Los datos del Panel Científico para la Amazonía muestran que el 18% de los bosques se han convertido en otros usos y un 17% adicional está degradado. Foto: WWF

Las amenazas a la integridad de la Amazonía deben detenerse mediante medidas urgentes para proteger el 80% de la selva tropical para 2025. Así lo ponen de relieve las últimas investigaciones disponibles incluidas en el Informe Amazonía Viva 2022 de WWF. «Sin una acción urgente, el bosque tropical podría llegar a un punto de no retorno, afectando directamente los medios de subsistencia de las personas que viven en la Amazonía, 511 grupos de pueblos indígenas, el 10% de la biodiversidad del planeta, y agravando las crisis mundiales del clima y la biodiversidad«.

A pesar de las advertencias del Panel Científico para la Amazonía (SPA) en la COP 26 de que la Amazonía se enfrentaba a este punto de no retorno, un año después, la deforestación se está acelerando en lugar de disminuir. Los datos del Panel muestran que el 18% de los bosques amazónicos se han convertido en otros usos y un 17% adicional está degradado.

El informe también advierte de que el objetivo vital de mantener el calentamiento global en 1,5 °C no se puede cumplir si se pierde la selva amazónica, ya que almacena entre 367 y 733 Gigatoneladas (Gt) de dióxido de carbono (CO2) en su vegetación y suelos. Al mismo tiempo, el carbono almacenado durante siglos también se está liberando a un ritmo acelerado debido a la deforestación, los incendios y las actividades productivas no sostenibles.

Una lucha por proteger el 80% del territorio para 2025

Para revertir esta tendencia y proteger el 80% del bosque tropical se tendrá que asegurar y ampliar un mosaico de áreas y territorios indígenas protegidos -actualmente la mitad del bioma- que deben ser gobernados y gestionados equitativamente, junto con enfoques integrados de gestión del paisaje para la conservación y desarrollo sostenible. Salvar la Amazonía también requerirá un compromiso político de alto nivel que aborde directamente los principales impulsores de la pérdida de la Amazonía, como la deforestación, la minería ilegal, la corrupción, el uso indiscriminado de la fauna y otros recursos naturales, y la infraestructura planificada sin consideraciones ecosistémicas.

Durante la presentación del informe se hizo un llamamiento para que actores clave de diversos sectores se unan a la Iniciativa 80×25 de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) para proteger al menos el 80% de la Amazonía.

Para lograr esta meta se requieren diversas estrategias, como una visión regional Panamazónica con políticas e instituciones fortalecidas para implementarla; un 100% de reconocimiento legal, demarcación y financiación de los territorios de pueblos indígenas; moratorias u otras políticas para detener el avance de la deforestación, particularmente aquella que se lleva a cabo ilegalmente y a escala comercial, en bosques primarios, de alto valor biológico o en zonas que están llegando a puntos de no retorno locales; fomentar un modelo de desarrollo que detenga los impulsores de la deforestación y degradación, y promueva cadenas de suministro libres de deforestación; financiar un programa de restauración ecológica a gran escala, y proteger la biodiversidad y especies amenazadas.

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