El Banco Sabadell ha anunciado este miércoles mediante un hecho relevante las condiciones de la conversión obligatoria de Obligaciones Subordinadas Necesariamente Convertibles por acciones de la entidad. Por cada 1.000 euros invertidos, el cliente recibirá 633 euros en participaciones del banco.

El Banco Sabadell ha publicado este miércoles un hecho relevante con influencia para cientos de pequeños ahorradores clientes de la entidad: El próximo 21 de julio se efectuará la «conversión necesaria» de todas las obligaciones convertibles en acciones de la llamada serie I/2013. Así, se fijan también los ratios de conversión (3,52 euros por cada acción), de forma que por cada Obligación de 1.000 euros la entidad entregará 284 acciones del banco.

«El número de acciones que corresponderá a cada titular de Obligaciones como consecuencia de la conversión necesaria será el resultante de multiplicar el número de Obligaciones propiedad del titular por la relación de conversión de las Obligaciones en acciones (la relación de conversión), que es el cociente de dividir el valor nominal de cada obligación (1.000 euros) entre el valor atribuido a las acciones a efectos de la conversión (el precio de conversión), fijado en 3,52 euros por cada acción», señala la entidad en su comunicado.

La operación de canje, en un primer momento, supone una fuerte pérdida de valor para los clientes afectados: Con la cotización actual de las acciones del Sabadell (2,23 euros cada una) por cada mil euros, los clientes recibirán unas participaciones con un valor de mercado de 633 euros. Es decir, que perderían casi 367 euros de cada mil aportados.

Ya se cobraron los intereses

La operación, tal como señalan fuentes de la entidad, no supone sin embargo unas pérdidas netas tan fuertes para los que serán nuevos accionistas. «Hay que tener en cuenta los cupones pagados en los últimos seis años. Estos cálculos suponen una rentabilidad acumulada del 33,5%», detallan fuentes del Sabadell, que aclaran además que no hay ninguna quita de por medio. Para que los inversores de la emisión de 2009, contando todos los intereses, el precio de la acción a partir del cual no perderían nada de la inversión inicial serían los 2,5 euros, por encima del valor actual.

Tal como explicaba Pablo M. Simón en un artículo de Cinco Días, los bonos que se vendieron en 2010 tienen unas condiciones algo más favorables para los inversores: el precio de conversión era más bajo y «además sus dueños habrán recibido unos intereses en el entorno del 40% cuando llegue su vencimiento (…) por lo tanto, incluyendo o que han ido embolsándose en intereses, los inversores ganarían dinero respecto a su apuesta inicial, pese a la eventual minusvalía por su venta en el mercado», añadía.

Esta emisión que se propone cancelar el Sabadell (la I/2013) es en realidad una emisión de Obligaciones que en aprobó en diciembre de 2012 con el fin de cambiarlas por sendas emisiones de obligaciones más antiguas, de los años 2009 y 2010. El objetivo: encontrar una solución lo menos gravosa posible tanto para los clientes como para el propio banco. Y es que en la segunda mitad de 2012 y la primera de 2013 las cotizaciones en Bolsa de la banca española estaba en mínimos.

Si se hubieran llevado a cabo entonces los canjes los inversores que habían puesto su dinero allí habrían perdido cerca de la mitad de su inversión debido a la cotización tan baja que por entonces sufría el Sabadell. Pero es que además el banco se hubiera resentido, toda vez que la conversión suponía una dilución de las acciones, por lo que bajarían aún más. Por ello la dirección de la entidad optó por una patada hacia delante: recomprar las obligaciones y emitir unas nuevas con condiciones similares y plazo de vencimiento en 2015, a la espera de que el valor de la acción se recuperara.

Y lo cierto es que el valor del Sabadell en Bolsa se ha recuperado respecto a 2015, pero sigue estando a niveles inferiores a los que existían cuando se plantearon las emisiones de Obligaciones en 2009 y 2010. Por ello las conversiones suponen reducir hoy el valor nominal de aquello que los clientes invirtieron entonces.

¿Por qué lo hace? La clave, la solvencia

¿Por qué lleva a cabo el Sabadell esta operación de canje de obligaciones por acciones? La clave está en las exigencias de solvencia regulatoria impuestas por las autoridades. Para la contabilización de las mismas se utiliza el denominado Common Equity Tier 1 (CET1), que en esencia contabiliza el capital principal de un banco; es decir, las acciones y otras formas de capital de mayor calidad. Dentro de estas formas, sin embargo, no entraban las obligaciones convertibles.

Así, la conversión supone automáticamente reforzar la solvencia del banco con unos 770 millones, ya que un pasivo que no se podía contabilizar como capital pasa a contabilizarse como capital de primera calidad. Por si fuera poco, la entidad se ahorrará el pago de los intereses asociados a estas obligaciones, de entre el 5% y el 10% anual. A partir de ahora los inversores que metieron su dinero en la entidad presidida por Josep Oliú pasarán a ser unos accionistas más, por lo que si reciben una retribución será el dividendo. Y como todos los accionistas, están sometidos al comportamiento del valor en Bolsa.

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