado por categorías de buques, como transbordadores ro-ro, transbordadores de pasajeros, portacontenedores, petroleros y otros, así como embarcaciones de recreo.
Hace un mes, en el Día Mundial de los Océanos 2024, OceanCare lanzó una petición internacional «Porque nuestro planeta es azul» dirigida a los líderes mundiales con seis puntos de acción para una protección eficaz de los océanos. Entre otras demandas, la iniciativa pide a los gobiernos que implementen medidas obligatorias para reducir la velocidad de los buques.
OceanCare también ha promovido la designación del Mar Mediterráneo Noroeste como Zona Marina Especialmente Sensible (PSSA) por parte de la Organización Marítima Internacional (OMI). La PSSA se adoptó en julio de 2023 y entró en vigor en enero de 2024. Es la primera PSSA designada por la OMI explícitamente para proteger a las ballenas del impacto del tráfico marítimo. OceanCare considera la designación de esta PSSA como un primer paso positivo, aunque también considera insuficiente que sus Medidas de Protección Asociadas (MAP) sean sólo de naturaleza voluntaria.
OceanCare ha apoyado al Gobierno español en la designación del Corredor de Migración de Cetáceos Español como Área Marina Protegida (AMP) en 2018 y en su inclusión en la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) del Convenio de Barcelona en 2019. Como requisito legal para esta última categoría, el Gobierno español debe implementar un plan de gestión para regular de manera efectiva las actividades humanas que amenazan el objetivo de protección del AMP, que es proporcionar hábitats seguros de alimentación, descanso y migración para numerosas especies en peligro de extinción, como los rorcuales comunes y los cachalotes. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) es la autoridad competente para desarrollar el plan de gestión, que se perfeccionará a través de un proceso público de partes interesadas.