Luno es un perro al que nadie preguntó qué quería hacer. Por una serie de errores y actuaciones humanas, «ahora se ve en unas condiciones deplorables, como si de una caja de mercancía se tratara, aislado de su único familiar, asustado, bien tratado, eso sí, por el área encargada de su cuidado en el aeropuerto, pero él sin saber qué está pasando», afirman desde PACMA.

La formación política daba la voz de alarma el pasado 19 de marzo: Aduanas del Aeropuerto de Madrid había retenido a Luno. Según señalaban en ese momento, el Ministerio de Agricultura y la Subdirección General de Acuerdos Sanitarios y Control de Fronteras habían denegado «sin más, la regularización administrativa del animal sin observar las alternativas previstas en el Reglamento Europeo de transporte de animales de compañía, de un animal sano que por un error en el abordaje en el país de origen, se permitió su salida sin estar identificado mediante microchip. Pero la realidad es que en el aeropuerto de origen el perro entró, se verificó su documentación sanitaria (todo en regla) pero no se realizaron los controles oportunos de lectura de microchip de obligado cumplimiento en Europa»

Andrea, su titular, lleva la cartilla veterinaria del animal al día, pero explican desde PACMA que «debemos ser empáticos en el desconocimiento de información, ya que en muchos países latinoamericanos, la identificación mediante microchip no es obligatoria».

Denuncian que al llegar a Madrid, la veterinaria del aeropuerto «se negó a que el animal entrara a territorio español». Entre la falta de información de la responsable de Luno, la falta de control en el aeropuerto de origen y las pocas ganas de colaborar por parte del gobierno español, ayudando a resolver las incidencias con medidas que no hagan sufrir al animal, el mayor perjudicado es el animal», lamentan.

Si bien PACMA conoce «el error por parte de la titular del animal», señala que «se debe aclarar que lo que la normativa vigente establece, son remedios legales para dar solución a que posibles incidencias en la llegada de animales a España y pueden ser subsanados a la vista del Principio fundamental de Bienestar Animal».

La propietaria de Luno pasa la horas en el aeropuerto a la espera de una resolución

La titular del perro viene solicitando la correcta aplicación del inciso b) del apartado 1 del art. 35 del Reglamento (UE) nº 576/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 12 de junio de 2013, relativo a los desplazamientos sin ánimo comercial de animales de compañía y por el que se deroga el Reglamento (CE) nº 998/2003, que establece todas las medidas alternativas que la autoridad competente debe proporcionar en el caso de no haberse cumplido con los requisitos de control que exige la norma, como aislar al animal, bajo control oficial, durante el tiempo necesario para que se ajuste a las condiciones establecidas en el país de destino.

PACMA apunta que «una vez llegado a territorio español, es obligación de la autoridad competente la aplicación de los Reglamentos Europeos que, en estos casos, prevén medidas alternativas de regularización de la situación». Por esta razón, desde que tuvieron noticia del caso de Luno, viene instando al Ministerio de Agricultura «para resolver esta y otras situaciones y evitar desenlaces fatales que deriven en padecimientos totalmente innecesarios para los animales y sus familias».

La identidad de la propietaria cuestionada por una veterinaria

Mientras, Luno sigue encerrado en la zona de carga aérea del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid Barajas. Se ha permitido el acceso a Andrea, «para verlo 10 minutos y bajo vigilancia», denuncian, y «con un trato absolutamente denigrante, como si de una delincuente se tratara, la veterinaria del Área de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura se atrevió a poner en duda la identidad de Andrea; decía que no era ella, incluso presentando su pasaporte se cuestionaba que fuese la titular de Luno».

Acceso denegado a la representante legal

El partido animalista describe la situación como «absolutamente surrealista» y se pregunta si «se puede permitir tanto abuso». Al tiempo condena la actuación del Ministerio de Agricultura, «que ha denegado el acceso a la representante legal de Andrea y de Luno».

Ni fotos, ni videos de su propio perro

Entretanto, cuestionan «¿qué tienen que esconder para denegar el acceso?. Solamente se ha permitido la entrada, como si de una fortaleza se tratara, a la titular de Luno, cuestodiada y con prohibición expresa de grabar o hacer alguna foto de su propio perro. Tal es el punto de insensatez que, atentando contra la privacidad y el derecho de propiedad de Andrea, se le ha retirado el móvil antes de entrar a las instalaciones. Luno y Andrea siguen siendo víctimas de un sinfín de abusos de la Administración, que por supuesto seguirán siendo denunciados», advierten.

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