Negociadores en la clausura de la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, COP26, que se inauguró en Glasgow (Escocia) el 31 de octubre. La conferencia buscaba nuevos compromisos mundiales para hacer frente al calentamiento global y fracasó | Foto: ONU/Laura Quiñones

La XXVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP26) terminó en la medianoche del sábado y sus conclusiones son un verdadero fracaso, una decepción para quienes habían puesto sus esperanzas para que se iniciara una revolución climática que, en realidad, es lo que necesita el planeta. Sin embargo, los intereses económicos se han vuelto a interponer sobre la verdadera necesidad de la humanidad.

Las conclusiones de la COP26 se han caracterizado por la falta de ambición y de justicia climática. El Paquete de medidas aprobado se aleja del objetivo de limitar el incremento de la temperatura global a 1,5 grados y condena aún más a los países menos desarrollados. Los países más contaminantes han presionado hasta la extenuación para impedir avanzar en la eliminación de los combustibles fósiles y abriendo la puerta a las falsas soluciones.

La falta de acuerdos en materia de financiación permite a los más contaminantes seguir evadiendo su responsabilidad histórica y olvidar la justicia climática. El acuerdo sobre los mercados de carbono, por ejemplo, provocará mayores emisiones, lo que supone una amenaza para los países que ya sufren los peores impactos.

La COP26 ha sido la Cumbre más excluyente de la historia, tras un inicio marcado por las grandes declaraciones al margen de las negociaciones, promesas vacías y los continuos bloqueos de los países más contaminantes durante las dos semanas de negociaciones. Todo ello ha provocado que la COP26 suponga un retroceso para la lucha climática.

Glasgow ha dejado atrás a millones de personas afectadas por el climático mientras el acuerdo final de la COP26 prorroga lo improrrogable y los acuerdos finales posponen todas las medidas necesarias.

Muchos países han expresado ya su descontento con el texto final porque no responde a las expectativas de la ambición deseada, pero ha decidido firmarlo para poder seguir manteniendo viva la llama del trabajo conjunto contra la lucha climática.

El acuerdo final de la COP26 deja paralizada la lucha climática y no da respuesta a las consecuencias del calentamiento global. Se ha demostrado una falta absoluta de compromisos claros de los países desarrollados en materia de financiación y en transferencia de tecnologías y capacidades lo que deja en grave riesgo a millones de personas en el planeta que ya se ven afectadas por el cambio climático. El acuerdo es sumiso y débil y con un objetivo de mantener el incremento de temperatura global a final de siglo en 1,5 grados al que ya han matado.

La ONU reconoce el fracaso

Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, ha reconocido que el acuerdo final de la COP 26

 refleja los intereses, las contradicciones y el estado de la voluntad política en el mundo actual.

«Es un paso importante pero no es suficiente. Debemos acelerar la acción climática para mantener vivo el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados», dijo Antonio Guterres en una declaración en vídeo publicada al término de la reunión de dos semanas.

El titular de la ONU añadió que es hora de pasar al «modo de emergencia», poniendo fin a las subvenciones a los combustibles fósiles, eliminando el carbón, poniendo un precio al carbono, protegiendo a las comunidades vulnerables y cumpliendo el compromiso de 100.000 millones de dólares de financiación para el clima.  «No hemos conseguido estos objetivos en esta conferencia. Pero tenemos algunos elementos para avanzar», dijo. 

Guterres también tenía un mensaje para los jóvenes, las comunidades indígenas, las mujeres líderes y todos aquellos que lideran la acción climática. «Sé que están decepcionados. Pero el camino del progreso no siempre es una línea recta. A veces hay desvíos. A veces hay zanjas. Pero sé que podemos conseguirlo. Estamos en la lucha de nuestras vidas, y esta lucha debe ganarse. Nunca hay se rindan. Nunca retrocedan. Sigan empujando hacia adelante».

Fuente: Diario16

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